Fue más que un rumor: hubo testigos presenciales que declararon haber visto a la hija menor de Raniero III al volante. Aquí, la verdad de una de las leyendas más repetidas en el principado...
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En 13 septiembre de 1982, la noticia del accidente automovilístico de Grace Kelly conmovió al mundo y disparó la leyenda más repetida en la historia del principado de Mónaco. ¿Estaba la mujer de Raniero III realmente al volante cuando su auto, un Rover P6 muy británico, se salió de la ruta y cayó 30 metros por un barranco? ¿O manejaba su hija menor, la princesa Estefanía?
Una princesa al volante
Los rumores que sostenían que Estefanía manejaba el auto estaban bien argumentados. La declaración de un testigo, Sesto Lequio, el primero en llegar a la escena del accidente, les dio sustento. Vecino de la zona, Lequio declaró haber visto a Estefanía salir por el lado izquierdo del auto, el del conductor. Y fue aún más preciso: señaló, sin rodeos, que la adolescente estaba al volante. Su declaración multiplicó el escándalo ya que, según las leyes monegascas, sólo pueden obtener su licencia para conducir los mayores de 18 años… pero Estefanía tenía apenas 17.
Los movimientos del Palacio Grimaldi tampoco aportaron transparencia. Grace Kelly no tuvo autopsia. Jamás fueron revelados los resultados de las pericias realizadas en el lugar del accidente. Sin embargo, los técnicos que envió Land Rover para peritar el vehículo confirmaron ante la prensa que no encontraron fallas mecánicas. “Los frenos estaban en buen estado”, precisaron. El hermetismo oficial alimentó todo tipo de conjeturas.
Con lesiones leves, la princesa Estefanía -a quien le informaron de la muerte de Grace recién dos días después- quedó libre de culpa. Aun así, el peso de la sospecha pesó sobre ella.
Hubo todo tipo de argumentación para esta teoría: “Porque Grace Kelly era una buena conductora”, “Porque la actriz favorita de Alfred Hitchcock conocía aquella ruta al detalle”, “Porque Estefanía pasaba por una etapa adolescente rebelde”… Por todos los motivos, Estefanía era culpable.
Por aquellos días, Grace Kelly preparaba a su hija menor para su primera experiencia lejos de casa: Estefanía pronto iría a estudiar a París. Por ese motivo viajaban desde su casa de campo en Roc Agel, Francia, hacia el Palacio Grimaldi, corazón de Mónaco.
El chofer de la familia también dio su testimonio. Declaró que se había ofrecido para conducir, pero eran tantas las cosas que madre e hija cargaban -mayormente ropa- que la parte trasera del Land Rover estaba llena. Fue por eso que Grace habría tomado la decisión de manejar ella misma. Además, coinciden sus biógrafos, esperaba tener una discusión en privado para encaminar a su hija menor.
Eran cerca de las diez de la mañana. El viaje, lleno de curvas, no podía demorarse más de 40 minutos. Si bien es cierto que la princesa Grace sabía manejar (así lo hizo en múltiples películas en su pasado como actriz), era vox populi que no lo disfrutaba. Trascendió que esa mañana madre e hija venían discutiendo. Imposible saber si esta versión -que se imprimió en todo el mundo- es cierta ya que la única sobreviviente del accidente jamás lo mencionó en público. En este supuesto altercado, Estefanía insistía en casarse con su novio, Paul Belmondo, hijo del actor francés Jean Paul Belmondo, y la princesa Grace no quería ni oír del tema. Tantos nervios habrían provocado un olvido fatal: el testigo Sesto Lequio detalló que, cuando ocurrió el accidente, ni Grace ni su hija llevaban puesto el cinturón de seguridad. Estefanía en la mira otra vez.
“Todo el mundo decía que era culpa mía”
Estefanía de Mónaco vivió el resto de su adolescencia y juventud bajo sospecha. Y se convirtió en la rebelde sin causa que todos esperaban. Tardó demasiado en dar su versión del hecho, cargó con la culpa durante años y dejó que la gente hablara.
“Todo el mundo decía que yo había estado conduciendo el coche, que todo era culpa mía y que había matado a mi madre. No es fácil vivir con eso cuando tienes 17 años”, declaró años después al Chicago Tribune.
