Mi rincón favorito en Portugal: la playa paradisíaca a la que también va el presidente

El argentino había recorrido varios países, pero un lugar en Portugal lo conquistó para siempre.

PARA LA NACIONCarina Durn

Gracias a su profesión, Paolo Funassi tuvo la fortuna de viajar por decenas de países alrededor del mundo. En ellos, supo apreciar la belleza de la diversidad y las culturas de un planeta Tierra siempre sorprendente y, sin embargo, nunca antes había sentido lo que sintió al llegar al país ibérico en el que hoy habita: Portugal lo había conquistado para siempre.

Fue así que, entre la euforia y el miedo, dejó suelo argentino y su amada Corrientes para emprender viaje a lo que él considera su paraíso terrenal: la región de Algarve, para muchos, “el Caribe europeo”.

Fiel a su espíritu explorador, recorrió cada rincón de aquella zona y se dejó encantar por los pueblos y sus playas. Pero fue un lugar en particular el que se transformó en “su rincón favorito”: la playa de Santa Eulália, en la ciudad de Albufeira.

Cuando pisó aquellas arenas por primera vez tuvo la sensación de estar en casa. De inmediato supo que era allí donde volvería, una y otra vez, aun a pesar de las tantas bellezas innegables de la región.

“Albufeira, donde vivo, es la capital turística de Algarve y la segunda ciudad más visitada de Portugal, después de Lisboa”, explica el argentino. “Esta urbe que me enamoró tiene veintiséis playas que recorrí con placer, pero en la de Santa Eulália descubrí un espacio que brinda el encanto de los paisajes, sumado a la comodidad de la cercanía, un lindo bar, instalaciones confortables y un espacio para bailar sobre la playa y disfrutar de la hermosa vista”.

Playa Santa Eulália: un escenario pintoresco que Portugal aún conserva

Varios años han transcurrido desde que Paolo visitó Santa Eulália por primera vez y, desde entonces, la frecuenta casi a diario para reencontrarse con esa sensación permanente de plenitud. A veces, llega por las mañanas, alrededor de las 9, cuando la marea está baja y la extensión lo invita a correr. En otras ocasiones, simplemente disfruta del panorama desde el restaurante, donde a veces desayuna, almuerza, o goza de un precioso atardecer: “Las lunas llenas son especiales, ya que esta cae sobre el mar y genera un juego de luces y reflejos mágicos”, asegura.

“Y en los barrancos que rodean la playa puede observarse a los pescadores locales, con su eterna paciencia y sus espontáneos arranques de júbilo cuando logran enganchar un gran pez. La escena es pintoresca, es una que en Portugal aún se conserva. En tiempos pasados todos los pueblos eran pescadores, pero la modernidad transformó el negocio. Es bello poder apreciar todavía algo del cuadro de viejas épocas en Santa Eulália”.

“El presidente de los afectos” y una madre que encuentra paz en playa Santa Eulália

Cierta vez, en Santa Eulália, Paolo divisó a unos metros un rostro muy familiar, ¡demasiado! Sin embargo, tardó varios segundos en reconocer en él al presidente de Portugal, en traje de baño como cualquier otro y tan alejado de una escena protocolar.

“Estaba sin custodio, sin nada, como un ciudadano cualquiera, simplemente con su hija, disfrutando tranquilo de un rincón que evidentemente él también adora. Este es un país muy seguro y sabe que no tiene por qué temer. Asimismo, la comunidad respeta. A nadie se le ocurriría molestarlo, salvo a mí ¡claro! Como argentino di la nota y le pedí una foto conmigo, que con gusto se sacó”, ríe Paolo. “Es un hombre que uno puede cruzarlo en el supermercado o por la calle como si nada. Por algo lo llaman `el presidente de los afectos´ y fue elegido por el 60 % de las personas”.

Pero tal vez haya sido cuando su madre llegó de visita, que el argentino comprendió en toda su dimensión el impacto que causa Santa Eulália en los corazones. La mujer observó el paisaje, respiró hondo, sonrió y disfrutó de un día calmo, inolvidable. Había llegado por quince días y su hijo estaba ansioso por mostrarle las maravillas de la zona. “No quiero recorrer ningún otro lugar, solo quiero quedarme aquí cada día”, le dijo.

En Santa Eulália se sentía bien y había encontrado paz.

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Si conocen Portugal y tienen su rincón favorito, nos encantaría que lo compartan en los comentarios.

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En breves postales, “Mi Rincón Favorito” es una sección que invita a todos los argentinos (de acá y del mundo) a compartir su lugar preferido en el suelo que hoy habitan y tan bien conocen, ya sea un paisaje, un museo, un restaurante, o un rincón perdido. Aquello que vale la pena conocer no siempre se encuentra señalado en el mapa y, tal vez, entre todos podamos descubrir un poco más de la Argentina y el resto del planeta. Si tenés un rincón favorito para compartir podés escribir a mirinconfavoritoLN@gmail.com

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