Música y vino, placeres que los griegos supieron gozar juntos
Los sonidos de John Coltrane parecen adquirir otros matices y colores cuando al caer el sol se tiñen de naranja las eternas nieves de la cordillera y en la mano se sostiene una copa de malbec. Eso fue lo que pensó Sonia Ruseler, una argentina que durante años fue uno de los rostros más conocidos de la CNN Internacional, durante un atardecer en que escuchaba Ballads en su Finca Alegría del Paraje Altamira, pleno Valle de Uco. Allí nacen algunos de los vinos más premium de Mendoza, e inspirada en los festivales organizados en el Valle de Napa, decidió que cada verano abriría su finca para músicos y amantes del jazz y del vino. Para ello se asoció al reconocido sommelier Aldo Graziani e ideó el Uco Jazz Festival, que este verano tuvo su primera edición al pie de los Andes, con la participación de grandes figuras del género, como el trompetista Mariano Loiácono, el saxofonista George Garzone, el pianista Ernesto Jodos y el guitarrista norteamericano de blues Chris Cain. Un line up musical de primer nivel, idealmente maridado con el line up etílico a cargo de Graziani.
Esta primera experiencia llevó nuevos acordes a los viñedos mendocinos, donde desde hace años se celebran otros festivales de música en los que el vino es protagonista. Música Clásica por los Caminos del Vino ya es una tradición de cada abril en la provincia, donde, en coincidencia con la Semana Santa, se conjugan la música, la gastronomía y el vino en cuatro días llenos de conciertos al aire libre, en edificios históricos y en bodegas.
En la misma época del año, el Wine Rock es otro festival clásico que en 2020 irá por su décima edición en la Bodega Monteviejo, en el Valle de Uco. Este año tuvo, además, una primera y exitosa versión porteña: una prueba de que el vino y la música no solo llevan bien junto a la montaña.
Precisamente, el verano pasado nació en la costa atlántica bonaerense el festival Wine Sounds, con el similar propósito de maridar el vino con una diversidad de géneros. Por el escenario marplatense desfilaron desde cuartetos de jazz hasta bandas de rock independiente pasando por sets de música electrónica. Junto a las presentaciones musicales, se degustaron vinos y la premiada sommelier Agustina de Alba dio una charla sobre el ABC del vino.
Fueron los griegos, adoradores de Dionisio, dios al que los romanos llamaron Baco, los primeros en descubrir, en sus desenfrenadas libaciones, la propicia asociación entre vino, música y otros placeres terrenales. Este maridaje ancestral se extiende hoy, gracias a estos festivales, por las tierras argentinas, bendecidas por las buenas uvas y excelentes músicos.
Hay entonces opciones para todos los gustos. A elegir uno y disfrutar, pues, en honor a Baco.