Este mes todo está dedicado al sexo masculino. Entre ofertas y oportunidades, es el momento de reclamar un regalo especial.
Por Cecilia Di Genaro
Sí alguien te quiere hacer un regalo y no sabes muy bien qué decir existe una alternativa que no falla: volver a los clásicos irrefutables de la moda. Si hay que pedir, pidan un emblema, un irrompible, un regalo que apele a la educación sentimental. O, al menos, que sea de una calidad y nobleza que marque la diferencia, para usar sin parar, que se amortice si hace falta. Un pequeño tesoro del guardarropas, un capricho, un regalo para recordar. En esta nota, cuatro ítems especiales para recibir y regalar.
A los pies
¿Quién no batalló con sus padres para conseguir que le comprasen las Nike Air Max en su adolescencia? Esta es la oportunidad para reivindicar ese deseo y volver a experimentar el placer de tener un ícono. Las famosas zapatillas con cámara de aire libre visible, que cambiaron el paradigma tecnológico en su rubro, cumplieron 30 años y ofrecen ediciones más que especiales. Estampas, patchwork, texturas y colores brillantes que le ponen mucha onda al guardarropas. Por supuesto, también están las más discretas para los amantes del clásico.
A medida
Hay un momento en la vida para apostar por lo hecho a medida. Un capricho merecido que puede tener sus inicios en algo tan básico como una camisa. Uno de los mejores sastres de la Argentina, Nicolás Zaffora, las desarrolla de manera artesanal y con géneros traídos de Italia e Inglaterra. La experiencia es otro de los puntos fuertes de este regalo. Uno asiste al atelier del sastre, con sede en Club Arroyo, y además de terminar con una camisa hecha a medida, obtiene una guía de consejos y asesoramiento en imagen. Más que un regalo, una experiencia en clave “elegancia”.
Básico de lujo
La campera Reach de Koshkiles de lo que hablamos cuando hablamos de “nuevo lujo”. Una prenda desarrollada en lana Merino orgánica, única en Latinoamérica con certificación de la Organización Agropecuaria Internacional. La marca realiza toda la cadena de valor desde la cría de la oveja hasta el producto terminado, lo que genera prendas únicas en términos de producción y artesanado. Esta campera hecha de pura lana viene en negro, azul marino y verde loden: una compañera ideal para este invierno y los que vendrán.
El regreso
Otro ítem con alto contenido emocional, el 501 que todos tuvimos, hombres y mujeres, y que era casi un uniforme cotidiano, regresa reversionado en un modelo skinny que logra una pierna más ajustada que la de aquellos 90. Además, se suma su típica button fly –bragueta de botones–, que le da ese estilo vintage que nos hace viajar en el tiempo. En colores claros que rememoran décadas pasadas y con elasticidad media, son un comodín que vuelve para quedarse y que promete, como en aquellos tiempos, alta duración.
LA NACION