Mini-vacaciones en Salta. Linda vida de estancia y vinos de altura
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Salta estuvo al 90% de ocupación hotelera y fue uno de los destinos más elegidos por los argentinos para estas vacaciones de invierno. Muchos turistas nacionales pensaron en ella a la hora de imaginar y de concretar su escapada. De estadías idílicas en tres fincas salteñas a la cima del vino argentino en las bodegas más altas del mundo, diseñamos un itinerario para disfrutarla de principio a fin, desde los parajes más remotos hasta las afueras de la ciudad, su capital vitivinícola y dos museos sensoriales.
El vino más alto del mundo
Para llegar hasta acá hay que recorrer un largo camino de alta montaña que asciende hasta los 3.400 msnm y despliega paisajes tan inesperados como este proyecto que emerge en una locación extrema, donde te reciben con un Misterioso como copa de bienvenida, un blanco de lote especial que puede tomarse solamente aquí. "Estoy a cargo de todos los momentos de gastronomía que suceden en Colomé, que es el nombre del lugar y de los vinos. En el restaurante del hotel de 9 habitaciones intento mostrar el territorio, algo que viene de la mano con trabajar y aprender de las personas que viven acá. Tengo la suerte de conocerlas, me transmiten sus saberes populares, el conocimiento profundo de la flora autóctona, que es tan valiosa y potente, no solo las recetas. El plato es el resultado de esa búsqueda, una mezcla entre lo que brinda el lugar, lo que el recurso humano comparte y la experiencia que aporto. Algunos dicen que soy chef, a mi me gusta decir cocinera, porque me identifico con las mujeres que cocinan", nos cuenta Patricia Courtois, que desde diciembre es la chef ejecutiva de esta bodega que emplea a 90 personas y que es la más antigua de la Argentina que se encuentra funcionando.
En 1854 Ascensión -la hija del último gobernador español de Salta- trajo al poblado de Colomé las cepas francesas cabernet sauvignon y malbec (antes de que fueran afectadas por la filoxera). La reliquia: tres de esos viñedos aún producen uvas, y para revitalizarlos, los riegan con un té de compost. Los vemos en una caminata junto a un antiguo mortero comunitario de la época pre-colombina. Para degustar: Altura Máxima, el vino más alto del mundo, de uvas malbec que crecen a 3.111 metros, una expresión extrema y novedosa de los Valles Calchaquíes. ¿El maridaje? Un cordero colomeño, que se hace braseado, para aprovechar a todo el animal. De postre, peras con helado de cedrón, que se siente como nunca, porque con las hierbas pasa lo mismo que con las uvas: hay tanta amplitud térmica que son muy intensas.
"A veces en Buenos Aires no podemos distinguir la influencia de las estaciones, es algo que tenemos que reaprender. Aquí tenemos la posibilidad de ser sustentables, un concepto muy fuerte que es difícil de llevar a cabo, este lugar fue pensado para serlo. El clima árido, en verano, nos regala una exuberancia de frutas y un sol maravilloso que nos permite secarlas al sol y disfrutarlas ahora, en el invierno, como hacemos con los tomates y los porotos, dos de los productos fuertes. Tomamos la previsión y respetamos el ritmo que nos marca la naturaleza. Estamos lejos de todo y cerca de todo, eso es lo que más me gusta de acá". A 4 horas de Salta capital y 25 minutos de Molinos, otra de las sorpresas de Bodega Colomé (Ruta Nacional N 52, km 20) es su espectacular Museo James Turrell, un homenaje a la luz. La experiencia Colomé sale $250 e incluye visitas al museo y la bodega con degustación.
Por más bodegas de altura en la zona: Tacuil y Humanao.
Todo el potencial de Cafayate
Esta localidad reúne el 70% de los viñedos de la zona y un excelente punto de partida para conocerla es Finca Quara (Ruta 40, km 4340), estratégicamente ubicada. La casona -una de las construcciones mejor conservadas de la región- data de 1870 y es todo un casco histórico al pie de los cerros: despertarse con ese paisaje y disfrutar de un almuerzo rural en esa galería, es una bendición.
