Cuando estaba dando sus primeros pasos en el mundo de la enología Marilyn sufrió un grave accidente automovilístico que le impidió seguir trabajando en una bodega. Sin embargo, ese suceso le abrió las puertas para crear su propio negocio.
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“En temporada eran muchas horas de trabajo, ya venía cansada y el viaje era largo. Ese 13 de mayo de 2009 llovía, recuerdo que me distraje y cuando levanté la vista estaba en la banquina. Me asusté, moví mucho el volante lo cual provocó que se deslice rápidamente y choque de frente en un monte. Eso hizo que yo rompa el vidrio de adelante y salga despedida por el de atrás, rompiéndolo también con mi cabeza. Me dolía mucho el cuerpo y cuando miré hacia atrás vi el auto dado vuelta y que salía humo por todos lados. Me levanté (luego de recuperar el conocimiento), me miré las manos llenas de sangre y la calle era un charco de sangre. Recién ahí me di cuenta de lo que me pasaba y me fui a tirar a la banquina para que ningún auto distraído me atropellara. No terminaba de entender la dimensión del accidente”.
Ese 13 de mayo de 2009 no fue un día más en la vida de Marilyn García, una mujer mendocina que por entonces tenía 26 años, vivía con sus padres en Mendoza, trabajaba y estudiaba para pagar la universidad.
“Fue un milagro que me salvara”
Como estaba estudiando para ser licenciada en Enología, unos meses antes del accidente, había aceptado trabajar en la localidad de Junín en una Bodega Catena Zapata. Entendió que se trataba de una gran oportunidad para dar sus primeros pasos en una carrera que cada día la apasionaba más y más.
Durante los minutos posteriores al accidente, Marilyn contó con un guiño del destino cuando del auto que venía detrás suyo se bajó un médico que inmediatamente la inmovilizó. “Como estaba llegando a la bodega todos mis compañeros pasaban por ahí, fui asistida y llevada al hospital. Entre tantos que vinieron a ayudarme no olvido la cara de Lucas que estaba muy preocupado e impresionado por verme así. Fue un milagro que me salvara”, dice.
Algunos síntomas de preocupación
Pese a lo que presumía ser un diagnóstico muy desalentador, Marilyn tuvo una recuperación muy positiva y en todos estos años solamente tiene dolores en su espalda que le impiden estar muchas horas parada y sentada. A raíz de esta secuela el médico que la atendió no la autorizó para regresar a su trabajo. Un tiempo después comenzó a percibir otros síntomas que llamaron su atención.
“Empecé con dolores de cabeza y también con palpitaciones aceleradas en mi corazón. No lograban encontrar a qué se debían y me recetaron antidepresivos, pero me alteraban más. Mi médico de cabecera me recomendó que hiciera algo que me gustara mucho ya que no podía salir a hacer actividad física para poder bajar el nivel de ansiedad. Me dijo que pensara en algo en lo cual no ocupara el cuerpo, sino mi cabeza”.
¿Por qué a mí o para qué?
Como suele pasar en las personas que atraviesan una situación traumática, a medida que Marilyn fue haciendo el duelo se fue amigando con la situación hasta llegar a alcanzar una aceptación activa que le permitió poder ahondar en el para qué. Tenía que indagar muy dentro suyo cuál era el sentido que le podía dar a su vida tras el accidente. Se preguntó cuáles eran sus habilidades y sus talentos hasta que llegó a la conclusión de que su propósito estaba ligado a los vinos. Entonces, se encontró frente a la posibilidad de renacer y de resurgir creativamente en medio del dolor.
Un emprendimiento con un nombre muy particular
A partir de ese momento Marilyn comenzó a soñar con la posibilidad de tener su propia bodega. De esa forma nació 13 Cles. La elección del nombre de su emprendimiento no es una cuestión azarosa. Tampoco obedece a una combinación de palabras ni está pensado como una estrategia de marketing. “13 es el día del accidente, mi día de renacimiento, mi día de la suerte. Cles en francés significa llaves y fueron las que comenzaron a abrir puertas del camino que se me había cerrado”, explica.
“Los ofrecí en todos lados, pero nadie quería comprar vinos caseros”
Marilyn cuenta que este proyecto lo empezó para sentirse mejor anímicamente y, por supuesto, para seguir en contacto con la enología y para tener un sustento económico tras el accidente. “En mi familia todos me ayudaron en la elaboración. El primer año nos levantamos durante 10 días a despalillar a mano. Fueron 1500 kilos de uva. Mis compañeros de la bodega me regalaron unas barricas”.
Su primer vino fue un Malbec Reserva y produjo mil botellas. “Me costó mucho salir a venderlos. Los ofrecí en todos lados, pero nadie quería comprar vinos caseros. Parecía que tenían mala fama”.
La suerte estuvo de su lado
Sin embargo, dicen que la vida da revancha y que las oportunidades, siempre que se buscan, están a la orden del día. Además, Marilyn contó con ese golpe de suerte que a veces es muy necesario para alguien que recién está comenzando con un emprendimiento.
Un vecino que iba a comprar al negocio de su mamá tenía un restaurant y ella le insistió mucho para que se llevara una caja de sus vinos para, en algún momento, colocarlos en la carta. “Una noche fue a cenar a ese lugar Alejandro Vigil (enólogo jefe de la reconocida Bodega Catena Zapata que fue multipremiado internacionalmente y considerado “Ones to Watch” por la revista Decanter como una de las personas que más influyen en el mundo del vino) con su familia y le pidió un vino que no estuviera en la carta y era el mío. A Ale le pareció super interesante probar un vino casero, afortunadamente le gustó y lo publicó en sus redes. Así fue como empezaron a pedirme ese vino de varias provincias y se me terminó rápidamente”.
Ese día, como el accidente, fue un momento bisagra en su vida ya que se sintió muy valorada y mimada por su trabajo. Una vez que vendió esa primera producción Marilyn se sintió con muchas ganas de seguir creciendo.
“Al año siguiente hice mil kilos. Esa vez alquilé una despalilladora y los próximos años fui sumando una nueva línea sin madera hasta que decidí elaborar en una bodega que me brindara el servicio”, cuenta orgullosa Marilyn, que hace poco realizó una producción de 60.000 kilos que comercializa en varias provincias.
“Todo esto superó mis expectativas”
Marilyn dice que es muy inquieta, que no tiene rutinas y que como es la responsable de todos los sectores de su emprendimiento ella misma arma los pedidos y los lleva al transporte.
“Mi objetivo principal es poder comenzar a exportar, pero no tengo prisa, estoy bien con el mercado interno. También me gustaría hacer una sala de degustaciones en la finca de mi familia para que 13 Cles tenga su espacio propio. Sueño con tener mi propia bodega de pequeña capacidad. En los momentos posteriores al accidente nunca imaginé que podría llegar a armar este emprendimiento, se fue dando en el camino y superó mis expectativas”.
Si tenés una historia de superación personal, de transformaciones o de cambios a partir de un suceso en particular mandanos un resumen y tus datos a historiasdevidalanacion@gmail.com
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