¿Qué fue lo que realmente sucedió? ¿La princesa Grace tuvo problemas con los frenos? No había marcas de frenadas… El libro “Rainier and Grace: An Intimate Portrait”, de Jeffrey Robinson, recogió el testimonio de la princesa Carolina. La hija mayor del príncipe Rainiero detalló lo que su hermana Estefanía le había contado sobre el accidente: “Mamá me decía todo el rato que no podía frenar, que los frenos no funcionaban”. Contó que la princesa Grace entró en pánico y que incluso Estefanía intentó aplicar el freno de mano, aunque el coche nunca se detuvo.
Al auto se salió de la carretera y cayó 30 metros por un barranco hasta estrellarse contra un estacionamiento. Estefanía logró salir, pero Grace nunca despertó. Fue sacada del auto y operada en el Hospital Princess Grace. Falleció un día después, el 14 de septiembre de 1982, hace exactamente cuatro décadas. Tenía 52 años. ¿Estefanía? Físicamente, sufrió lesiones cervicales, de clavícula y fractura de costillas en el accidente. Pero las secuelas psicológicas fueron más graves…
Estefanía y su verdad
Fue recién en 2002 cuando Estefanía, que por entonces tenía 37 años, contó su verdad. Fue en una entrevista en Paris Match: “Yo no manejaba, eso está claro. De hecho, salí disparada dentro del auto como mi madre, que fue catapultada hacia el asiento trasero. La puerta del copiloto estaba completamente destrozada. Yo salí por el único lado accesible, el del conductor”, detalló.
Estefanía no negó una discusión con su madre, aunque tampoco brindó detalles: dijo que se trató algo “estrictamente entre ellas dos”. También confesó que, en aquel breve trayecto, la princesa Grace se había quejado de un fuerte dolor de cabeza y que en un instante llegó a desmayarse y perder el control. Estefanía intentó aplicar el freno de mano. Recordó que “como estaba a punto de presentarme a mi examen de conducir, sabía que debía ponerlo en posición para detener el automóvil. Lo intenté todo, incluso puse el freno de mano. ¿Si mi madre confundió el pedal del freno con el acelerador? No lo sé. Pero yo no estaba conduciendo”, aseguró la princesa que hoy tiene 56 años.
En 2014, el libro ‘Grace, la princesa desarraigada’, de Bertrand Tessier, sostuvo que Estefanía sólo salió del lado del conductor dado que su puerta –del lado derecho, del acompañante- había quedado aplastada contra el suelo. La imagen del Rover volcado confirma esta hipótesis. El escritor rescata, además, los testimonios de otros dos testigos presenciales del accidente, un gendarme y un camionero, que declararon que vieron a la princesa Grace al volante.
“No tuvieron compasión”
El príncipe Rainiero III -fallecido en 2005- siempre sostuvo la inocencia de su hija. En 1989, el marido de Grace de Mónaco remarcó la crueldad de adjudicarle a la princesa Estefanía la muerte de su propia madre: “Fue terrible. Hicieron todo lo posible para que la historia siguiera funcionando y no mostraron compasión por el dolor que estábamos sufriendo”, declaró. Sobre las múltiples versiones que surgieron sobre ese accidente fatal, el príncipe aseguró que: “si hubiera alguna interpretación que pareciera mínimamente posible, diría, ‘está bien’. Pero cuando siguen repitiendo la historia que Estefanía conducía (y saben que no es verdad, cuando saben que se ha demostrado que ella no conducía), nos duele a todos”. El príncipe agregó además que, si se hubiera tratado de un desperfecto técnico, su hija menor habría sido más ágil para sortear el problema que su madre.
Le tomó años de análisis a Estefanía de Mónaco hablar del accidente. En una entrevista al Chicago Tribune, la princesa se refirió por primera vez al accidente. Dijo que “era difícil para la gente aceptar que ella podía hacer algo tan humano como tener un accidente automovilístico. La gente pensó que yo debí haberlo causado, porque mi madre era demasiado perfecta para hacer algo así. Luego de un tiempo, no puedes evitar sentirte culpable”. Se cree que una hemorragia cerebral habría provocado que la princesa Grace perdiera el control del auto.