Este 17 de mayo, la reina de Holanda celebra su cumpleaños; pero fue un sábado de febrero de hace casi 20 años cuando la vida de la argentina cambió para siempre
Este lunes, la reina Máxima de Holanda cumple 50 años. Si bien es una fecha importante que tendrá sus merecidos festejos, ningún evento podrá igualar aquel día de hace 19 años, cuando todavía era conocida como Máxima Zorreguieta y contrajo matrimonio con el príncipe Guillermo Alejandro en la catedral medieval de Ámsterdam. Fue una ceremonia histórica e inolvidable, tanto para el pueblo holandés, que se amontonó en las calles, como para el argentino, que siguió cada minuto de la boda a través de las pantallas. La pareja celebró durante días la unión en una ciudad que se vistió de fiesta con el color naranja de la familia Orange-Nasseau.
Ese soleado 2 de febrero de 2002, más de 80 mil personas se reunieron en la capital holandesa para ver a los recién casados. Como nunca antes, Máxima cautivó a la audiencia con una sonrisa radiante y franca, envuelta en el elegante vestido de seda blanca diseñado por el italiano Valentino, con una extensa cola de cinco metros.
En uno de los momentos más memorables de la ceremonia, la actual reina consorte se quebró a la vista de todos. Su gran emoción no solo tuvo que ver con lo trascendental del evento: también se debió a una difícil ausencia. Su padre, Jorge Zorreguieta, no pudo asistir por decisión del Parlamento holandés, debido a que ocupó un cargo durante la última dictadura militar en Argentina. Aunque no pudo estar a su lado, Máxima lo recordó con el tango “Adiós Nonino” de Astor Piazzola: cuando la pieza empezó a sonar, la flamante princesa no pudo contener las lágrimas.
Entre las actividades oficiales que organizó la corona por la boda, la pareja participó de una cena y un baile en el Palacio Real de Ámsterdam, y hubo un concierto especial de la Royal Concertgebouw Orchestra, un show animado por cantantes de rock y pop holandeses y varios desfiles por las calles de la ciudad.
Entre los invitados de las casas reales de todo el mundo estuvieron la reina Sofía de España con su hijo Felipe; el príncipe Carlos de Inglaterra; los condes de Wessex, Eduardo y Sofía; el principado de Mónaco, Alberto y Carolina; la reina Margarita de Dinamarca; y las familias reales de Noruega, Suecia, Grecia, Luxemburgo, Bélgica y Jordania. Además, la ceremonia contó con la destacada presencia de Nelson Mandela.
A continuación, un recorrido fotográfico del día en que la vida de Máxima cambió para siempre: su camino al altar, la alegría del pueblo holandés, las personalidades que la acompañaron, la proyección del evento en nuestro país y sus primeras imágenes como nueva integrante oficial de la familia real.
Edición fotográfica: Jesica Rizzo