¿Mejor Argentina?
El slogan de la campaña nacional se propuso tentar al turismo autóctono. Sobre qué ocurrió después trata una serie de cartas de lectores que fue enviada durante enero y febrero últimos a la Revista. Atendiendo a esos textos y a las inquietudes que planteaban -la más insistente referida a los precios-, se consultó al secretario nacional del área, Hernán Lombardi
Con lemas como Mejor Argentina, y Turismo es trabajo, la secretaria de Turismo se propuso como objetivo generar, a corto plazo, 10.000 puestos de trabajo y contribuir al mejoramiento de la infraestructura y los servicios turísticos en todo el país. Mediante una campaña que costó dos millones de dólares, y de alianzas estratégicas con las provincias y los municipios, se generaron diversos acontecimientos culturales y deportivos, y además se ofrecieron paquetes promocionales.
Dio resultado. Según datos de la Gendarmería Nacional, la Dirección Nacional de Migraciones y organismos provinciales y municipales, el turismo creció esta temporada el 5,76%. Durante enero y febrero hubo un movimiento de 9.070.555 turistas, 493.000 personas más que el año último en el mismo período, y se colmó el 62% de la capacidad hotelera del país.
Pero también es un hecho que la gente se quejó, por diferentes medios, de los altos precios con que se encontró en los destinos turísticos. Algo que se convirtió en dato comprobable, con la difusión de un resultado estadístico del Indec: en enero se registró, en el rubro esparcimiento, una inflación que llega al 3,8% y que se debe al incremento de precios en la temporada.
Aun así, las encuestas dicen que la gente se animó a recorrer lugares menos tradicionales, como Tafí del Valle, Las Grutas, y crecieron destinos como El Calafate, Ushuaia, Mendoza y Villa Gesell.
Brasil parecía un enemigo poderoso ya que la devaluación que sufrió el real hace que los precios se reduzcan para quien viaja con dólares, pero las tarifas aéreas, que no son baratas, achicaron la expectativa de veranerar a mitad de precio. Además, según la última encuesta de Gallup, el 75% de los argentinos prefiere veranear en su país.
Pero las experiencias de nuestros lectores hablan de hechos que es necesario tener en cuenta para lograr que el turismo por la Argentina sea tanto o más gratificante que zambullirse en el exterior.
Aunque no se duda de las bellezas naturales que hay en el país, en el correo de la Revista se recibieron cartas que hablan de altos precios fuera de los paquetes promocionales, que parecen hechos para exprimir al turista; de pasajes de cabotaje en avión extremadamente caros, que aumentaron en diciembre el 20%; de caminos en mal estado; de baños intolerables; de escasa señalización y de otras tantas pequeñas y grandes calamidades.
No sólo los argentinos se incomodan ante estas notas disonantes. Ya desde el Aeropuerto de Ezeiza, la puerta de entrada al país, cualquiera que tenga unos minutos libres y decida tomarse una gaseosa puede encontrarse con la desagradable sorpresa de que una simple lata, que en el supermercado cuesta unos $ 0,60, se cobra 3 pesos, 3 dólares, o 6 reales para los visitantes de Brasil.
Es que esta Argentina tan impactante desde sus paisajes no deja un buen recuerdo desde los servicios. Algunos costos para un turista ocasional provocan que, más que volver, elija otros destinos donde la relación calidad-precio sea más favorable.
Es cierto que los estudios de la Organización Mundial de Turismo señalan a ese sector como uno de los más pujantes para impulsar el empleo. Pero la pregunta es si tiene llegada un mensaje que promociona al turismo como causa patriótica o si tienta más -desde el lado de los operadores- ofrecer buenos precios, buen servicio, además de las bellezas naturales que están allí, pero que muchas veces son de difícil acceso.
Hernán Lombardi, secretario de turismo, aclara primero que la entidad que él dirige dispone de una línea habilitada para atender reclamos y dar información sobre las promociones del programa Mejor Argentina y que continuarán vigentes durante todo el año. Se trata del 0800 333 VAMOS, que recibió durante este verano casi 6000 llamadas. "Yo me siento, a veces, como el gerente de producto de la Argentina. Vengo de una empresa privada dedicada al turismo, y sé que con cada queja hay una oportunidad", dice, desde su despacho, pronto para escuchar y contestar fragmentos de las cartas enviadas por nuestros lectores.
