Museo de lo Oculto: el tétrico sótano que reúne objetos "embrujados" de todo el mundo
Un órgano "encantado" que misteriosamente empieza a sonar solo. Un espejo a través del cual dicen que se ven espíritus. Un ídolo satánico utilizado en rituales de magia negra. Una muñeca de trapo supuestamente poseída por un ente maligno. Todos estos objetos, y cientos más, se encuentran reunidos en un mismo lugar: el Museo de lo Oculto de los Warren.
"Muchas de las cosas encontradas aquí poseen efectos negativos para las personas. Pertenecieron a gente que fue maldecida o asesinada. Algunos terminaron en instituciones psiquiátricas por muchos de los objetos que están aquí", dijo alguna vez Ed Warren, uno de los creadores del lugar.
Es posible que a muchos les parezca que este museo pertenece al mundo de las fantasías o a un montaje de historias para incautos, pero lo cierto es que puede resultar interesante hacerle una visita, al menos a la distancia. Y, en ese sentido, como una reflexión para los escépticos, nunca habría que desdeñar las palabras del príncipe Hamlet, quien luego de encontrarse con el fantasma de su padre, y para referirse a los fenómenos sobrenaturales, aseguró a su amigo Horacio: "Hay más cosas entre el cielo y la tierra de las que has soñado en tu filosofía".
Los fundadores del museo
Ed y Lorraine Warren conformaron un matrimonio estadounidense que, durante gran parte de su vida, se dedicó a investigar fenómenos paranormales. Él se autodefinía como un demonólogo, en tanto que ella aseguraba tener el don -o quizás la fatalidad- de poder comunicarse con entes del más allá. Muchas veces, se lanzaron a desentrañar misterios relacionados con casas embrujadas, posesiones diabólicas y objetos malditos.
Los casos más resonantes que el matrimonio protagonizó fueron reflejados, con las dosis necesarias de ficción, por películas de horror muy populares como El Conjuro -en los que Vera Farmiga y Patrick Wilson interpretan a la pareja de los Warren-, La Monja, y la trilogía de Annabelle.
Ambos fundaron, en 1952, la Sociedad de Nueva Inglaterra para la Investigación Psíquica (Nespr, por sus siglas en inglés). Años más tarde, en el sótano de su propia casa en Monroe, Connecticut, crearon el Museo de lo Oculto de los Warren, donde fueron reuniendo todas las piezas y elementos macabros recolectados a lo largo de su vida comoexpertos enfenómenos paranormales.
Ed murió en el año 2006 y su esposa, Lorraine, en 2019. Actualmente, el yerno de ambos, Tony Spera quedó a cargo de la Sociedad de Investigación Psíquica. Él también es el responsable de custodiar los objetos reunidos en el museo que, según lo ha afirmado en diversas entrevistas, están aún habitados por fuerzas malignas.
Cómo es por dentro
El museo se encuentra en el sótano de la casa de los Warren, en el número 30 de la calle Knollwood, en el citado pueblo de Monroe. Se ingresa a él por una estrecha escalera. Al abrir una pequeña puerta se aprecia, bajo una luz mortecina y rojiza, un sitio tenebroso repleto de estanterías y vitrinas con estatuillas demoníacas, calaveras, máscaras de Halloween, muñecos diabólicos, animales embalsamados, una tabla ouija y otros objetos de miedo. Como figura central de este lugar se encuentra, encerrada en una caja con una tapa de cristal, la muñeca Annabelle.
En una grabación antigua que se puede ver en la página oficial de Nespr, se da testimonio del proceso que realizaban los turistas para ingresar a ese particular sitio. Lo hacían junto a Spera y a un sacerdote, que decía una oración y rociaba a los invitados con agua bendita antes de acceder al recinto de los objetos malditos. En la filmación, el yerno de los Warren advertía sobre la regla inquebrantable del Museo de lo Oculto: ninguna de las piezas del lugar podía ser tocada. Por nada del mundo. Y cada objeto allí dentro merecía ser respetado. Si alguien no lo tomaba en serio, podía sufrir fatales represalias.
Los objetos más pavorosos
Entre las piezas más llamativas del lugar, se encuentra sin dudas un órgano, cuya apariencia, en principio, es común, más allá de las estatuillas que hay sobre él y de un cartel que reza "espíritus sin descanso". Sin embargo, ese antiguo instrumento, según la explicación dada en vida por el propio Ed Warren, perteneció a la casa más embrujada de toda la región de Nueva Inglaterra, ubicada en el pueblo de Stratford,en Connecticut. Allí, por las noches, el artefacto musical comenzaba a tocar una melodía que atravesaba toda la vivienda.
Más adelante, el instrumento fue comprado por un coleccionista que, un tiempo después, y aterrado por el sonido que producía por sí solo, se lo entregó a los Warren. El matrimonio aseguraba que, una vez instalado en el museo, el órgano encantado continuó sonando de vez en cuando.
En un costado del recinto y rodeado de otros artículos inquietantes, hay un espejo de marco dorado. En sus tiempos de esplendor estuvo en la casa de una plantación llamada Myrtles, en Loussiana, un lugar con historial de sucesos paranormales. Más tarde, siempre según los testimonios de los Warren, este espejo fue utilizado para conjurar e invocar fantasmas y espíritus malignos. Según ellos, podía -¿y puede aún?- reflejar todo tipo de apariciones y demonios, para ponerse en contacto con ellos. Pero el dueño del objeto, en el que además a veces aparecían marcas de manos de niños que se habrían apoyado en él, terminó internado en una clínica psiquiátrica.
