Buscaba un lugar especial y encontró en San Isidro su rincón favorito en Buenos Aires, donde puede trabajar, ir a restaurantes, hacer deportes y disfrutar la naturaleza.
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Para Adry Scarponi, elegir un rincón favorito de su ciudad es difícil, pero cuando piensa en el río, su río sanisidrense, su rostro se ilumina y las dudas desaparecen: “El bajo de San Isidro tiene una costa extensa, con distintos espacios públicos”, explica. “Desde la calle Paraná hasta el puerto de San Isidro, se pueden explorar rincones muy lindos con costa. Y, entre las calles Paraná y Pacheco, hay un sendero bien pegadito al río para realizar caminatas renovadoras; además cuenta con un espacio verde enorme en el que la gente se junta a hacer picnic los fines de semana”.
“Particularmente me atrae mucho Alvear y el río, ya que tiene algo especial, y cuenta con una vista de la Ciudad de Buenos Aires increíble. Siguiendo hacia San Isidro, hay dos espacios grandes en los que se suelen juntar los que practican kitesurf, y es muy pintoresco ver las velas mezcladas con el verde y el cielo”.
La costa de San Isidro: el encuentro con un lugar mágico
“¡Este lugar tiene magia!”, le escuchó decir Adry a una de sus alumnas. Aquel día, once años atrás, Adry había llegado al bajo de Martínez, partido de San Isidro, junto a un grupo de mujeres dispuestas a ejercitarse. Con su mirada recorrió el paisaje, observó las aguas de un Río de la Plata siempre cambiante, el perfil de la ciudad de Buenos Aires a lo lejos, y sonrió: había elegido el lugar correcto para traer a sus nuevas alumnas al primer encuentro. Allí, en Alvear y el río, podía respirar paz.
Como coach en ejercicio físico y salud, Adry le estaba dando comienzo a su emprendimiento, “Vuelta a la calma”, en el que proponía desarrollar actividades físicas al aire libre para personas reticentes a movimientos bruscos: “Trabajo con quienes no les gusta correr e ir al gimnasio, por lo que quería que fuese en un lugar especial, con mucho contacto con la naturaleza, que es una gran aliada para la motivación. ¡Ni hablar de los beneficios que trae ejercitarte al aire libre!”, sonríe. “En ese momento éramos las únicas que estábamos en el lugar y, gracias a ello, a lo lindo se sumó la calma”.
El río de San Isidro: un lugar versátil y para todos los gustos
Desde que descubrió la calma que brinda, Adry siempre encuentra una excusa para estar en el río. Si tiene que trabajar con la computadora se sienta a tomar un café en alguno de los restaurantes costeros. Allí también intenta concretar las reuniones y, si tiene tiempo libre, se lleva un libro y el mate y se recuesta a leer en el césped, mirando las aguas. Y a sus hijos, cuando eran chicos, los llevaba a merendar.
“Por supuesto que mi rutina de ejercicios la hago en el río. La bici a esta altura creo que ya va sola”, dice entre risas. “Es un espacio muy versátil y para todos los gustos y estados de ánimo. Podes salir a correr, andar en bici o simplemente caminar. Si te gusta el contacto con el agua tenés salidas para remar en kayaks, para los más activos tablas de windsurf y kite. Y si querés aprender algo nuevo, hay muchos clubes que ofrecen cursos de timonel. Y si nada de esto te entusiasma, tenés lindos bares para sentarte a almorzar o tomar un café. Viví muchos momentos lindos profesionales y personales en el río”.
El color único del río, la luna llena imperdible y un gran pedido
En el rincón favorito de Adry todos los momentos son únicos, aunque la mañana le resulta espectacular, ya que el sol le otorga un brillo único al río, creando el color digno de su nombre.
“Al atardecer es increíble ver cómo cambia de color”, agrega. “Por la noche se ve la luz de algún barco y se puede admirar a Buenos Aires encendida, en su plenitud. ¡Ni hablar si hay luna llena! Esas noches el río brilla más que con el sol, es un espectáculo que nos regala la naturaleza y se organizan salidas a remar con luna llena, ¡imperdibles!”
“Una vez se acercó una chica que nos había visto en plena actividad y quiso sumarse. Al aclararle que solo se suspendía si llovía mucho, ella me respondió: `Ok, pero los días de viento o llovizna no cuentes conmigo, soy muy friolenta´. Pero estuvo siempre tan feliz y motivada que no faltó nunca. Si lloviznaba me preguntaba: Hoy hacemos actividad, ¿no? Eso se da gracias al lugar, que cada día lo valoro más”.
“Eso sí, si llegan a venir, solo tengo un pedido: ¡cuidarlo! El contacto con la naturaleza nos hace tomar conciencia de nuestra responsabilidad en nuestro lugar en el mundo, sea cual fuere. Los días de sudestada es terrible ver cómo el río nos devuelve toda la basura: botellas, latas, pañales, ¡de todo! Podemos cambiar nuestras conductas y respetar a la naturaleza, por nosotros y por las futuras generaciones. Seamos agradecidos, porque todo esto es gratis: el sol, el agua, la tierra, el verde, los árboles, la luna”.
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Si conocen San Isidro y tienen su rincón favorito en la zona, nos encantaría que lo compartan en los comentarios.
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En breves postales, “Mi Rincón Favorito” es una sección que invita a todos los argentinos (de acá y del mundo) a compartir su lugar preferido en el suelo que hoy habitan y tan bien conocen, ya sea un paisaje, un museo, un restaurante, o un rincón perdido. Tal vez, entre todos, podamos descubrir un poco más de la Argentina y el resto del planeta. Si tenés un rincón favorito para compartir podés escribir a mirinconfavoritoLN@gmail.com.
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