Cuáles son las enfermedades más comunes en los gatos
Problemas en los riñones, en las glándulas tiroideas y en el sistema inmunológico son algunas de las patologías más frecuentes de estas mascotas; cómo identificarlas a tiempo y prevenirlas
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Se dice que los gatos tienden a esconder los síntomas y a desaparecer cuando se sienten mal. De ahí que sea complicado detectar las señales sutiles que pueden indicar que están enfermos. Sucede que los felinos están programados para ser depredadores y de ninguna manera pueden mostrarse débiles, incluso siendo animales domésticos.
Pero esto no implica que los gatos no se enfermen. En principio, para estar atentos a su estado de salud, los expertos sugieren observar si aparecen ciertas modificaciones en su rutina habitual, como esfumarse durante más tiempo, hidratarse más o menos de su consumo promedio, no respetar sus horarios de comida, dormir más de lo usual, perder peso repentinamente y hacer cambios en sus hábitos de aseo, entre otras conductas fuera de lo común.
En todo caso, se aconseja respetar las visitas periódicas al veterinario para comprobar que todo vaya bien o para prevenir alguna posible enfermedad de inmediato. Aquí algunas de las dolencias más frecuentes de estas mascotas.
Insuficiencia renal crónica
Se trata de una enfermedad esperable entre los felinos mayores. Consiste en una alteración de la función del riñón, por lo que la orina del gato también se verá afectada. Entre los síntomas más comunes se encuentran mayor necesidad de tomar agua, pérdida de peso y letargo. Desafortunadamente, es una patología que no se cura y que progresa. Se detecta a través de un análisis de sangre, por eso los controles veterinarios regulares son tan importantes debido a que permiten tratar el problema a tiempo y así poder ofrecerle al animal una mejor calidad de vida.
Diabetes
Si el gato tiene más de siete años, sufre de sobrepeso y es sedentario, es probable que desarrolle resistencia a la insulina que lo lleve a niveles elevados de glucosa en sangre. Una dieta equilibrada, el control del peso y el monitoreo regular con el veterinario son pasos esenciales para tratar la enfermedad. En general, los machos son más propensos a la diabetes que las hembras. Entre los síntomas clínicos para observar se incluyen: aumento del apetito y de la sed, micción frecuente, aliento con un fuerte olor dulce e infecciones del tracto urinario.
Leucemia felina y Virus de inmunodeficiencia felina
Los dos virus afectan el sistema inmunológico de los gatos y debilitan sus defensas contra otras enfermedades. La prevención implica mantenerlos en entornos seguros, realizar pruebas regulares y evitar el contacto con gatos infectados.
Descubierto en 1960, el virus de la leucemia felina es una de las causas más frecuentes de muerte en gatos y podría equivaler al VIH en humanos. Se transmite entre gatos a través de la saliva infectada al compartir cuencos de agua, aparearse o pelearse. Los primeros síntomas incluyen infecciones respiratorias que vuelven y problemas estomacales. Lo más aconsejable es vacunar a los gatos contra este virus.
En una segunda etapa de la enfermedad, los gatos mostrarán fiebre, ganglios linfáticos inflamados, diarrea, inflamación de los ojos, la boca o las encías, pérdida de cabello, abscesos y secreción ocular o nasal, entre otras señales. Por ahora, el único tratamiento es la vacuna.
Cáncer
No se ha identificado una causa singular del cáncer en gatos, que se desarrolla al igual que en humanos: las células crecen sin control y se propagan a los tejidos circundantes. Puede ser localizado o afectar a varias partes del cuerpo. En el caso de los felinos, puede manifestarse a través de una amplia gama de síntomas: infecciones persistentes en la piel, aparición de formaciones grumosas, mal aliento, letargo, pérdida de peso, disminución del apetito y dificultad para respirar, entre otros.
Hipertiroidismo
El hipertiroidismo felino es una enfermedad provocada por una de las glándulas tiroides que comienza a funcionar de manera acelerada, por lo que produce un exceso de hormona tiroidea. Se trata del trastorno endocrino más común en gatos de mediana edad y mayores. El problema es que hipertiroidismo afecta al metabolismo del animal y, con el tiempo, puede dañar a otros órganos cruciales como los riñones, el corazón o el hígado. Para detectar a tiempo esta patología se debe observar si el gato presenta ciertos síntomas como pérdida de peso a pesar de tener un aumento de apetito, vómitos, diarrea, hiperactividad y el pelaje descuidado. Lo positivo es que se puede tratar con medicación junto con una alimentación de alta calidad con una cantidad balanceada de yodo y nada de comida enlatada.
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