Por qué los gatos duermen sobre la cabeza de sus dueños
Los felinos buscan comodidad cuando descansan, pero también una conexión emocional más profunda; qué revela este comportamiento sobre su instinto y cómo hacer para evitar esta conducta
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Sentir en medio de la noche que tu gato se acomoda sobre tu cabeza para dormir es más común de lo que se piensa. Entre las muchas curiosidades de la conducta felina, destaca su insistencia en dormir cerca —o incluso encima— de sus humanos, un comportamiento que despierta teorías que van desde una profunda muestra de afecto hasta la necesidad de supervisar el sueño humano.
Una de las razones por las que los gatos optan por dormir en la cabeza de sus dueños es su necesidad de estar en lugares estratégicos que les ofrezcan seguridad y apego. Zonas como esta o los pies de sus cuidadores les permiten estar en contacto sin perder la capacidad de vigilar el entorno. De acuerdo con un estudio de Plos One, los gatos tienden a preferir lugares elevados para obtener una vista panorámica y así percibir mejor los sonidos y olores, aspectos cruciales para la vigilancia de su espacio. Esta ubicación les permite monitorear cualquier cambio o amenaza potencial en su territorio, conducta que está directamente relacionada con su naturaleza cazadora.
A la vez, este comportamiento también puede estar vinculado a su sentido territorial. Una investigación publicada en la revista Animals revela que los gatos utilizan el contacto físico no solo para fortalecer el vínculo con sus tutores, sino también para consolidar su presencia en el hogar. Así, al dormir en la cabeza de sus tutores, marcan su territorio de una manera sutil pero efectiva.
¿Cuáles son los pro y contra de esta conducta felina?
Existe el consenso de que este hábito fortalece el vínculo emocional entre el gato y su dueño. El contacto físico genera bienestar para ambos, reduce el estrés del animal y fomenta su bienestar general. Este acercamiento además suele darse en momentos de ansiedad o inseguridad, lo que demuestra la búsqueda de protección por parte del felino.
También, el ronroneo que los gatos emiten cuando están relajados, además de ser un sonido distintivo y tranquilizador, tiene propiedades terapéuticas notables. La frecuencia de este ronroneo, que oscila entre 25 y 150 Hertz, fue estudiada por sus efectos relajantes en el corazón humano, ya que ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y promover una sensación de calma. Esta cualidad no solo alivia el estrés, sino que también puede ser una ayuda eficaz para conciliar el sueño más fácilmente, y beneficiar a aquellos que comparten su espacio nocturno con estos animales.
A pesar de los beneficios de dormir con un gato, también existen ciertos riesgos que se deben tener en cuenta. Uno de los principales es la disminución de la calidad del sueño. Los gatos son animales nocturnos, y sus movimientos o vocalizaciones durante la noche pueden interrumpir el descanso de las personas y afectar su ciclo de sueño. Además, los gatos pueden ser portadores de parásitos, como pulgas o ácaros, que podrían contagiar a los humanos.
También es importante recordar que algunos gatos pueden ser portadores de enfermedades zoonóticas, como la toxoplasmosis, que aunque generalmente no representan un riesgo grave para personas sanas, pueden ser peligrosas para individuos con sistemas inmunológicos comprometidos.
Consejos a los tutores que no quieran dormir con gatos
Por estos motivos, es crucial evaluar los riesgos y considerar opciones para que tanto el animal como su dueño puedan disfrutar de un descanso seguro y reparador. Si el cuidador no desea dormir con su gato, existen múltiples alternativas recomendadas por un sitio especializado para tener un vínculo afectivo cercano sin realizar esta actividad.
- Proporcionar un espacio cómodo y acogedor: Se debe crear una área especial para el gato que sea exclusivamente suya, equipada con una cama suave, juguetes y una manta en un lugar tranquilo y seguro de la casa donde el gato se sienta protegido y pueda retirarse a descansar sin interrupciones.
- Establecer una rutina nocturna constante: Los gatos, al igual que los humanos, se benefician de una rutina nocturna regular. Es recomendable establecer y mantener un horario específico para la alimentación nocturna y actividades calmantes como acariciar o cepillar.
- Asegurar la satisfacción de sus necesidades básicas: Es importante verificar que por la noche el gato tenga acceso constante a agua fresca y limpia, así como comida en horarios regulares y asegurar de que su área de descanso esté alejada de su caja de arena.
- Crear un ambiente estimulante durante el día: Para asegurar que el gato esté tranquilo y listo para dormir, es beneficioso proporcionar suficientes estímulos diurnos como juguetes interactivos, tiempo de juego y estructuras para escalar y observar su entorno.
- Mantener la consistencia en las reglas: Si el gato intenta ir a la cama, es crucial que el tutor mantenga una actitud firme y gentil al guiarlo de vuelta a su propio espacio. Cerrar la puerta del dormitorio durante la noche puede ser necesario para reforzar esta regla.
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