Mujer Maravilla: los artificios y el vestuario de una heroína que saltó del cómic a la pantalla chica

De las viñetas de La Mujer Maravilla o Maravilla, el cómic de William Moulton Marston ideado en 1940, se desprende un manual de estilo que cimentó los indumentos de la serie de TV protagonizada por Lynda Carter entre 1975 y 1979. En el tebeo –y en su primera edición, luego de practicar sus habituales proezas– la heroína se hizo un rato para examinar vidrieras y sentenció ante la visión de un vestido verde esmeralda. "Mi madre me habló tanto sobre los estilos de las mujeres americanas que ansiaba verlos".

Acto seguido, los transeúntes observaron sus botas rojas en punta, el corsé rojo con estampa de águila, los brazaletes esculpidos en feminum, un metal procedente de la Isla Paraíso a prueba de rayos, balas y otros proyectiles. En el transcurso del cómic su vestuario admitió un traje de enfermera y un tailleur adornado con gafas vamp. Entre los años 40 a la actualidad, la Mujer Maravilla se hizo eco de los ciclos y de las arbitrariedades de la moda. En ocasión de la irrupción de un villano gaucho en Washington, Wonder Woman vistió un traje de pantalón gris, una camisa blanca con algunos botones sin abrochar, una corbata y un saco borravino. Por entonces, esgrimió: "Sospecho que cuando cambio no sólo es la ropa la que se modifica." El imaginario y los modismos de la Mujer Maravilla vuelven a estar en boga luego del celebrado cameo de Gal Gadot en Batman vs Superman, y el anuncio de su rol protagónico en el film de Patty Jenkins sobre Wonder Woman, que se estrenará en 2017.

El kit de estilismo estaba cimentado en botas rojas en punta que en ocasiones mutaron a zapatillas derivadas tanto de las ballerinas como de las sandalias griegas, una tiara, dos brazaletes y el lazo o accesorio con propiedades para su cambio de ropas y de personalidad. Pues Diana, la princesa Amazona, tuvo su alter-ego en Diana Prince. El hit Wonder Woman, su paso de femme fatal a secretaria nerd y viceversa fue el momento más esperado en los almuerzos y las meriendas de quienes crecimos en 1970. El vestuarista de la serie fue Donald Lee Feld, un egresado del Instituto de Arte Chouinard de Los Ángeles. Si bien Feld fue premiado cuatro veces por sus costume designs para cine, jamás por vestir a la súperheroína en la TV.

Sus peinados también experimentaron cambios: a fines de 1980, la melena en ocasiones fue afro y llegó a usar el pelo muy corto, luego de que una peluquera amiga enunciara en El juego de los dioses: "No te irás de casa como si hubieras metido la cabeza en la licuadora, tu peinado tiene que ser algo moderno y totalmente distinto". Los mods ingleses de los sixties dejaron huellas en su placard. Del lado de las pasarelas y de la firma Dior según John Galliano quedó un hito de moda fechado en 2001: el desfile abrió con mujeres de apariencia contenida desde sus atavíos, guiños cómplices a la secretaria pero con detalles que delataban romper con el protocolo. Asomaron contrastes de elegancia clásica para la hora del martini, vestidos amplios y, entre uno y otro, Diana Prince emergió en una modelo cual Wonder Woman, con un conjunto de corsé y short que en 2008 se exhibió en una muestra del Costume Institute del Met –consagrada al estilo de los superhéroes–.

De pinterest a wiki how, dan cuenta de infinitos artilugios de estética: Mujer Maravilla para la noche de Brujas, tutoriales para fiestas de disfraces, indumentaria soft porn y merchandising inspirado en la princesa de las Amazonas; existen además esculturas y juguetes que replican su medio de transporte invisible y manifiestan su devoción por los gadgets que se anticiparon a la era digital.