“Mi novio no registra lo que hay que comprar para la casa”

Cuando la casa de Federico (28) empezó a tener severos problemas de humedad, Tamara (30), su novia desde hacía dos años , le sugirió que fuese a vivir con ella hasta que el problema se solucionase. El tiempo fue pasando, el departamento siguió teniendo pérdidas de agua y finalmente, la convivencia de esta pareja ya era un hecho consumado y a largo plazo. Federico dejó de tener su ropa en una gran valija y comenzó a ocupar los estantes del placard; la guitarra, el cajón peruano y otros instrumentos musicales fueron colonizando diferentes espacios de la casa que hoy comparten en el barrio de Villa Crespo.

El joven músico se fue acostumbrando a las facilidades que tiene el hogar de su novia donde la heladera siempre tiene verduras y frutas para comer y la dispensa cuenta con distintos productos tanto para desayunar como para almorzar o cenar. Si bien los gastos de la casa se dividen, Federico evita con cuanta excusa pueda ir al supermercado y cuando va - dice su novia indignada vía Whats App- compra cualquier cosa. "Me cansa que no registre lo que hay que comprar para la casa. Le tengo que pedir expresamente que vaya y encima termino haciendo la lista de lo que falta. ¡Mentalmente me ocupa espacio y tiempo esto! Ocuparse de que todo funcione donde vivimos es un laburo y el chabón no registra", enfatiza.

Consejo

En relación con este conflicto, Graciela Faiman, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en temas de familia y pareja, aconseja lo siguiente:

"Hoy es bastante común, en las consultas de parejas, que este conflicto aparezca con una cierta asiduidad. ‘Él’ no hace: la lista de compras, no pone o saca la vajilla de la mesa, no pone a andar el lavarropas, ni se le ocurre pasar la aspiradora. Estas cosas que él no hace’ pueden resumirse diciendo que lo que no acepta es cooperar en las actividades hogareñas diarias y le deja a ella, a la mujer, la responsabilidad de hacerse cargo de todas estas cosas que ‘no son para varones’. Quizás el novio o marido se excusa por su exceso de trabajo y responsabilidades, por la falta de tiempo y por tantos otros inconvenientes que le impiden cumplir los pedidos de ‘ella’ ¿Qué sucede?, los aplaza y luego simplemente no los cumple. Entonces es la novia o la esposa quien, cansada de esperar, asume ese cometido.

Pero hoy en día, la mujer trabaja fuera de casa tanto como el varón para equilibrar el presupuesto con el que deben llegar a pagar los gastos del mes. La madre de estos señores, como es el caso que nos hacen llegar a la consulta, probablemente no trabajaba fuera de casa cuando él era niño, y entonces era ella, la ‘mamá’, quien se ocupaba de todos esos cometidos. Hoy el estilo de vida ha cambiado, y es común que ambos integrantes de la pareja cumplan un horario de trabajo similar fuera de la casa. Él, intelectualmente, tiene bien en claro, que en la casa también las funciones deben repartirse de una manera equitativa. Pero emocionalmente todavía siente que los trabajos domésticos ‘son cosas de mujeres’. Por ese motivo y aun cuando acepte lo que la novia le pide su ‘demora’ en cumplir la lleva a ella a exasperarse y a asumir ella sola la responsabilidad de sostener las labores diarias. Pero ese es justamente el error.

Cuando ella se apresura y hace lo que le ha pedido a él, de alguna manera le está diciendo con su acción lo que niega con la palabra, ‘es cierto, las tareas de la casa son cosas de mujeres’. Ambos, tanto él como ella coinciden en el error. Lo más adecuado sería conversar seriamente este tema, hacer una lista de las ocupaciones diarias, dividirlas entre los dos y luego cumplir lo pactado pero sin trampas. Seguramente en un corto tiempo el problema estará resuelto".

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