Las razones por las que los perros suelen comer pasto: cuándo no es un comportamiento seguro

¿Alguna vez te preguntaste por qué viste a tu perro, en ocasiones, comer pasto del jardín o mordisquear el de las plazas o canteros en la calle? Lo cierto es que comer pasto es un comportamiento común entre los perros domésticos. Un artículo del periódico británico The Guardian publicado en 2023 asegura que las encuestas realizadas sobre el tema muestran que hasta el 80% de dueños y paseadores notan que los caninos realizan este comportamiento con frecuencia.

No se trata de una costumbre nueva devenida a partir de la aparición de razas de perros de diseño, sino que, al parecer, es algo heredado. Estudios realizados por el parque nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, indican que se encontró pasto y materia vegetal en hasta el 74% de las heces de los lobos. Este descubrimiento sugiere que el comportamiento es genético y que viene desde los orígenes más ancestrales de la especie.

Se suele pensar que los perros comen pasto cuando les duele el estómago con el objetivo de provocarse vómitos y sentirse mejor. Esta explicación señala un propósito biológico. Otras teorías aseguran que esta costumbre es consecuencia de la necesidad de un laxante o de una mayor cantidad de fibra en su dieta que pueda ayudarlos a digerir los alimentos y a defecar con regularidad. En este sentido, la hierba es una abundante fuente de fibra.

Algunos perros desarrollan una condición médica llamada pica, que se define como la masticación y el consumo persistentes de sustancias no nutricionales que no proporcionan ningún beneficio físico al animal. Un estudio de 2019 realizado en Japón encontró que entre dos mil dueños de perros, la pica era uno de los tres problemas de comportamiento más comunes, junto con los ladridos ante ruidos dentro de la casa y frente a visitantes desconocidos. La pica puede provocar problemas médicos, como intoxicación, infecciones dentales y obstrucciones gastrointestinales. Para combatir esta condición, se aconseja mantener activo al perro durante todo el día.

Otra posibilidad es que el perro coma pasto con regularidad para compensar un déficit de vitaminas o minerales en su dieta diaria. Si la mascota ingiere césped temprano a la mañana o tarde en la noche, cuando el verde tiene rocío, la razón podría ser que tiene sed o que disfruta del contenido acuoso combinado con la hierba.

Al margen de estas explicaciones vinculadas con lo biológico, lo más probable es que a los perros simplemente les guste comer pasto, que el hecho de arrancar césped les resulte una actividad satisfactoria cuando están aburridos y masticar es algo que se puede hacer.

Mordisquear el pasto puede ser placentero: la textura y el sabor de la hierba ofrecen algo diferente al alimento balanceado para perros que consumen habitualmente. De todas maneras, aunque sólo sea un comportamiento aparentemente inofensivo, es posible que el pasto, a veces, haya sido rociado con herbicidas. Numerosas investigaciones detectaron estas sustancias en la orina de canes con acceso a césped tratado de esta manera y sugieren que puede haber una correlación entre el cáncer de vejiga y la ingesta de herbicidas.

Otro riesgo es la posibilidad de que la mascota canina ingiera parásitos. Si en el barrio por donde pasea convive con otros perros, es posible que las zonas verdes estén infectadas, lo que podría causar una infección parasitaria. Una de las opciones para evitarla, es mantener al animal alejado del pasto durante sus caminatas o también colocarle un bozal.

En principio, no hay que preocuparse si el perro vomita luego de comer hierbas, aunque si los vómitos se agravan y si también tiene diarrea, es momento de consultar al veterinario.

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