En fianca Quara se realizan 20 tours turísticos por día, las visitas personalizadas están a cargo del amable Jesús, que nos explica con su voz pausada: "Las vasijas de barro que conservamos acá nos dicen que hacia el año 1600 o 1700 ya se producía vino en la región, con los jesuitas, que fueron los que trajeron las vides. Lo fermentaban y almacenaban aquí, forradas en cuero de vaca cocido". Después de 20 años de trabajar en la empresa, hace 3 años que Jesús está en el área de turismo: " Para mi fue un crecimiento. Es encantador contar a los visitantes cómo elaboramos el vino. Querer el valle y ser del lugar te hace narrarlo de otra manera. Me gusta llevarlos a un espacio de relax e interpretación que por momentos los saca de la vorágine, eso es algo encantador que se conoce como enoturismo."
Para conocer una bodega gravitacional hay que dirigirse a Piattelli (Ruta Provincial N°2), diseñada con la ingeniería necesaria para servirse únicamente de la ley de la gravedad para mover la uva y el vino. ¿El objetivo? Menos consumo de energía y mas respeto por la fruta. En el último año duplicaron el número de visitantes que reciben, por eso ven en el turismo su expansión: la firma no quiere crecer en cantidad de vino, el próximo paso es un hotel.
Para una visita por el terruño que termina con una degustación amena: el wine bar de Tukma (Ruta 40, Km 4324), en Tolombón, muy cerca de los cielos andinos.
Burbujas de altura
Así se llama el emprendimiento de Tania Høy, que en 2014 fundó la primera champagnera del valle (Ruta 40, Km 4347): "Abrimos al publico hace tres meses, la gente nos pedía venir a conocer, les llamaba la atención, también porque somos los primeros en el mundo en hacer un espumante de nuestra cepa torrontés con método champenoise".
La joven cafayateña sumó a su mamá y a su papá al proyecto: "Él es ingeniero agrónomo y trabajó en El Esteco 20 años, en ese entonces vivíamos en donde ahora está el hotel Patios. De chiquitos andábamos entre los toneles y los tanques, ya lo ayudábamos con la manguera y eramos unos enanos. Ahí empezó mi amor por el vino. Creamos Burbujas con la intención de hacer algo diferente, damos la alternativa de ver una bodega champagnera. Algo que les fascina es que atiende el dueño."
No podemos irnos de la ciudad sin visitar el museo en honor al tema que nos convoca: la vid y el vino, en un sorpresivo recorrido autoguiado.
Un paraíso secreto
Regalarse un fabuloso día de verano en pleno invierno gracias al microclima salteño. Caminar bordeando el río Arenales, y tal vez, sentarse a meditar, a hacer una pausa y desechar esfuerzos. O a practicar bird watching: esta provincia concentra el 65% de las especies de aves de la Argentina. La única actividad del día es un masaje a 4 manos: más presión para estimular la circulación y el drenaje. Después de ver el atardecer entre los Andes, el plan es disfrutar del hogar y la lectura. Los instantes de disfrute no tienen fin en House of Jasmines (Ruta Nacional N 51 km 6).
Este caserón familiar de 130 años de antigüedad con paredes de adobe, tirantes de madera en el techo, aljibe y baldosas coloniales es una exquisita expresión de las tradiciones salteñas, con una hermosa entrada enmarcada por eucaliptos antiguos (de más años que la construcción) que en septiembre empiezan a desplegar su aroma, perfumando el camino. Por su parte, los jazmines están en los amenities, el spa y el parque, donde también hay un rosal. El tono de esta flor es el protagonista de la ambientación, y eso ayuda a poner la mente en blanco y entregarse al relax.
Enamorado de los espacios abiertos de la Argentina, el fotógrafo Marcos Furer captura paisajes impresionantes que decoran House of Jasmines en composiciones en blanco y negro, muchas de ellas encabezadas por caballos. Una invitación a elegir un corcel y largarse a explorar los alrededores de la estancia. Mini-vacaciones perfectas.