"Me quiero manifestar en contra del estado de ciertas rutas y caminos, y de los precios."
"La semana última fui en auto de San Nicolás (Pcia. de Buenos Aires, a San Carlos de Bariloche (Pcia. de Río Negro).
"El camino al cerro Tronador es de ripio y rompimos el auto. Creo que también sería hora de que pavimenten el Camino de los siete lagos. Hay rutas como la nacional número 35 que en La Pampa es un desastre. Y el camino desde Puelches hasta Gral. Roca, pasando por Dique Casa de Piedra, si bien está en buen estado no tiene señalización alguna. Se llega a un punto en el que uno no sabe ni dónde está parado.
"No pudimos ir por la ruta Conquista del Desierto por los incendios que azotaban La Pampa, de los cuales nos enteramos recién en Chacharramendi. Creo que no le costaba nada al gobierno que alguien nos informase de esta situación antes del cruce y no 56 km después.
"Y por último quiero quejarme de los altos precios de los comercios barilochenses, así como de 2 curro típicos de los argentinos: uno llamado Control Fitosanitario en la entrada de la Patagonia ($ 2) y un Pase verde de $ 7 para entrar a los Parques Nacionales, algo irrisorio ya que el parque es natural y de todos. Los guardaparques se deben pagar con nuestros impuestos".
Sebastián Gómez.
-Los caminos de ripio han sido una de las principales inquietudes de quienes pasaron sus vacaciones en el interior. María Cristina Bond, por ejemplo, dice que "en las provincias de Santa Cruz y Chubut son realmente espantosos, sin ningún tipo de mantenimiento, sin estaciones de servicio, ni baños, ni teléfono..."
-En el plan federal de infraestructura, que se aprobó en diciembre, dimos prioridad turística a la ruta 40 en Santa Cruz y al Camino de los Siete Lagos. El camino al cerro Tronador, con un crédito del Banco Mundial, se está asfaltando y acabamos de inaugurar allí un centro de información. Se van a mejorar 10.000 kilómetros de ruta, y a asfaltar unos 4000 de caminos turísticos.
-¿Cuándo se va a poner en marcha este plan?
-Bueno, ya, porque el presidente firmó el decreto en diciembre.
-¿Por qué una persona tiene que hacer casi 60 km antes de que le avisen que el camino está cortado?
-Comunicar es una forma de respeto. Tenemos que aprender desde lo turístico a comunicarnos mejor y en una forma más efectiva. Nada costaba, efectivamente, poner a alguien en el desvío.
-¿Qué puede decir con respecto a los precios?
- No me animaría a decir que el nivel de precios de Bariloche es caro. Las localidades turísticas este año bajaron sus precios. Y en febrero, más todavía. Acá hay un cambio estructural que consiste en mejorar la relación calidad-precio.
-¿Qué respondería a la queja sobre los precios de los parques nacionales?
-En todo el mundo se cobra la entrada a los parques nacionales. Comprendo que existe una visión que es: yo pago mis impuestos y ustedes denme todo. Pero hay un concepto que tiene que ver con la equidad: pago lo que uso. El pase verde cuesta 7 pesos por 7 días. En enero, la entrada diaria costaba 5 pesos y a partir del 1º de febrero, 3 pesos la entrada a los 4 parques norpatagónicos. Hay que tener en cuenta que un chico que no puede ir a los glaciares y compra un paquete de chicles, también está pagando, en ese caso, el IVA.
-¿Y el tema del control fitosanitario?
-No lo conozco.
"Recientemente hemos viajado en auto desde Buenos Aires hasta Esquel, y de allí, cruzando hacia Trelew, regresamos por la costa atlántica. Apenas dejamos atrás el pueblo de Paso del Indio comenzamos a observar formaciones geológicas monumentales, imaginando que serían un muestrario de lo que nos aguardaba en Los altares. Preguntando a los pobladores, nos informaron que esas formaciones eran parte de Los Altares. Por suerte, como teníamos tiempo, volvimos 40 kilómetros y fotografiamos ese paisaje maravilloso. Queremos que nuestra experiencia sirva para que las autoridades de Chubut, con recursos mínimos, brinden al turista la información que despierte el interés de los demás viajeros para conocer un bello lugar que nos brinda la naturaleza. Así transformarán lo que parece una travesía por el desierto en un hermoso y recordable paseo."
