Esa noche de principios de mayo, la ecuación era perfecta. Unos cuantos amigos de toda la vida, seguidores que se saben sus canciones de memoria y un puñado de celebridades, como Carla Peterson y Adrián Suar , le daban forma al público que fue verla a La Tangente y cantó con ella cada uno de sus hits. Hasta hace unos meses, María Campos (35) era una chica de alcurnia, y anónima, que había encontrado refugio en la música y la composición. Madre de una hija, Violeta (10), fruto de su amor con el productor audiovisual Lucas Vivo (36), estaba dedicada de lleno a la maternidad y a las clases de canto que toma con rigurosidad desde hace muchísimos años. Pero un golpe del destino, de esos que se esperan durante toda una vida, hizo que su suerte cambiara y le llegara la oportunidad de grabar su primer disco, Popular, que lanzó a fines del año pasado y que ya cuenta con más de un millón de reproducciones en Spotify.
El desamor, el humor y la ironía conviven en cada una de las once canciones que resumen la historia de su vida. Tangueras y pitucas, cumbieras y honestas, son temas pegadizos, que tienen un superpoder: el de resonar en el alma de sus oyentes, quienes, de inmediato, se identifican con ella.
"Siempre fui bastante desconfiada y todavía me cuesta creer que haya gente que disfrute del disco, lo comparta y se sepa todas las letras. Después de ser madre, fue la sorpresa más linda que me dio la vida, porque si bien soñaba con tener un público recíproco, no lo imaginaba posible", dice María en su primera charla con ¡Hola! Argentina, en la que se reconoce una persona auténtica.
Ser madre me ayudó a desarrollar mi personalidad de modo de poder decir: ‘Yo soy esto y creo en mí
Desde hace un par de meses, se rumorea que está saliendo con Adrián Suar y, ella, categórica, responde: "Es mentira, pero casi me muero cuando me enteré que iba a venir a verme cantar"
UNA HERENCIA PRECIADA
Hija de la artista plástica Mercedes Larreta y del ingeniero agrónomo Enrique Campos Alvear, María es la segunda de cuatro hermanos. Enrique, el mayor, estudió Ciencias Políticas, durante años se dedicó a la poesía (tiene editados siete libros) y acaba de presentar un disco de tangos, Roto, en el centro cultural Torquato Tasso. Agustín está enfocado en las finanzas y hace unos años se casó con Catalina Sánchez, la hermana menor de Chufy, la influencer, en Huetel, la fabulosa estancia de los Larreta en 25 de Mayo, al tiempo que Aixa, la menor, se convirtió en amazona, guiada por su pasión por los caballos.
Para la cantante no fue fácil asumirse artista en el seno de una familia que ella define como clásica. "No me encontraba y no me identificaba con lo que se esperaba de mí, pero no quería rebelarme: quería ir a mi favor, no en contra de los demás. Ser madre me ayudó a desarrollar mi personalidad de modo de poder decir: "Yo soy estoy y creo en mí", explica María. Y agrega: "En ese sentido, lanzar mi disco fue sacarme una gran mochila de encima. No fue una pavada, algunas de mis canciones tienen siete y hasta diez años".
María tenía 12 cuando escribió su primera canción y aún puede teletransportarse a ese momento. "Me gustaba mucho un chico que no me daba bola. Estaba tan obsesionada que ya les había quemado la cabeza a mi familia y a mis amigos. Por suerte, se me ocurrió agarrar la guitarra y empezar a escribir. Buscaba una dimensión nueva, que me permitiera contener una emoción que me desbordaba. Estaba enloquecida de la ansiedad y, desde entonces, la música siempre me calmó y me contuvo", rememora la artista, que heredó la pasión por la música de su abuela materna, María Josefina Sánchez Álzaga Unzué. "Mi vínculo con ella era muy especial. Iba a su casa tres veces por semana porque tomaba clases de canto en la esquina. Sonaban María Callas, Gardel y Tita Merello. No se hablaba, se escuchaba. Recién ahora lo entiendo: ella me dio la música y la fuerza que tengo como mujer".
DE AMORES Y RUMORES
–Hay mucho desamor en tus canciones.
–Sí, me llevo pésimo con el amor [Se ríe]. Es una materia que siempre me costó un montón. Desde afuera, podés pensar que yo iba tipo picaflor, pero eso hablaba de una deficiencia mía, que era no poder establecer vínculos duraderos. Ahora creo que me sería más fácil… Bah, ¡elijo creer!
–Hace tiempo está dando vueltas el rumor de que salís con Adrián Suar.
–No. No estoy saliendo con Adrián Suar.
–Él fue a verte a tu último show en La Tangente y se lo veía de lo más divertido y enganchado con tu música…
–Sí, me vino a ver y estuve dos veces en El Host, su programa, cantando. Estoy feliz de haber trabajado para él porque todo lo que hace me parece lo más. Crecí mirando todas sus telenovelas y películas.
–¿Cómo terminaste grabando para El Host?
–Llamaron de Pol-ka a mi manager y le dijeron que me querían tener en el programa. Él le había mostrado mi disco a Paul [el hermano de Adrián], él se lo mostró a Adrián, me propusieron estar y yo fui feliz.
–¿Cómo definirías tu vínculo con Adrián Suar?
–Como un vínculo laboral.
–¿Qué hay del rumor, entonces?
–Es mentira. Casi me muero igual, eh, cuando me enteré que iba a venir a verme. A mí no me pasa todos los días que alguien que admiro demuestre interés por lo que hago. También vino Carla Peterson, que para mí es una de las mejores actrices de Argentina, y traté de no hacer eye-contact con nadie.
–¿Cuál es tu status sentimental hoy?
–Estoy soltera.
–¿Qué tiene que tener un hombre para enamorarte?
–Humor. El humor es muy buchón porque detrás del humor hay otras cosas, como la inteligencia, la profundidad y la experiencia. Si además tiene una vida interesante y es ambicioso, mejor.
–¿Qué buscás, entonces?
–Un tipo cuyo humor esté a la altura de su amor. Es lo que yo quiero.
–¿Estás con ganas de enamorarte?
–Sí, no te voy a mentir. Enamorarse es lo más lindo que hay. Descreo de esa gente que dice: "No, no estoy para enamorarme". Cuando la persona indicada aparece, te enamorás. No zafás, esa es la gracia.
APRENDER A DECIR "SÍ"
Por estos días, María se prepara para hacer de telonera de Fito Páez en su próximo show, el domingo 9, en el Hipódromo de Palermo. Un "honor", como define ella misma, para el que ensaya todos los días. "Trato de no imaginármelo mucho porque me agarra pánico", cuenta la artista, consciente de la gran oportunidad.
–¿Es cierto que hace unos años Gustavo Santaolalla quiso producirte un álbum y le dijiste que no?
–Le dije que sí y después me eché para atrás porque me parecían ridículas mis canciones. No creía lo suficiente en ellas. Fue hace cinco años y no hay día que no me arrepienta. Fue patético decirle que no a un grosso como Santaolalla.
–¿Cómo definirías este momento en tu vida?
–Siento que estoy en un momento lindo, burbujeante. Siempre soñé con sentirme contenta, y con tener un gran público.
–Arrancaste tarde, a los 35 años.
–A veces digo: "Qué lástima que no me animé antes" y después pienso que uno hace las cosas cuando puede. Me hubiese encantado arrancar antes, claro, pero también tengo derecho a que mi historia sea como es.
Producción: Sergio Bárbaro. Maquillaje: Sol Carreras para Estudio Dúo. Peinado: Estefanía di Carlo para Estudio Dúo
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