Mitos y verdades sobre si es posible o no adiestrar a tu gato
A pesar de la creencia popular, los felinos, al igual que los perros, pueden ser entrenados eficazmente; cuáles son las técnicas adecuadas para enseñarles una variedad de comportamientos y trucos
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Cuando pensamos en adiestramiento de mascotas, la primera imagen que se nos viene a la mente es la de un perro que sabe hacer trucos o cumplir órdenes. Sin embargo, los gatos, conocidos por su independencia y carácter enigmático, también pueden ser entrenados. Según una investigación que realizó El Tiempo, se deben desmitificar algunas creencias populares sobre el adiestramiento de felinos y, en este sentido, reveló las verdades sobre cómo lograrlo efectivamente.
Un mito muy extendido es que los gatos son imposibles de entrenar. Esta creencia nace de la naturaleza independiente de los felinos. Sin embargo, los gatos son animales muy inteligentes y capaces de aprender comportamientos y trucos si se utiliza el enfoque adecuado. Según Andréi Sánchez, entrenador de mascotas, la clave para entrenar a los gatos es utilizar el refuerzo positivo, por lo que es importante premiar los comportamientos deseados con snacks o premios alimenticios, mantener la consistencia y no perder la rutina.
Otro mito común es que los gatos solo hacen lo que quieren. Aunque son conocidos por su independencia, los gatos pueden asociar órdenes, estímulos y recompensas, similar a los perros. Para un entrenamiento exitoso, es esencial entender la naturaleza felina, lo que permite aprovechar sus motivaciones y despertar su curiosidad.
Es perjudicial creer que los gatos solo responden al castigo. Esta práctica no solo es ineficaz, sino que también daña la relación entre el gato y su dueño. Los gatos necesitan recompensas, elogios y juegos para motivarse a comportarse adecuadamente. Según menciona el experto en gatos, ni los canes ni los felinos reaccionan de manera positiva al castigo físico o emocional, siendo este efecto especialmente severo en los gatos, que tienden a desarrollar mecanismos de defensa más robustos para protegerse de situaciones adversas.
Otro mito a desmentir es que los gatos solo pueden ser entrenados cuando son jóvenes. Aunque los más jóvenes son más receptivos, los gatos de cualquier edad pueden responder bien al entrenamiento. La clave está en hacer más repeticiones del comportamiento que se quiere modificar en los gatos adultos y hacer estos entrenamientos más llamativos y progresivos.
Aprender a usar la caja de arena es casi instintivo para los gatos, pero es falso creer que es lo único que pueden aprender. En ese sentido, según revela Andréi Sánchez, los gatos pueden aprender una variedad amplia de comportamientos, como evitar rasguñar los muebles, realizar trucos como sentarse o dar la pata, e incluso responder cuando se les llama.
La raza tampoco determina la capacidad de un gato para ser entrenado. Cualquiera, sin importar su raza, edad o sexo, puede ser entrenado exitosamente con una rutina y un enfoque adecuado. Además, no es necesario que solo los profesionales los entrenen. Con paciencia, constancia, comprensión y una buena lectura de las necesidades y el lenguaje felino, cualquier tutor puede hacerlo.
¿Cómo lo entreno?
Desmentidos estos mitos, es importante conocer algunas verdades del entrenamiento de gatos. Los felinos aprenden rápido con técnicas adecuadas, suficiente paciencia y esquemas organizados de entrenamiento. El cariño es fundamental en el proceso. Los gatos resienten el maltrato, los gritos y las malas palabras. Por eso, el refuerzo positivo con galletas, caricias o frases positivas es crucial.
La consistencia en los horarios de entrenamiento facilita el aprendizaje y ayuda a los gatos a recordar lo que se espera de ellos. Conocer su temperamento es esencial para adaptar los ejercicios de entrenamiento a sus necesidades específicas. Además, el entrenamiento es un proceso continuo. No se puede dar por terminado cuando el gato aprendió algo. Es necesario reforzar y repasar las rutinas para fortalecer su memoria.
En este sentido, la paciencia es clave. El gato es un animal de costumbres que no tolera bien el rechazo o el castigo físico o verbal. El dueño debe ser paciente y corregir con cariño para evitar la frustración tanto del gato como del tutor. Recordemos que este animal es el rey del hogar y su comportamiento refleja tanto su instinto felino como el proceso evolutivo desarrollado junto al ser humano.
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