Perro pila argentino: descubrí esta fascinante raza canina autóctona de la Argentina
Conocidos por su escaso pelaje, estos canes habitan en zonas de montañas y de abundante vegetación del país; cuál es su origen y principales características
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LA NACION
A lo largo y ancho del país, las mascotas acompañan a los seres humanos. Con diferentes lugares y climas, los perros comienzan a experimentar cambios en su conformación y pelaje. Uno de los casos más fascinantes es el del perro Pila, el cual se ubica en la zona del noroeste argentino y se caracteriza por tener una capa ínfima de pelo sobre su cuerpo.
Situados en las provincias de Santiago del Estero, Chaco -en menor medida- Catamarca, La Rioja, Tucumán, Salta y Jujuy, estos canes suelen establecer su hábitat en las zonas rocosas y montañosas, completamente a la intemperie y alejados de la civilización que se aloja en los grandes centros de las ciudades.
Considerado una raza autóctona del suelo argentino, el perro Pila, según la página del Kennel Club Argentino, tiene un origen previo a “la colonización incaica en el siglo XV” y su camino se extendió hacia el norte por los Andes y el noroeste occidental de la Argentina.
“Las pruebas arqueológicas indican que la raza comenzó a formarse después de la conquista española en el siglo XV, debido al aislamiento de estos ejemplares caninos en Argentina”, expresó el sitio especializado que, indicó a su vez, que este ejemplar cobró un total reconocimiento por los habitantes del noroeste argentino a principios del siglo XX.
Variedades y características
Al estar en una zona del país donde predominan los cordones montañosos y la vegetación, el perro Pila tiene características especiales que los hacen únicos por sobre el resto de las razas que uno conoce habitualmente como los Golden, Pitbull, Rottweiller, entre otras.
Entre las variedades existentes del perro Pila están la de origen chaqueña, la cual se caracteriza por tener extremidades largas, y la andina, que posee patas cortas y un cuerpo más robusto. Aunque existan diferencias en su fisonomía, ambos comparten la esencia de moverse en espacios amplios, con mucha naturaleza, lo que marca a las claras que no es una raza apta para ser domesticada.
A su vez, de acuerdo a su tamaño, los animales tienen diversos patrones de comportamiento. Los más pequeños cuentan con una altura a la cruz (la parte del cuerpo del perro ubicada entre la base superior del cuello y la parte antero superior de la espalda) de menos de 35 centímetros.
En cambio, los de porte mediano elevan su medición a 45 centímetros y se denota considerablemente su falta de pelaje, lo que lo hace muy sensible en las estaciones otoñales e invernales donde el frío se hace presente. “Una peculiaridad de esta raza es que tienden a broncearse durante el verano para resguardarse del sol, recuperando un tono de piel más rosado en invierno”, expresó el sitio mencionado anteriormente que explica a la perfección cómo es el comportamiento de esta raza poco conocida, pero de una gran historia en el territorio argentino.
Por último, en cuanto a su temperamento, estos canes son considerados muy fieles a sus dueños, transmiten una gran tranquilidad y son compañía en medio de escenarios inhóspitos para los humanos.
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