Mudarse a la playa: en solo dos semanas, Pinamar recibió más de 300 solicitudes
Abandonar la ciudad e irse a vivir a la playa es el sueño idílico de muchos porteños y bonaerenses que la pandemia logró convertir en algo posible, real y concreto.
Entre los destinos más buscados, la extensa franja de la costa atlántica se ubicó en la mirada de quienes buscan un nuevo estilo de vida sin descuidar sus ingresos, impulsados por la llegada definitiva del teletrabajo y la cercanía no solo con la ciudad de Buenos Aires, sino también con la populosa Mar del Plata.
En ese sentido, Pinamar emergió como un punto serio en el abanico de consideraciones para emprender un nuevo camino familiar en el contexto de una ciudad-bosque con frente marítimo, acompañada de una mirada joven que reivindica el cuidado del medio ambiente y la seguridad jurídica.
Después de fomentar la llegada de nuevos vecinos con una breve campaña, el municipio liderado por el intendente Martín Yeza recibió el pedido de radicación definitiva de más de 300 nuevas familias en apenas dos semanas. La tendencia, que superó las expectativas, no es nueva.
"La pandemia apresuró los procesos. Pinamar de por sí ya era la ciudad de mayor crecimiento demográfico de los últimos 12 años. A finales del año pasado, teníamos 45 mil vecinos y creemos que el año que viene, cuando cierren los padrones, estaremos en 50 mil. Solo este año se radicaron más de 4 mil personas", confió a LA NACIÓN el intendente.
En Pinamar se instaló por primera vez una oficina exclusiva de coworking y se llama @WolfCowork Lucas y Candelaria crearon este espacio pensando en toda la gente que necesita un espacio de oficina. Si vienen a Pinamar ya están en funcionamiento pic.twitter.com/1ri5t9Ilqb&— Martín Yeza (@martinyeza) November 18, 2020
No hay razones lineales para radicarse en Pinamar, destaca Yeza, pero subraya dos muy puntuales. "Primero, gente de los sectores medio y medio alto que lo consideran un lugar más tranquilo, que huye de las entraderas en el conurbano, pero también está el sector medio y medio bajo, que se radica en busca de trabajo y de nuevos horizontes, impulsado por el crecimiento del 30% de la construcción y del sector servicios".
En cuanto a la infraestructura, Yeza dice que la ciudad está preparada para recibir a nuevos vecinos. "Tenemos 330 mil camas y en enero se llenan", destaca, y considera que la clave es seguir creciendo en escuelas. "El desafío son los colegios, la mayoría de las consultas apuntan a la educación. Tenemos cuatro escuelas privadas, vamos a sumar una más, y hay un instituto en Madariaga que funciona doble turno".
"Estas son las decisiones racionales que toma la gente, pero hay un plano más humano y emocional que pesa a la hora de decidir cambiar de vida", considera el referente de la juventud de PRO.
"La gente que conoce Pinamar se empieza a preguntar: ¿por qué no vivir todo el año acá? Se privilegia la sensación de vivir en una ciudad-bosque con mar, y con un frente marítimo que fue volviendo a su estado natural", dice Yeza. Para concluir, lo explica con un ejemplo muy gráfico: "Estás trabajando, cortás al mediodía y te vas a andar en bicicleta por el bosque, te vas a trotar o a tomar mate a un médano, mirando el mar".
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