Cecilia Barvié.
-Para un viajero a cualquier punto del país, ¿es fácil lograr buena información antes de viajar? Las casas de provincia están preparadas para asesorar a un potencial visitante?
-Hay mucha más información de la que se cree, pero el salto cualitativo que hay que dar es enorme. Este es un país con turistas: hay 11 millones de argentinos que se mueven por la Argentina; recibimos 4 millones de extranjeros por año... Pero tenemos que ser un país turístico: con conciencia de que el turismo puede ser una de nuestras actividades económicas principales. Implica un gran esfuerzo y una gran concientización de los entes oficiales, de la población...
-¿Hay algún plan pensado como para que la información sea más accesible?
-Como decía, hay mucha información, pero falta que esté disponible en tiempo y forma. Estamos haciendo un cambio profundo en cuanto a Internet, y también en cuanto a la señalización turística.
-¿Qué es lo que espera de un viaje de placer?
-Espero que me permita despejarme de mis tareas habituales. En mi caso particular, un viaje siempre requiere una cierta preparación. Si viajo a Salta, por ejemplo, leo las guías. Me interesa no perderme detalles, paseos, lugares de interés. También me gusta probar la comida típica y conocer la historia del lugar. Siento que disfruto más cuando tengo información sobre el lugar antes de llegar.
"Fui de vacaciones a Puerto Madryn, Esquel y El Bolsón. Una de las excursiones (que de por sí son demasiado caras) consistía en ver la pingüinera, en Punta Tombo. Paramos en una estación de servicio, única parada antes de llegar a Punta Tombo (a unas 2 horas de donde estábamos). Realmente sentí vergüenza como argentina (ya que en la excursión había muchos extranjeros), por el estado lamentable de los baños. Es básico. No hace falta ninguna ienorme inversión para que estén limpios. Sólo hace falta buena voluntad y conciencia de que para atraer al turismo hay que dar un buen servicio."
Irma Rizzo.
-En este caso, no se trata de una inversión. No me canso de hablar de la concientización. Si vamos a pensar en el turismo como una de las principales actividades económicas del país, es fundamental que cada uno de los eslabones que integran la cadena de servicios funcione bien.
- Como turista, ¿qué espera del servicio, de la infraestructura, del transporte...?
-Yo no voy al consumo suntuario. Lo que espero es una buena relación calidad-precio. Es decir: que lo que pago esté. Miro los precios y comparo. Y básicamente busco que me la hagan fácil. Si voy a una hostería en Salta, por ejemplo, quiero tener buena información y saber qué excursiones puedo hacer. Aspiro a que eso sea concretable. Me da rabia que en el folleto figure que se puede hacer rafting, por ejemplo, y que cuando llego me digan que no es la temporada. Quiero que el servicio que se me ofrece esté al alcance de la mano.
-Siempre es difícil generalizar, pero, ¿cómo ve a nivel país este tema?
-El año último viajé 100 veces al interior. No se puede solamente desear ¡que lindo sería recibir muchos turistas! Tenemos mucho trabajo por hacer. Hay que cerrar la brecha entre lo que te ofrecen y el servicio que se brinda. Y hay un nivel desparejo en la Argentina.
-Desde la secretaría, ¿se califican a los establecimientos hoteleros, restaurantes y demás?
-En la Argentina se están invirtiendo actualmente 1200 millones de dólares en turismo: en hotelería, servicios y transportes. Pero hay que ir más allá. Estamos creando el Instituto Nacional de Calidad Turística en Argentina (Inactur), a semejanza del Instituto de Calidad Turística Española. Es un error creer que mejorar la calidad es subir de categoría. Por ejemplo, subir de dos estrellas a tres. Mejorar la calidad es mejorar la relación entre el precio que se paga y los bienes que se consumen.
-¿Cómo se puede incentivar a un pueblo para que mantenga las condiciones que dan una buena impresión al turista?
