La enigmática M en la frente de algunos gatos que despertó leyendas
Una pequeña marca desató un sinfín de historias a lo largo de los años; desde el nacimiento de Jesús hasta el antiguo Egipto, millones de sociedades teorizaron sobre este patrón
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Los gatos, esos compañeros enigmáticos que han estado a nuestro lado desde tiempos inmemoriales, presentan una peculiaridad que cautiva nuestra curiosidad: la misteriosa “M” que adorna la frente de muchos de ellos. Si bien los científicos aún no han proporcionado una explicación definitiva para esta distintiva marca, diversas teorías y leyendas circulan intentando revelar su significado.
Esta letra en la frente no aparece en todos los gatos; es exclusiva de aquellos con pelajes atigrados, barcinos, romanos o tabby. Los felinos de un solo color o con frentes blancas no presentan esta marca. Según algunos científicos, la distribución de los pigmentos en el pelaje de estos crea patrones específicos que se repiten en estos animales, entre ellos la famosa “M”.
Leyendas cristianas: la Virgen María y el gato atigrado
En el ámbito de las leyendas cristianas, la “M” tiene una historia emotiva. Se cuenta que cuando Jesús nació en el portal de Belén, además de José, María, y los clásicos buey y mula, había una gata atigrada. La leyenda dice que el Niño Jesús lloraba y la gata se acercó a consolarlo. Agradecida por el consuelo que la gata brindó a su hijo, la Virgen María la acarició en la cabeza y le dejó la marca de su inicial, la “M”, en su frente como señal de gratitud y bendición.
La visión musulmana: Mahoma y el gato salvador
Otra leyenda proviene del mundo islámico y está relacionada con el profeta Mahoma, conocido por su amor hacia los felinos. Se dice que este tenía una gata llamada Muezza, quien en una ocasión lo salvó de ser atacado por una serpiente venenosa. La historia cuenta que Mahoma, absorto en sus oraciones, no se dio cuenta de la proximidad del gato. Su compañero, con una valentía inusitada, ahuyentó al peligroso reptil. En agradecimiento, Mahoma acarició la frente del animal, lo que, tal como la leyenda cristiana, marcó con su mano el patrón de la “M” que, desde entonces, portan todos los gatos atigrados.
¿Qué rol ocuparon los gatos en las distintas religiones a lo largo de los años?
A lo largo de la historia, los gatos ocuparon un lugar destacado en diversas religiones y culturas. En el Antiguo Egipto, por ejemplo, estos animales eran venerados como divinidades. La diosa Bastet, representada con cabeza de felino, simbolizaba la fertilidad y la protección del hogar. Los egipcios cuidaban a sus mascotas con devoción y les rendían honores funerarios similares a los de los faraones. Esta veneración se debía a la creencia de que estos eran protectores contra los espíritus malignos y traían buena fortuna.
Sin embargo, durante la Edad Media en Europa, la percepción de los felinos sufrió un giro oscuro. En esa época, el cristianismo los demonizó, asociándolos con la magia y el diablo, lo que desencadenó una persecución masiva, especialmente hacia los gatos negros, vistos como compañeros de las brujas. En contraste, el budismo considera a estos animales como símbolos de paz y espiritualidad. Es común encontrarlos en monasterios y templos, donde se cree que contribuyen a promover la armonía y facilitar la meditación.
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