"Al complementarnos desde siempre, hay un diálogo tan fluido que no hay posibilidad para el no entendimiento. Realmente nos consideramos una unidad sin quiebres. No existe el enojo ni la discusión, solo el intercambio empático de opiniones que nos hace llegar siempre a una solución homogénea. Somos un caso particular, nos conocemos desde que estábamos en la panza, eso es una gran ventaja, sabemos que si tenemos distintos puntos de vista, nos lo explicamos, cambiamos la mirada y tratamos de ponernos de acuerdo".
Paula y Milena Fittipaldi (43) son mellizas y desde muy chicas, cuentan, trabajaron en el negocio familiar, un kiosco, que abrió su mamá tras quedar viuda muy joven. Ese local, para no dejar solas a sus hijas, lo tuvo en su propia casa y lo mantuvo hasta la adolescencia de las chicas.
"Luego, a los 16 hicimos un emprendimiento con amigas de animación de fiestas infantiles y cuando cumplimos 18 salimos a buscar trabajo mientras cada una estudiaba", cuenta Milena.
Dicen que los hermanos mellizos tienen una conexión especial y el caso de estas hermanas emprendedoras no parece ser la excepción. Sin embargo, después de esas primeras experiencias durante la adolescencia cada una eligió hacer su propio camino. Paula es abogada pero en 2013, junto a su esposo y a un socio, ingresó al mundo de las franquicias abriendo una fiambrería. En 2015, cuenta, vendieron su parte y comenzaron con Guamar, un proyecto propio en Canning, provincia de Buenos Aires. Por su parte, Milena es licenciada en Comercio internacional y desde hace 20 años trabaja en el ámbito aeroportuario.
"Nos lanzamos con dedicación y mucho análisis"
Unos meses antes de que el coronavirus llegara a la Argentina, Paula y Milena venían conversando sobre la posibilidad de volver a trabajar juntas en un rubro que fuera nuevo para ambas.
"Milena estaba en el mismo proceso que estuvimos nosotros: buscando y generando ella sus propias oportunidades y me planteó sus inseguridades y la preocupación de una inversión. Entonces, comenzamos a charlar de este nuevo escenario para ver qué tipo de franquicia podíamos adquirir", expresa Paula.
"Quería crecer laboral y económicamente. Pensamos que, en vez de esperar que aparezcan nuevos horizontes, debíamos salir a buscarlos y nos lanzamos otra vez con dedicación y mucho análisis", agrega Milena.
Paula cuenta que, en general, no tuvieron voces que las desalentaran y que su familia les recomendó que siguieran adelante con este proyecto. "Somos de familia muy de ponerle actitud a la vida. Sin embargo, hubo algún amigo dudoso que nos dijo: ´Che, ¿les parece?´", se ríe Paula.
Lo primero que hicieron fue delimitar las necesidades de la zona respecto de dicho rubro, analizar el posible público y una vez reconocidos esos parámetros buscaron información acerca de los posibles competidores vecinos.
Récords de ventas
En plena cuarentena, cuando muchos locales cerraron y tantísima gente se quedó sin empleo, las mellizas decidieron que era un buen momento para arrancar un nuevo emprendimiento. Sin embargo, ésta elección no se dio de un día para el otro. "A la hora de elegir la franquicia Mile vino con la propuesta y nos encantó. A partir de ese momento intentamos buscar productos similares a fin de evaluar otras propuestas, pero no los encontramos. Al momento de firmar, en plena cuarentena, ella dudó un poco pero seguimos avanzando ya que investigamos que el negocio había funcionado , incluso en los tiempos que corren", alega Paula.
Milena y Paula se asesoraron muy bien antes de tomar la decisión y no solamente averiguaron que el rubro y la empresa seguían facturando en tiempos de pandemia, sino que eligieron una franquicia que este año superó por un 30% lo que había vendido en el mismo periodo del año anterior, según ellas mismas explican.
Y de esa forma apostaron por Pirka Stone, "una empresa con ocho años de trayectoria y presencia en nueve países que ofrece soluciones innovadoras de diseño y funcionalidad para todos los espacios de un hogar".
"Decidimos que sea en Canning, una zona que está en pleno crecimiento así que sabíamos que teníamos que ir por el lado de la construcción y de las refacciones. Milena encontró ésta empresa que en plena cuarentena había tenido récords de ventas", expresa Paula. "Al comenzar las reuniones nos pareció acertado. Me encantaron los diseños y la variedad y pensé que me encantaría tener estos productos en mi hogar", acota Milena.
"Yo sueño en convertir esta hazaña en un gran logro"
Si bien Pirka Stone Ezeiza ya nació, Paula y Milena están buscando un local para poder arrancar con la venta al público, mientras aprovechan este tiempo para terminar de conformar el equipo de trabajo. "Milena está más en lo administrativo y comercial, yo funciono muy bien con el armado de proyectos, me apasiona", dice Paula.
Una vez que encuentran el local, una tarea que según cuentan no es tan sencilla ya que tienen que coincidir la ubicación, el metraje correcto y el gusto de ambas, recién ahí comenzarán a recibir el stock inicial de artículos que todavía se encuentran en la fábrica. "Una vez que abramos el negocio vamos a elegir placas, piedras ecológicas y pisos flotantes por un monto x", se aventura Paula.
¿Qué expectativas tienen a corto, mediano y largo plazo?
"A corto y mediano plazo queremos recuperar la inversión inicial mediante el posicionamiento en la zona. A largo plazo, obviamente, llevar las ventas a su máximo potencial y por qué no expandirnos a más zonas", responde Paula. "Yo sueño en convertir esta hazaña en un gran logro. Como emprendedoras, confiamos en nosotras y en nuestra elección. Sería buenísimo expandirnos a otras zonas y así confirmar que no nos equivocamos en nuestros instintos", finaliza Milena.
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