-Por un lado, desde el Estado se puede ayudar con créditos blandos. Hay una Gerencia de Turismo del Banco Nación para este tipo de proyectos. Si embellecés tu casa, estás embelleciendo el patrimonio de todos. Hay pueblos muy cuidados, pero a veces la cartelería y la contaminación visual son espantosas. En los valles Calchaquíes hay pueblos que son fantásticos, pero simultáneamente conviven con ellos pueblos que han sido muy impactados desde lo visual. Por ejemplo, en la plaza de Cafayate hay un cartel inmenso de una empresa privada. Una porquería. En cambio tenés Cachi, un pueblo cuidado, bien conservado, o Antofagasta, en Catamarca, que han sabido conservar su identidad. Y la gente va porque son distintos. El visitante lo que quiere es la diferencia. Ushuaia es diferente. Desordenado... no hay un plano urbano..., pero hoy por hoy el atractivo es ese.
-Ese punto de vista es bastante discutible...
-Yo conocí Ushuaia de chico con su municipalidad, la torre. Esa arquitectura ecléctica, rara, en la que cada cual se construyó en una lomita lo que pudo porque el Estado repartió la tierra. Hoy eso es parte de su identidad. A mí, en todo caso, lo que me molesta es cuando te ponen el cartel de tamaño descomunal en medio de la plaza de un pueblo.
"El 11 de enero abordé el Boeing 707 de la empresa LADE con destino a Ushuaia aprovechando un paquete ofrecido por la Secretaría de Turismo. A la hora y media de vuelo se nos anuncia que tenemos que volver por un viento fuerte (en realidad, hubo un desperfecto en una turbina). Luego de dos horas largas nos llevan a Aeroparque y nos despachan en aeronaves pequeñas. Junto a nosotros viajaron funcionarios de la Secretaría de Turismo que solicitaron dispensas por la molestia. Prometieron que se retornaba el costo a bahía Lapataia y que se nos obsequiaba la cena de ese día. La cena existió, pero ninguna de las empresas privadas de excursión nos reconoció la devolución.
"De ahí partimos a Calafate y pagamos una tasa en el aeropuerto de $13. Llegados a Calafte, los precios de los restaurantes trepaban a niveles asombrosos (el turismo había crecido y los precios también); los costos de mercadería (libros, souvenirs) son un 50% más altos que en Buenos Aires. Por ejemplo, un kilo de fruta fresca cuesta $ 4,50 como económico; un rollo de fotos, $ 10.
"La excursión a los glaciares Upsala, Spegazzini, Onelli, debe realizarse por cuestiones de acceso sólo en lancha. Ese viaje, día completo, cuesta $ 130, cuando en diciembre costaba $ 90.
"Al volver, hay que abonar otra tasa en el aeropuerto de $ 18 por persona."
Eduardo Mario Mogni.
-Las agencias de viaje vendieron paquetes promocionales para Ushuaia y El Calafate por 7 días tras conseguir una tarifa barata en LADE, pero, por lo visto, no todo salió sobre rieles.
-No entiendo, porque la gente estuvo muy agradecida, y cuando el avión tuvo que volver estaban contentos de que los haya acompañado gente de la secretaría... Nos vamos a poner en contacto con esta persona, porque nos interesa saber bien qué pasó. Me acuerdo de una oportunidad en que vino una persona quejándose de que le habían querido cobrar más caro. Yo la hice pasar. Al día siguiente hubo una inspección en la agencia y todo se solucionó. Nosotros tenemos que defender los convenios.
-¿Qué podría decir con respecto al nivel de precios?
-Yo creo que sí, que los precios ahí son caros.
- ¿Y con respecto al aumento del precio de la excursión?
-Tuvimos una charla con el prestador que dice que, en realidad, no es el mismo servicio. Parece que al haberse descongelado algunos glaciares, la excursión toca otros puntos que antes no tocaba, y es más larga. Así es que no sería correcto comparar ese precio con el anterior. Pero estamos observando ese punto porque somos los custodios de la Nación para mejorar la calidad argentina y la relación calidad-precio.
"Leí información sobre el seguro de lluvia en Villa Gesell; el reintegro del peaje así como también cada 8 noches de hotel, 2 eran gratis.
