Este es el verdadero motivo por el que tu gato duerme sobre tu cabeza
La cercanía entre los felinos y sus dueños fomenta una conexión emocional profunda; cuáles son las razones que explican por qué los felinos descansas con sus humanos
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Los gatos, esas criaturas enigmáticas que a menudo parecen estar en su propio mundo, revelan un comportamiento fascinante al optar por descansar sobre la cabeza de sus dueños. Este acto, más que un simple capricho, se inscribe en un contexto complejo que combina instintos ancestrales y la búsqueda de conexión emocional. Comprender los motivos detrás de esta elección puede enriquecer la relación entre los felinos y sus cuidadores.
Los felinos, en su esencia, son animales que duermen entre 12 y 20 horas al día. Al igual que otros mamíferos, requieren espacios cómodos y seguros para reposar, ya que la calidad del sueño afecta directamente su bienestar. El hecho de que un gato elija justo la cabeza de su humano para descansar indica una conducta profundamente arraigada en su naturaleza que les proporciona una sensación de seguridad y protección.
Esta posición, por un lado, le permite mantenerse en contacto con su cuidador, y, por otro, al estar ligeramente por encima del resto de los objetos vivos e inanimados, facilita el monitoreo constante de su entorno, un comportamiento que refleja su instinto cazador y su necesidad de vigilar posibles amenazas.
Los gatos, a pesar de su reputación de ser criaturas independientes, suelen buscar la cercanía de sus dueños en momentos de vulnerabilidad. Según un estudio publicado en la revista Current Biology, el contacto físico con su cuidador además de proporcionarles un refugio emocional, también ayuda a reducir los niveles de cortisol, una hormona vinculada al estrés, tanto en el gato como en el humano. Esta reducción del estrés tiene un efecto bidireccional que contribuye al bienestar mutuo, una característica que se observó en la interacción entre humanos y otros animales domésticos.
Además, un estudio del National Institutes of Health demostró que el vínculo emocional que se establece entre gatos y humanos puede manifestarse a través de comportamientos como el acurrucarse o dormir juntos, lo cual promueve la producción de oxitocina, también conocida como la “hormona del amor”, lo que favorece un sentido de bienestar compartido y fortaleciendo los lazos afectivos.
Los felinos también utilizan el acto de dormir sobre sus dueños como una forma de marcar su territorio. Los gatos poseen glándulas odoríferas en varias partes de su cuerpo, como la cara y las patas. Al posarse directamente sobre el cuerpo de su cuidador, el gato deja feromonas que se desprenden de dichas glándulas, lo cual actúa como una señal química para otros animales. Estas feromonas contienen información que refuerza el sentido de pertenencia del gato, tanto hacia el humano como hacia el espacio en el que descansa. Este proceso, conocido como marcaje social, es una forma efectiva de construir un ambiente familiar y seguro.
Sin embargo, no todos los gatos adoptan este hábito, y esto también es un comportamiento completamente normal que tiene sus propias explicaciones. Algunos prefieren dormir en otros lugares de la casa debido a su necesidad de encontrar un espacio que les brinde una mayor sensación de privacidad y control. Esta conducta puede depender de factores como la personalidad del animal, su nivel de comodidad con el entorno, o incluso sus experiencias pasadas. Esto no significa que haya un vínculo menor con su cuidador, sino simplemente una preferencia personal que se alinea con sus instintos y deseo de encontrar su lugar ideal para descansar.
Desafíos de dormir con tu gato
Dormir junto a un gato puede ser una experiencia gratificante, pero también presenta ciertos desafíos que los dueños deben considerar. Aunque la cercanía puede fortalecer el vínculo entre ambos, hay aspectos prácticos que pueden afectar la calidad del sueño y la salud de los humanos. Un artículo de Healthline detalla algunos de estas situaciones problemáticas:
- Interrupciones del sueño: Los gatos son animales nocturnos por naturaleza, lo que significa que tienden a ser más activos durante la noche. Sus movimientos, juegos o vocalizaciones pueden perturbar el descanso de sus dueños, afectando la calidad del sueño.
- Cambio en la rutina nocturna: La presencia del gato en la cama puede llevar a cambios en la rutina de sueño, lo que podría dificultar la adaptación a horarios regulares de descanso.
- Alérgenos y parásitos: Los gatos pueden portar alérgenos, así como parásitos como pulgas y ácaros. Esto representa un riesgo para la salud de las personas, especialmente para aquellas con alergias o problemas respiratorios.
- Incomodidad física: La elección de un gato por dormir sobre la cabeza o el cuerpo de su dueño puede provocar incomodidad física. Esto puede incluir dificultades para moverse o ajustar la posición para descansar de manera cómoda.
- Marca de territorio: Algunos gatos utilizan el acto de dormir sobre sus dueños como una forma de marcar su territorio, lo cual implica dejar su olor para establecer un sentido de pertenencia. Este comportamiento puede no ser bien recibido por todos los cuidadores, ya que puede generar sensación de invasión del espacio personal.
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