Hoy, en el preciso momento en el que se escribe esta columna, no estamos muy seguros de que vaya a haber salas de cine abiertas en diciembre. Solo sabemos que el primer gran personaje popular que volverá a la pantalla grande será una mujer, probablemente la más poderosa del cada vez más poderoso universo de las historietas, la Mujer Maravilla. En cierto sentido, es casi lo más adecuado.
La historia de cómo el primer film sobre el personaje creado en 1941 por Charles Moulton llegó a la pantalla grande es de puro accidente. Las sociedades van siempre más adelantadas que los negocios, como se sabe, y hace mucho tiempo que los lectores de cómics no toman en cuenta el género de sus ídolos, sino lo que son capaces de hacer, su personalidad, su colorido.
Ambientada en la década del 80, la nueva película de la saga de
El origen del personaje quizás sea mejor que sus historietas. El creador se llamó Charles Moulton, un psicólogo experimental, abogado por la libertad sexual y absolutamente feminista avant la lettre. La figura se basó en su mujer y en la otra mujer que vivía con ambos en un matrimonio triangular. Así que la raíz de Mujer Maravilla es la maravilla de ser mujer en un mundo no patriarcal: quienes conozcan la Isla Paraíso, a la reina Hipólita, y la mitología propia del personaje, comprenderán enseguida. Diana Prince solía ser la que salvaba al damiselo en peligro Steve Trevor y no a la inversa, y simbolizaba la idea de que las mujeres podían construir un mundo más libre, justo e igualitario. Lo vemos en la próxima.
El destino de Marvila (nombre mexicano del personaje) parece ser salvar a señores siempre. Es evidente que la carrera de DC con Marvel por tener, también, un universo cinematográfico no dio tanto resultado, y que la apuesta por eso que los ejecutivos consideraban imposible, una película con superheroína, fue lo que inició la recuperación de la marca. Tanto Mujer Maravilla, como las divertidas y desaforadas Aquaman y ¡Shazam! permitieron volver a tomar la carrera del cine. A tiempo. Cuando Mujer... fue un enorme éxito en 2017, obligó a cambiar la mente de muchos. Es cierto, Capitana Marvel (de Marvel) estaba ya en camino, pero miren lo que le costó (nueve años, ni más ni menos) a la bella Black Widow de la misma firma tener su largo (que, pandemia mediante, quedó tan retrasada como la nueva de la Maravilla).
Mujer Maravilla 1984 era la precuela previsible, también –como la primera– dirigida por Patty Jenkins y con la gran Gal Gadot como protagonista. Ahora bien: el título cuenta que estamos en el futuro del primer film (que se desarrollaba en la Primera Guerra Mundial), pero nuestro pasado. Que el villano tiene superpoderes y se parece muchísimo a Donald Trump en muchas cosas. Que aparece nuevamente Steve Trevor –Chris Pine–, de algún modo revivido (supuestamente había muerto en 1918), y que tenemos a una gran comediante como Kristen Wiig (coequiper con Melissa McCarthy y el director Paul Feig en Damas en guerra y la injustamente maltratada Ghostbusters) interpretando a la supervillana Cheetah, icónica de la serie desde los años 70. Lo interesante, nuevamente, es que transcurra en los 80, considerada por muchos (que no la vivieron, ejem) como la nueva "década maravillosa". Da la impresión de que establece el lazo entre el mundo Reagan, el mundo del dominio informativo de Ted Turner, y del corporate power de, again, Donald Trump. Más el fin de la guerra fría.
En fin, una ensalada solo posible en esa actualización de los cuentos de hadas que son las historias de superhéroes y superheroínas. De todos modos, la misión de Wonder Woman es la más difícil y peligrosa de toda su carrera: generar la curiosidad y excitación suficiente para que una parte nada despreciable de la población mundial vuelva a los cines. Desde aquí, le deseamos buena suerte.
El DC que sigue
Nadie sabe bien, hoy, cuándo se terminarán de producir –y cuándo se estrenarán– los próximos tanques. Sí que, en gateras, DC tiene lista The Batman, relanzamiento del personaje a cargo del director Matt Reeves; ¡Shazam! 2, secuela de esa lindura de 2018 con Zachary Levi; y el reinicio (again) de Suicide Squad, a cargo del cineasta que la primera trató de plagiar, James Gunn. Más el corte original (solo en HBO Max, pago) de Justice League según Zach Snyder. No es poco.