Dogo Argentino: las curiosidades de esta raza, una de las pocas originarias del país
Este tipo de perro es leal y afectuoso, pero su instinto protector lo condujo a ser considerado “peligroso” en algunos lugares
- 3 minutos de lectura'
El dogo argentino es una de las pocas razas de perros desarrolladas en la República Argentina junto al perro pila argentina, el galgo barbucho patagónico y el pampa argentino. Sin embargo, pocos saben la historia de su origen, que se remonta a la época de la colonización en el país.
El dogo argentino es un perro que disfruta de la familia porque es leal y afectuoso, y esto lo conduce a tener un instinto protector. Fue creado por el doctor Antonio Nores Martínez, un cirujano de la provincia de Córdoba que amaba la caza, que quiso desarrollar un perro para la búsqueda de animales en la zona y lo logró gracias a cruces entre distintas razas, teniendo como base al antiguo perro cordobés.
Los meticulosos cruces fueron con razas como el bóxer, dogos de Burdeos, bulldog, bull terrier, alano español y gran danés. ¿Para qué? De cada una de estas, el doctor buscaba una característica específica como tamaño, fuerza, pelaje, resistencia, temperamento, olfato y compatibilidad con otros perros.
En aquella época, fueron introducidas diversas razas como los bulldogs, bull terriers, dogos españoles y alanos; sin embargo, la familia cordobesa continuó en su desarrollo de un perro valiente, poderoso, habilidoso, resistente y versátil, capaz de cazar y de proteger el hogar. Un dato no menor es que era una época donde las peleas de perros eran consideradas deportes tradicionales en el país, sobre todo en Córdoba, pero, por supuesto, con el tiempo estas prácticas fueron prohibidas.
Pero el dogo argentino logró trascender durante los años e incluso ganó reconocimiento de manera internacional por su carácter noble y su habilidad para llevar adelante múltiples roles. Durante los años 50, esta raza de perro ya estaba estabilizada en el país y, en 1964, se lo reconoció oficialmente; por su parte, la Federación Cinológica Internacional (FCI) la reconoció a nivel internacional recién en 1973.
Su popularidad creció a nivel nacional e internacional, pero también tuvo su catalogación de un animal “peligroso” en varios países por sus ataques a personas de diferentes edades. Por ejemplo, en lugares como Australia, Nueva Zelanda y Noruega está prohibido, y en otros como Suiza o Inglaterra se necesita poseer un permiso especial.
Es por eso que si alguien piensa en adoptarlo como mascota, tiene que hacer énfasis en su socialización con personas durante sus primeros años de vida, así como también con otros perros, ya que es de carácter dominante y territorial. También es importante saber que no se recomienda tenerlos en un espacio urbano, ni en familias con bebés o menores de edad.
Al ser un animal de gran tamaño, necesita mucho espacio para correr y hacer ejercicio diariamente para canalizar toda su energía. Por eso, se recomienda no adoptarlos si se vive en un departamento y, mucho menos, si su único contacto con el exterior va a ser la plaza de la ciudad. Deben estar suelto en espacios grandes, pero de una manera segura. Aun así, el dogo argentino es uno de los grandes orgullos de nuestro país, no solo porque fue creado acá, sino por la cantidad de habilidades con las que nace.
Temas
Otras noticias de Animales
A tener en cuenta. Cuál es el secreto para evitar que los gatos se estresen durante una mudanza
Para implementar. Almohadillas de valeriana para gatos: el truco natural que puede ayudarlos con el estrés
Barato. El truco casero para eliminar las pulgas de tu mascota y el consejo de Harvard para mantenerlas lejos
Más leídas
Arranca la acción. Fórmula 1 hoy: días, horarios, prácticas y clasificación del Gran Premio de Las Vegas
"Callate la boca". El fuerte cruce entre Juliana Santillán y Victoria Donda por el acto de Las fuerzas del cielo
La reacción de la vice. Sorpresa y conmoción de Villarruel por las críticas de Milei
Conexión confirmada. La proteína del Parkinson está en los cerebros de los pacientes con trastorno del sueño REM: qué implica