¿Qué tengo que hacer si mi perro no quiere salir a la calle?
Con paciencia y los métodos adecuados, es posible que el animal vuelva a disfrutar de los paseos diarios, algo que mejora tanto su bienestar físico como el de su dueño
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Los paseos son esenciales para el bienestar físico y emocional de los perros. Sin embargo, algunos dueños se enfrentan al problema de que su mascota se niega a salir a la calle, lo que puede ser frustrante y preocupante. Este comportamiento puede tener diversas causas, desde el miedo hasta problemas de salud y es importante que sea abordado de manera efectiva y compasiva.
Según Marta Sarasúa, ATV y etóloga especializada en modificación de conducta, lo primero que debe hacer si un perro no quiere salir es observar su comportamiento. ¿Se muestra ansioso o temeroso al acercarse a la puerta? ¿Intenta retroceder o se queda inmóvil? Identificar el motivo detrás de su negativa es clave para encontrar una solución. Las causas más comunes incluyen:
Problemas con el material de paseo: si un perro huye cuando ve la correa o el arnés, pero luego pasea con normalidad, el problema podría estar en el equipo. Muchos perros que no están acostumbrados a usar collar o arnés los encuentran incómodos. La solución es una introducción gradual al material, utilizando refuerzos positivos.
Problemas de salud: un perro que repentinamente se muestra apático o rechaza salir a la calle podría estar sufriendo una enfermedad o dolencia. En este caso, es esencial acudir al veterinario para descartar cualquier problema de salud.
Cansancio o fatiga: los perros muy jóvenes o ancianos pueden sentirse cansados después de una actividad física intensa y preferir descansar en lugar de salir a pasear.
Entorno poco estimulante: si el paseo es siempre por las mismas calles o es muy corto, el perro podría aburrirse. Variar la ruta y darle la oportunidad de explorar nuevos lugares puede hacer que recupere el interés.
Ansiedad por separación: algunos perros no quieren salir a pasear si no es con su dueño, debido a la ansiedad por separación. En estos casos, es fundamental tratar la ansiedad subyacente con la ayuda de un etólogo.
Soluciones para mejorar el paseo
Si tu perro tiene miedo o ansiedad, lo mejor es abordarlo con paciencia y refuerzos positivos. Los expertos recomiendan la desensibilización gradual: llevar el perro hacia la puerta y recompensarlo a cada paso con golosinas o palabras de ánimo. No forzarlo a salir. En su lugar, avanzar poco a poco y permitirle que se acostumbre al entorno exterior.
Si se sospecha que su negativa a salir está relacionada con algún problema de salud, es fundamental acudir al veterinario. Dolores articulares, problemas en las patas o enfermedades pueden hacer que los paseos sean incómodos para la mascota.
Para aquellos perros que necesitan un empujón extra, se recomienda hacer los paseos más interesantes: cambiando las rutas, llevando sus juguetes favoritos o regalándole sus golosinas favoritos a medida que avance. La clave es hacer que el paseo sea una experiencia positiva.
En caso de que el problema persista, un profesional del comportamiento canino puede ofrecer un enfoque más personalizado para ayudar al perro a superar sus miedos o inseguridades.
*Por Matías Torino
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