Una mujer en Nueva Zelanda fue condenada a prisión por sobrealimentar a su perro hasta matarlo
El animal, que fue alimentado con diez piezas de pollo diarias, alcanzó un peso de 54 kg y falleció a causa de una obesidad severa; qué penas existen hoy en Argentina para un caso similar
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En un hecho trágico en Nueva Zelanda, una mujer fue sentenciada a dos meses de prisión por un acto de negligencia y maltrato que resultó en la muerte de su perro, Nuggi, un Staffordshire Bull Terrier. Atrapado en un ciclo de sobrealimentación que lo llevó a un estado de obesidad severa, el animal sufrió complicaciones de salud que finalmente le costaron la vida. La dueña también fue multada con 720 dólares y enfrenta una prohibición de un año sin poder tener mascotas, tras ser hallada culpable de no cumplir con las necesidades médicas y físicas del perro.
El animal fue encontrado por la Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (SPCA) en un estado crítico: pesaba cerca de 54 kilogramos, una cifra alarmante para un perro de su raza. La situación era tan grave que los veterinarios tuvieron dificultad para escuchar los latidos de su corazón debido a la gruesa capa de grasa que lo cubría. “Nuggi estaba siendo sobrealimentado y, en lugar de buscar ayuda o corregir el comportamiento, su dueño continuó dándole alimento hasta que apenas pudo caminar”, explicó Todd Westwood, director ejecutivo de la SPCA.
La dieta de Nuggi, según informes de la organización, consistía en entre 8 y 10 piezas de pollo al día, además de galletas para perros adicionales, una cantidad excesiva que contribuyó significativamente a su estado de salud deteriorado.
A pesar de los esfuerzos intensivos de la SPCA, que lograron que Nuggi perdiera casi 9 kilogramos, el perro sufrió una hemorragia hepática y finalmente falleció bajo el cuidado de los protectores que lucharon por salvar su vida. “Una necropsia reveló que tenía otras complicaciones de salud, incluidas una enfermedad hepática y la enfermedad de Cushing”, se especificó en el comunicado de la SPCA. El impacto de la negligencia de su dueña fue tan severo que incluso después de ser rescatado, el animal tenía dificultades para moverse y a menudo necesitaba detenerse para recuperar el aliento.
El caso de Nuggi es un recordatorio de la responsabilidad que conlleva tener una mascota. “Parte de ser un dueño responsable de un perro es proporcionarle a su mascota una dieta adecuada y ejercicio diario, lo que claramente no fue el caso aquí”, afirmó Westwood.
Qué dice la ley en argentina sobre el maltrato animal
En Argentina, la Ley 14.346, promulgada en 1954, establece un marco legal robusto para la protección de los animales frente a actos de crueldad y maltrato. Esta legislación penaliza a aquellos que infligen sufrimiento innecesario a los animales, ya sea a través de violencia física, abandono o negligencia en el cuidado básico, con sanciones que van desde los 15 días hasta un año de prisión.
Actualmente, se debate un proyecto de ley más estricto, conocido como Ley Conan, que propone ampliar las categorías de delitos relacionados con el maltrato y la crueldad animal. Este proyecto busca endurecer las penas y establecer multas más significativas. Según el proyecto, “es esencial que el Congreso revise la Ley N° 14.346, adaptándola a los avances en el entendimiento del bienestar animal y a las normativas internacionales actuales”.
Bajo la nueva propuesta, los “actos de maltrato animal” conllevarían penas de prisión de tres meses a tres años y multas de cinco a veinte veces el valor del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM). Los delitos en esta categoría incluirían acciones como alimentar de manera insuficiente, usar animales para tareas que excedan claramente sus capacidades, incitarlos al trabajo con métodos dolorosos o no proveer el cuidado médico veterinario necesario.
Para los actos clasificados como “crueldad animal”, las penas serían aún más severas, con prisión de seis meses a cinco años y multas de diez a treinta veces el SMVM. Entre estos delitos se destacan la experimentación con animales, causar daño intencionado, torturar, causar sufrimientos innecesarios y participar en actividades como riñas de animales o corridas de toros.
LA NACION
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