En su acento españolísimo ya se le escapa algún argentinismo que cosechó desde que se instaló en Buenos Aires hace cuatro meses. Maxi Iglesias (29), estrella de la exitosa serie Velvet y que hoy brilla en la novela Separadas, buscó un departamento en Palermo y poco a poco se sumergió en la rutina de una ciudad a la que él describe como "caótica, intensa y al mismo tiempo, muy, muy cálida".
"Me llama mucho la atención lo rápidos que sois en una conversación, en la manera de hacer bromas. A veces no se dan cuenta, pero cuesta seguirlos… Cada tanto me tiran un ‘cualquiera’ y cuando recién entiendo lo que quisieron decir, ya pasaron a otro tema", explica entre risas el actor nacido en Madrid. Cuenta también que ya recorrió todos los museos porteños, visitó el teatro Colón y se volvió un verdadero fanático de las empanadas de carne.
–Se te ve muy adaptado…
–Fue cuestión de entender el modo de vincularse que tienen ustedes. Por ejemplo, yo no soy tímido ni reservado, pero sí respetuoso y mantengo mucho la calma y respeto mis tiempos en cada charla. Sin embargo, acá esa manera de ser me hace quedar de parado o tonto. [Se ríe]. Aquí la gente se interrumpe constantemente y como yo soy más tranquilo, al principio me quedaba atrás en todas las conversaciones. Fue terrible, pensé: "OK, interrumpo y hablo o no digo nada". Me pasaba todo el tiempo: en el set, en una cena con amigos… Yo me decía: "Vamos, lanza, lanza, lanza una palabra porque si no te quedas out".
–¿Y qué tal te ha ido con las mujeres argentinas?
–En ese sentido los españoles somos más directos. La mujer de una te dice: "¿Te apetece salir a tomar algo conmigo? Pum, está muy claro. En Argentina, las mujeres suelen darte más vueltas o no te lo dicen o hubo una invitación y nunca lo notaste… Es más rápido y sutil. Y eso me encanta, es una maravilla.
–¿Incursionaste en alguna aplicación para conocer a alguien?
–Soy bastante reacio a establecer una comunicación a través de una aplicación. Me gusta más el cara a cara, el ver una mirada a través de un café. Soy más de buscar lo que eres de verdad y no una foto preparada que va a mostrar sólo lo bueno de ti.
–¿Te cuesta digerir el mote de galán?
–Es difícil que la gente no se forme un juicio de ti antes de conocerte. Odio la falsa modestia y puedo decirte que soy un tipo agraciado y tengo unos ojos bonitos y claros. Pero por esto mismo, enseguida recibo el prejuicio del otro. Si me río demasiado, piensan que me creo mil. Si me ando serio, soy un soberbio. No hay manera de salvarse. A partir de ahí, no voy a forzar nada con nadie. Si te caigo bien o mal porque tengo ojos azules y mido un 1,80, problema tuyo. Tú te lo pierdes. Porque a mí sí me gusta indagar qué hay debajo, yo sí quiero ver detrás de la capa, independientemente si tienes un vestido rojo o una chaqueta. Me da igual.
–¿Cuál es el balance de tu estadía?
–Este viaje me ha hecho crecer muchísimo. Siempre que estás fuera de tu lugar de confort es un desafío. He tenido tiempo para mirarme mucho por dentro, para parar, para hacer cosas que en España no tenía ni un minuto, como, por ejemplo, algo tan sencillo y tan básico como leer un libro en un parque. Acá, con todo el tiempo a mi favor, tuve la oportunidad de disfrutar este tipo de cosas.
–¿Cómo reaccionaste ante los rumores que te vinculaban con tu compañera de elenco Viviana Saccone?
–Me muero de risa de los rumores. Nunca me había pasado de que me adjudicaran una relación con alguien que no era. Si fuera real, no tendría problema en admitirlo porque nunca me escondo. A veces desgasta un poco tener que desmentir situaciones, pero si quiero ir al teatro con una compañera, lo voy a hacer. No voy a dejar de salir ni hacer programas por temor a que me vinculen con alguien. Es tal la energía que tenés que invertir para desmentir que yo, personalmente, no tengo esa capacidad. El qué dirán siempre ha hecho mucho daño.
Producción: Laura Fernández. Agradecimientos: Hotel Pulitzer, Bowen, Adidas, Aldo para Grimoldi y Union Pacific
Nunca me había pasado de que me adjudicaran una relación con alguien que no era. Si fuera real [lo de Viviana Saccone], no tendría problema en admitirlo porque nunca me escondo