Dos muñecos bastante horripilantes se encuentran en lugares centrales del temible sótano. Por un lado, un tótem facturado con plumas de pájaros, huesos de animales y humanos conocido como el muñeco Shadow. Se dice que este ícono producía pesadillas horrorosas a sus primeros dueños, que lo adquirieron en un mercado de antigüedades. Y otra parte de su leyenda señala que, si se envía su foto a alguien, esa persona puede morir durante la noche víctima de un ataque cardíaco, a causa de los espantosos sueños generados por este ídolo oscuro.
Y otro de los muñecos de cuidado ubicados en ese lugar, al lado de Shadow, es una especie de ícono alto con cuernos que se utilizó en rituales satánicos y que fue encontrado en 1990 por un cazador de ciervos en los bosques cercanos al pueblo de Sandy Hook, en Connecticut, un lugar que se hizo tristemente célebre en 2012 por una masacre en la escuela primaria del lugar, cuando un joven ingresó con un arma y asesinó a unas 28 personas, entre niños y maestros.
Los Warren aseguraban que este era uno de los elementos con la carga maligna más fuerte del lugar. Y que no solo tocarlo, sino también mirarlo fijo, representaba un riesgo para la salud física y mental de quien osara hacerlo.
Annabelle
Por supuesto, no se puede hacer un recorrido por este museo sin hablar de la que es la celebridad del lugar: la muñeca Annabelle. Contrariamente a lo que se muestra en las tres películas dedicadas a este juguete que lleva en su interior una entidad maligna -la última de ellas, de 2019, recrea el museo de los Warren-, la muñeca megafamosa, en su versión real no posee la expresión de maldad que tiene la de la ficción. Es, en cambio, una muñeca de trapo de la serie Raggedy Ann, de apariencia simpática y risueña, con el pelo rojo y una naricita triangular del mismo color, que igualmente inspira miedo.
Se cuenta que, en 1970, una mujer le regaló esta muñeca a su hija, que la llevó al departamento que compartía con otra amiga y compañera de estudios. Poco tiempo después notaron cosas raras. Primero cambiaba de posición sin que nadie la tocara, y luego aparecía extrañamente en diferentes lugares de la vivienda. Más tarde, habrían aparecido diversos mensajes en papelitos: "Ayudame", decían, o "Ayuda a Lou", que era el nombre del novio de una de las chicas.
Desesperadas ante estos fenómenos, las muchachas, de nombres Donna y Angie, recurrieron a una médium, que les dijo que la muñeca estaba manejada por el espíritu de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, que había sido asesinada.
Ante la upuesta escalada de agresividad de la muñeca, las mujeres llamaron a los Warren, quienes aseguraron que, en realidad, no estaba poseída por el espíritu de una niña pequeña, sino que era manipulada por una poderosa fuerza maligna.
Annabelle fue llevada al Museo de los Warren. En el camino, mientras la llevaban en el auto, el matrimonio dijo sentir una fuerte carga de odio proveniente ella y, según su propio testimnio, el vehículo tendía a salirse de la ruta. Ed detuvo la marcha, buscó en su bolso un frasco con agua bendita, roció con ella a Anabelle, la persignó, y volvió a poner en marcha el coche. El resto del viaje fue en paz y tranquilidad.
Hoy, la muñeca se encuentra en una caja cerrada con un cartel grande que dice: "Advertencia. Positivamente, no abrir". Dos leyendas rodean desde entonces a esta verdadera celebridad del terror. Una, la que dice que un joven visitante del museo se burló de ella y terminó muerto en un accidente de moto cuando regresaba a su casa.
Y otra, que es más bien un mito urbano, dice que, hace menos de un mes, Annabelle se había "escapado" del museo, algo que fue negado absolutamente por el propio encargado actual del lugar. "Annabelle está aquí, en toda su infame gloria", informó Spera, en un video que subió al canal oficial de Ed y Lorraine Warren en YouTube.
El museo hoy
La mala noticia con respecto a este Museo de lo Oculto es que, si bien es imposible ir ahora a causa de la pandemia de coronavirus, el mismo se encuentra cerrado desde el año 2017. Sucede que la vieja casona colonial de color beige de dos pisos y sótano que fue el hogar de losWarren se encuentra ubicada en una zona residencial de Monroe, de calles estrechas y pacíficas, y la presencia constante en el lugar de visitantes trajo varios inconvenientes y escasa tranquilidad a los pobladores.
Según lo que informa el medio local The Monroe Sun, hoy en las inmediaciones del lugar se pueden leer los carteles de "Prohibido pasar" y advertencias de que el museo está cerrado "debido a regulaciones de la zona".
Al parecer, son numerosas las personas que cada año, especialmente para los tiempos de Halloween, intentan aproximarse a la antigua casa de los Warren, y al museo que se halla entre sus paredes. Y en consonancia, son numerosos los llamados a la policía local de los vecinos que buscan expulsar a los inoportunos visitantes.
En la página oficial de la Sociedad Psíquica de Nueva Inglaterra se anuncia que el museo está buscando un nuevo lugar para instalarse y volver a abrir sus puertas. Por el momento, los objetos del mal que lo habitan deberán esperar un tiempo para volver a asustar a los visitantes.
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