Los referentes de las principales Casas Reales se muestran muy activos en tiempos de coronavirus y asumen con responsabilidad y sentido común su rol de líderes positivos. Promueven el trabajo y la educación online, sin salir de casa, aplauden a los médicos y sanitarios y a todos aquellos trabajadores de tareas esenciales y contienen a enfermos y familias desesperadas. Los más jóvenes, como los reyes de Holanda, de España y de Bélgica, la princesa Victoria de Suecia o los duques de Cambridge, dejan sus palacios y enfrentan la crisis desde la primera línea "de fuego".
La pandemia no hace distinciones: aunque ya fueron dados de alta, el príncipe de Gales y el príncipe de Mónaco se contagiaron; y la princesa María Teresa de Borbón y Parma, prima del rey Felipe VI de España murió, a causa del virus.
LA EMPATÍA DE LOS HOLANDESES
Máxima y Guillermo Alejandro fueron los últimos royals en suspender viajes de Estado. A mediados de marzo hicieron una visita oficial a Indonesia y, a su vuelta, se conoció que dos ministros de ese país, con quienes habían compartido una tarde, tenían coronavirus. De inmediato, los Orange-Nassau se pusieron en cuarentena preventiva. Descartado el contagio, pusieron en marcha una agenda enfocada en aquellos sectores más golpeados por la pandemia. Guillermo Alejandro, por ejemplo, visitó algunos hospitales y su mujer, una plantación hortícola en Honselersdijk, donde productores locales le hicieron saber su preocupación ante la estrepitosa caída de las ventas. Máxima felicitó personalmente a los voluntarios de la Cruz Roja en Loenen, un municipio de Utrecht.
Durante el recorrido, Su Majestad no llevó ni barbijo ni guantes, pero mantuvo la distancia recomendada para evitar un posible contagio. Y cambió sus saludos cálidos y efusivos por el gesto de "Námaste". Lo mismo sucedió el viernes 3, cuando el matrimonio real dijo presente en el Instituto Nacional de Salud Pública y Medioambiente (RIVM), en Bilthoven, con las precauciones necesarias.
Los reyes de Holanda fueron, además, los primeros en involucrar a sus hijas. El 18 de marzo salieron al balcón de Huis ten Bosch junto a Amalia (16), Alexia (14) y Ariane (12), y, cacerolas en mano, se unieron al aplauso en honor al personal sanitario. Una actitud que se viralizó en distintas Casas Reales, como en el Reino Unido con los duques de Cambridge, que compartieron un video de sus hijos, los príncipes George (6), Charlotte (4) y Louis (1), batiendo palmas en los jardines de Anmer Hall, su casa de campo en Norfolk, y los príncipes herederos de Dinamarca, Federico y Mary, junto a Christian (14), Isabella (12) y los mellizos Vincent y Josephine (9).
TRES GENERACIONES UNIDAS
Instalada en el castillo de Windsor, adonde se recluyó junto con su marido, el duque de Edimburgo, el pasado domingo Isabel II usó la cadena nacional para dirigirse al pueblo con un histórico discurso. "Estamos ante un momento de disrupción en la vida de nuestro país que ha causado dolor a algunos, dificultades financieras para muchos y enormes cambios en la vida cotidiana de todos [...]. Espero que en los años venideros todos se sientan orgullosos de cómo respondieron a este desafío. Y los que vengan después de nosotros dirán que los británicos de esta generación fueron muy fuertes […]", dijo Su Majestad, que cerró con un esperanzador "si permanecemos unidos y decididos, lo venceremos".
Durante los últimos quince días mantuvo vía telefónica la habitual audiencia semanal con su primer ministro, Boris Johnson, que está con coronavirus, y el lunes 6 fue hospitalizado (al cierre de esta edición, estaba en terapia intensiva con respirador).
En cuanto a su hijo, el príncipe Carlos (71), el 3 retomó su agenda, aunque de manera virtual, al inaugurar un hospital de campaña al este de Londres. Dos días antes, desde su residencia de Birkhall, en los terrenos del castillo de Balmoral, Escocia, el heredero del trono llevó tranquilidad a la gente también a través de un video. "Después de haber ido pasando el proceso de contraer el coronavirus, por suerte con síntomas leves, me encuentro del otro lado de la enfermedad pero continúo con distancia social y confinamiento", dijo. Carlos está acompañado por su mujer, Camilla, cuyo ex marido, Andrew Parker Bowles, también está afectado por el virus (en estado grave al momento de nuestro cierre).
Con la Reina en Windsor y el heredero aislados, los duques de Cambridge ganan estelaridad. El príncipe William (37) y Kate (38) hacen foco en la salud emocional y mental –es una de las causas que abrazan por lo que el distanciamiento social supone–.