"Me comuniqué a la oficina de turismo y me informaron que había un listado de hoteles adheridos. Pero el hotel donde tenía hecha la reserva no estaba en el listado, por lo tanto tampoco funcionaba lo del peaje.
"Una vez más, aparece la famosa letra chica."
Juan Carlos Escobar.
-Cuando piden a los operadores que bajen los precios, ¿se supone que deben ganar menos o hay algún tipo de incentivo fiscal?
-En el plan Mejor Argentina hubo 1200 productos. Los operadores bajaron los precios, y nosotros los ayudamos con la promoción. Hay 400 localidades que entraron en este plan.
-El lector fue a un hotel que no estaba dentro de la promoción, pero, ¿por qué no le reconocieron el peaje?
-La Secretaría de Turismo de Villa Gesell ofreció una promoción a la que adhirieron varios establecimientos, haciendo un esfuerzo por bajar sus precios. Lo del peaje es un principio de promoción compartida. De lo que nosotros nos ocupamos es de que no haya letra chica.
-¿Cómo influyeron sobre el turismo los nuevos impuestos que hicieron, por ejemplo, que a fin de año los aguinaldos sufrieran una merma más que importante, o casi total?
-Aún, con el dinero que tiene en el bolsillo, la gente prefiere gastar más en esparcimiento que en indumentaria... Me estoy llendo por la tangente..., ¿no?
-Así es.
-Creo que lo más antipático que tuvo que hacer el gobierno apenas asumió fue subir los impuestos, pero fue en función de una situación caótica heredada.
-También se produjeron cambios con respecto a la devolución del IVA a extranjeros.
-Se les van a devolver los impuestos a partir de compras de $70. Hasta ahora, era a partir de compras de $200. De esta manera apostamos al turismo extranjero también. Fijate que en ningún país del mundo se devuelve el IVA a la hotelería. Una medida similar en Austria permitió quintuplicar la devolucion del IVA a extranjeros, incentivándolos a que gasten más.
-¿Los precios de la nafta y los peajes no pueden ayudar para incentivar el turismo? Por ejemplo, la ruta Mar del Plata-Buenos Aires: entre nafta y peaje se pagan unos 130 pesos, si a eso se le agrega hospedaje y comida, es poca la gente que puede ir por pocos días, varias veces al año.
-A mí me procupan los peajes cuando no hay una ruta alternativa. Pero el sistema de peajes es razonable para el mantenimiento de las rutas en la Argentina.
-¿No le parece que son demasiado caros?
-Hay que analizar caso por caso.
-Y el costo de la nafta también es mucho más alto en relación con otros países.
-Vale la pena aprovechar la oferta de nafta que hay en la Patagonia, que es mucho más barata.
-¿Piensa que la red ferroviaria llegará a cubrir diferentes puntos del país, para facilitar un transporte más accesible?
-La verdad es que en la Argentina se desmanteló la red ferroviaria. Es un tema que se analiza, pero es complejo. Por lo pronto en noviembre, en Ushuaia, vamos a tener el primer congreso mundial de ferrocarriles turísticos.
-Los precios de los pasajes en avión subieron un 20% con respecto a 1999.
-Nosotros queremos darle mucha competitividad a los servicios aéreos. Y sobre todo lograr que haya tarifas al servicio del turismo.
-Hablemos sobre las tasas de aeropuerto.
-Al haberse privatizado los aeropuertos por decreto, todo el sistema aeroportuario está en una situación que no es la mejor. En Brasil, las tasas son de $ 35. Es lógico que exista una tasa porque uno tiene que pagar el servicio que consume. El valor depende de la eficiencia con que funcione el sistema de aeropuertos.
-Para terminar, el aumento de precios en temporada es la queja principal de los turistas de cabotaje. Está en el aire la idea de que se exprime al que cae de vacaciones por unos días.
-Y al primero que traicionan es a mí, que me rompo el alma para que la gente viaje. Nosotros creemos que el sector privado ha hecho un gran esfuerzo para tener una muy buena relación calidad- precio. Pero creo que todavía hay bolsones de precios altos y bolsones de aprovechamiento. Es bueno saberlo y difundirlo porque será el mismo mercado el que diga: "Señores no hay que aprovecharse del turista".