¿Los gatos tienen 7 o 9 vidas? La historia detrás del mito
El origen mitológico de la capacidad de supervivencia de estas criaturas tiene un fundamento exclusivamente científico; su fisonomía y su capacidad de escape desataron leyendas desde tiempos remotos
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Seguro que alguna vez te topaste con la intrigante leyenda de las siete (o nueve) vidas felinas, una historia que perdura gracias a las notables habilidades físicas que estos animales exhiben, que los hacen parecer casi inmortales. La clave de esta percepción está en la impresionante flexibilidad de su columna vertebral y un aparato vestibular altamente desarrollado, que les permite girar sus cuerpos con una agilidad excepcional.
Al caer, estas criaturas se ajustan automáticamente para aterrizar sobre sus patas, minimizando cualquier lesión grave. Esta combinación de reflejos rápidos y capacidades acrobáticas es lo que alimenta la fascinante idea de que tienen múltiples vidas.
Además, los gatos tienen una estructura ósea más liviana que la de otros mamíferos, lo que reduce el impacto durante una caída. Sus patas musculosas actúan como amortiguadores naturales que absorben gran parte del impacto. Incluso, pueden arquear sus cuerpos para aumentar la resistencia al aire, algo así como un paracaídas biológico.
Estas características físicas contribuyeron a la percepción de que los felinos pueden escapar de situaciones peligrosas con una facilidad que parece sobrenatural. Sin embargo, la idea de las siete vidas va más allá de lo puramente físico.
El mito en la historia
El origen de este mito es una mezcla de cultura, historia y simbolismo. Esta creencia, profundamente arraigada en varias sociedades, se mantuvo viva a lo largo de los siglos, principalmente por la percepción del felino como un animal extraordinario.
En países como Argentina y otros de habla hispana, se dice que los gatos tienen siete vidas porque el número tiene una connotación especial. Este se considera mágico y es recurrente en diversas áreas de la cultura y la religión. Por ejemplo, siete son los días de la semana, las notas musicales y los pecados capitales. También existe la creencia de que romper un espejo trae siete años de mala suerte. Esta presencia constante del número en aspectos importantes de la vida diaria contribuyó a que se asocie con algo especial y, por ende, con la mitológica capacidad de los pequeños felinos para escapar de situaciones peligrosas aparentemente indemnes.
En los países anglosajones, se cree que los felinos tienen nueve vidas, una idea que se origina en la mitología egipcia. Según esta, Ra, el dios del Sol, se transformaba en un gato que disponía de nueve vidas durante sus viajes al inframundo, una por él y una adicional para cada deidad importante: Shu, Tefnut, Nut, Geb, Isis, Osiris, Neftis y Seth. La veneración hacia estos animales en el antiguo Egipto, donde eran considerados sagrados, cimentó esta creencia y permitió que se mantuviera viva en la cultura popular hasta nuestros días
Por otro lado, en las leyendas turcas y árabes, el número de vidas que se les atribuye a los gatos se reduce a seis. Esta variación numérica puede estar vinculada a diferentes interpretaciones culturales y religiosas, así como a las particularidades de las leyendas locales
Además de la famosa leyenda de las múltiples vidas, existen muchas otras creencias populares sobre los gatos que varían de una cultura a otra. En Japón, por ejemplo, el Maneki-neko, un amuleto con forma de este animal que se cree atrae la prosperidad y la buena fortuna. En Europa medieval, se pensaba que los felinos negros estaban asociados con la brujería, mientras que en algunas partes de Inglaterra, si te cruzabas a uno en tu camino, se consideraba un mal augurio. Por otra parte, en Escandinavia, los gatos eran vistos como bendiciones en los hogares y se pensaba que traían buena suerte a los marineros en el mar.
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