Por eso mantienen contacto y visitan regularmente diferentes organizaciones dedicadas a este tema. Y según publicó el Daily Mail, William estaría considerando retomar su carrera como piloto de ambulancias aéreas (es algo que hizo hasta 2017) para cooperar con los servicios médicos.
LA ZARZUELA, SIN PAUSA
La agenda de crisis que cumplen Felipe y Letizia desde La Zarzuela no les da respiro. En el marco de la emergencia sanitaria que afronta España, el Rey está en contacto permanente con el presidente Pedro Sánchez, y con su gabinete. Además, puso la Guardia Real a disposición del Ministerio de Defensa y salió a la calle: para visitar el hospital instalado en el predio ferial de IFEMA, en Madrid; y para agradecer a las Fuerzas Armadas en su base de Retamares. Junto a la Reina –a quien volvió a ver el 26 de marzo tras aislarse preventivamente por compartir un acto con la ministra Irene Montero, que contrajo el virus– hacen cientos de llamadas y videoconferencias con hospitales, asociaciones sociales y también comerciales para conocer las necesidades y dificultades de primera mano.
Además, la madre de Felipe VI está ayudando a través de la fundación que lleva su nombre. Según recoge el comunicado emitido por la Fundación Reina Sofía, la institución va a destinar a la Federación Española del Banco de Alimentos un aporte extraordinario y con carácter de urgencia para comprar 265 mil litros de leche y distribuirlos en los Bancos de Alimentos asociados.
ALBERTO, RECUPERADO
Mónaco sonríe: Su Alteza Serenísima fue dado de alta y pronto podrá reunirse con su mujer, la princesa Charlene, y sus mellizos, Jacques y Gabrielle (5), que desde que saltó la alarma de la pandemia se trasladaron a Roc Agel, el refugio de verano de los Grimaldi.
Durante su cuarentena, el príncipe Alberto concedió entrevistas telefónicas en las que aseguró que seguía trabajando desde su oficina de palacio y que extrañaba mucho a su familia. Su positivo había generado mucha preocupación porque en 2018 padeció una neumonía y ese antecedente podía complicarlo. Sin embargo, el 31 de marzo reapareció públicamente con buen semblante en uno de los patios del palacio. Y al día siguiente fue fotografiado manejando su auto y sonriente.
El hijo de Rainiero y Grace Kelly fue el primer jefe de Estado en revelar públicamente que estaba infectado con el coronavirus. Con mucho pesar, este año tuvo que suspender uno de los acontecimientos más emblemáticos del principado: el Baile de la Rosa.
HEREDERA COMPROMETIDA
Carlos Gustavo y Silvia de Suecia fueron los primeros monarcas en suspender un acto oficial con motivo del coronavirus (una comida para 150 invitados). Desde entonces, el Rey, de 73 años, y su mujer, de 76, dejaron la residencia oficial de Estocolmo y se trasladaron al castillo de Stenhammar, en Flen, a hora y media de esa ciudad, y no reciben ni a sus nietos.
Por ende, la princesa heredera, Victoria, y su marido, el príncipe Daniel, asumieron la "primera línea". Desde palacio y a través de videollamadas se comunican con organizaciones y compañías para informarse sobre su situación. Victoria, además, se unió días atrás a los voluntarios de un centro benéfico de Estocolmo que prepara y reparte cajas de comida a familias en situación de vulnerabilidad. "Es importante que nosotros, que tenemos esta oportunidad, tratemos de contribuir y ayudar como podamos", escribió en el Instagram de la Casa Real, donde se la ve empaquetando los envíos de alimentos. También visitó a los investigadores de la Universidad de Estocolmo que estudian cómo acabar con el virus, y recorrió las instalaciones de un hospital de campaña.
GRATITUD, CERCANÍA Y ESPERANZA
Los reyes de Dinamarca, Noruega y Bélgica y los Grandes Duques de Luxemburgo están trabajando desde sus palacios, desde donde alientan a sus pueblos con mensajes muy cercanos de gratitud y esperanza. Matilde de Bélgica asistió junto a sus hijos a entregar ramos de flores y waffles preparados por ellos mismos a personas mayores.
Por un tema de edad, Sonia (82) y Harald (83) de Noruega y Margarita de Dinamarca (79) integran la población más vulnerable al Covid-19 y, por ende, cumplen con el aislamiento preventivo. Los primeros están en cuarentena desde su visita a Jordania, a principios de marzo, por lo que los príncipes herederos, Haakon y Mette-Marit, montaron una oficina en su residencia de Skaugum, donde están con sus hijos.
En representación de Margarita, su hijo, el príncipe heredero Federico, y su mujer, Mary, son quienes asumieron el rol de líderes para contener y empoderar a su pueblo a salir adelante.
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