Los humanos no son los únicos: el motivo por el que los elefantes se emborrachan fácilmente

A diferencia de los humanos, que lo hacen de forma recreativa, los elefantes también se emborrachan. Durante años se creyó que se trataba de una leyenda urbana, sobre todo porque se habla del mamífero más grande del planeta tierra, por lo que un poco de alcohol no debería causarle aquel síntoma que la gran mayoría de las personas experimentaron alguna vez; sin embargo, la ciencia explicó a qué se debe y dejó a más de uno sin palabras.

Animales como pájaros, ciervos, alces y algunas especies de monos se alimentan con frutas, bayas o plantas fermentadas que quedan atrapadas en los árboles o que caen de estos; mientras que otros ingieren frutas que aún no están maduras, algunas suelen generar un efecto similar a lo que produce el alcohol en las personas, especialmente si nos detenemos a ver de qué animal se trata, ya que todos no tolerarán este compuesto de la misma manera.

Si hablamos del cuerpo y peso del animal, cualquiera podría decir que es imposible que el alcohol de una fruta, planta o baya sea la causante de emborrachar a un elefante. Diversos expertos encabezaron en 2006 un estudio para investigar este fenómeno, que es más común en las especies africanas, y calcularon que para emborrachar a un elefante de 3.000 kilos, este tendría que consumir rápidamente hasta 27 litros de etanol (líquido incoloro, volátil, con un olor característico y sabor picante, clave en el alcohol), lo que consideraron como un mito porque es imposible encontrar esa cantidad de alcohol en la naturaleza.

Pero esta hipótesis dio un giro inesperado cuando en 2020 un estudio demostró cómo los distintos animales procesan en su organismo el alcohol. Los descubrimientos de Mareike Janiak, un alumno de posgrado de la Universidad de Calgary, Canadá, revelaron la variación genética en diversas especies que procesan el alcohol deshidrogenasa, la principal enzima involucrada en la descomposición del etanol.

En este sentido, descubrió que algunos chimpancés y gorilas cuentan con una mutación genética con la que permiten metabolizar el etanol 40 veces más rápido. Asimismo, demostró que la mayoría de los mamíferos no cuentan con dicha mutación, pero que incluso el gen metabolizador del etanol perdió toda función en animales como elefantes, perros y vacas.

Tras esto es que la investigación concluyó que si los elefantes pueden emborracharse no está relacionado con la cantidad de etanol, es decir, la sustancia clave en el alcohol que ingresa a su cuerpo, sino por la falta de la enzima que se encarga de metabolizarla.

Según la última investigación, entre los efectos más comunes de los elefantes que consumen alcohol, se encuentran:

• Comportamientos alterados: al consumir alcohol, pueden tener comportamientos desinhibidos, como mayor sociabilidad o agresividad.
• Desorientación y falta de coordinación: pueden experimentar desorientación, lo que les ocasiona tropiezos o colisiones con objetos en su entorno.
• Alteraciones en la alimentación: el alcohol puede influir en el curso habitual de su alimentación, ya que pueden buscar más frutas fermentadas.
• Riesgos de salud: la incapacidad de metabolizar el alcohol puede llevar a problemas de salud si consumen en exceso. Sin embargo, los investigadores aún no se han dedicado a indagar sobre los efectos a largo plazo.

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