Apasionada y rebelde, la hermana menor de Isabel II puso en jaque a la Corona con sus romances durante casi 40 años. Y aunque se casó una sola vez –tuvo dos hijos–, varios hombres perdieron la cabeza por ella. Semblanza de una princesa que vivió libre
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Era hermosa, encantadora, sexy… pero toda su vida sufrió por amor. La princesa Margarita no pudo casarse con el primer hombre que amó, el capitán Peter Townsend, y eso la convirtió en una mujer profundamente infeliz. Y aunque los primeros tiempos de su matrimonio con el fotógrafo Anthony Armstrong–Jones –después nombrado Lord Snowdon– fueron agradables, la relación se tornó cada vez más difícil hasta que se divorciaron. Amargada, Margarita pasó el resto de sus días en una búsqueda interminable del príncipe azul, que no llegó nunca, pero que la involucró en escándalos amorosos que le pusieron los pelos de punta a su hermana, la reina Isabel II. Hasta que murió, sola y enferma, a los 72 años.
Su gran amor El capitán de la Royal Air Force Peter Townsend era un plebeyo divorciado y padre de dos hijos, héroe de la Segunda Guerra Mundial, caballerizo del rey Jorge VI, el padre de Margarita, y 16 años mayor que ella. Su arrollador romance comenzó en 1947 –cuando la princesa tenía 17– durante un viaje a Belfast y vivieron una pasión prohibida que se prolongó por años, lo cual en reiteradas ocasiones llevó a Margarita a enfrentarse duramente con su hermana. Es que para casarse con él, necesitaba el permiso de la Reina, pero los asesores de Isabel II no aprobaron una boda entre un miembro de la familia real y un hombre divorciado. Para separarlos, Townsend fue enviado a Bélgica en una misión especial. Pese a que Margarita y él siempre estuvieron en contacto, cuando finalmente volvieron a verse, en 1955, el fuego parecía haberse apagado.
Tras el triste final de su love story con Townsed, Margarita era una de las mujeres más deseadas de Inglaterra, en una época en la que todavía se esperaba que las mujeres se casaran. Así que, a los 26 años, se comprometió con Billy Wallace, para satisfacción de su familia, que la quería ver casada con alguien de su círculo social. Pero la boda no se concretó: ella rompió el compromiso poco después, cuando Wallace le confesó que había tenido una aventura estando de vacaciones en las Bahamas.
De allí en más, las especulaciones sobre sus amoríos y diversos pretendientes fueron el tema del día en la prensa y la sociedad inglesa hasta que, en 1960, Margarita volvió a sorprender a todos al anunciar su compromiso con el famoso fotógrafo Anthony Armstrong-Jones, candidato que no estaba en los cálculos de nadie. Según se sabe, se conocieron en una comida en 1958 y congeniaron enseguida: compartían su interés por el arte, la música y la moda. Unos meses después, Armstrong-Jones fue elegido para fotografiar a la díscola princesa y fue entonces cuando comenzó la historia de amor secreta –se veían en el estudio que él tenía en Londres– con la hermana menor de la Reina.
UN MARIDO PARA LA PRINCESA
Enamorada, deslumbrada o acaso para demostrar que lo de Peter Townsend era historia antigua, el 26 de febrero de 1960 Margarita anunció su boda con Anthony Armstrong-Jones, quien se convertía así en el primer plebeyo en casarse con la hija de un rey en los últimos cuatrocientos años. La familia real estaba fascinada con el novio y todos querían mucho a Tony, que era encantador, tenía buenos modales y sabía como comportarse. Así, el 6 de mayo de ese año, la pareja se convirtió en el primer matrimonio real cuya boda se retransmitió por televisión (tuvo trescientos millones de espectadores en todo el mundo) y, al mismo tiempo, en la pareja británica más glamorosa.
Enseguida llegaron los hijos, David (1961) y Sarah (1964), por lo que Armstrong Armstrong– Jones se convirtió en Lord Snowdon para que los hijos tuvieran título– y los problemas. Tony se cansó rápido de la vida de palacio, abandonó su rol de consorte real y volvió a sus días de conquistador implacable. Margarita, celosa y posesiva, siempre se las ingeniaba para hacerlo volver a casa, y eso lo alejaba aún más de ella. Las infidelidades de Lord Snowdon pasaron a ser la comidilla de la corte y cada nueva aventura afectaba más a la princesa. Los años 1970, 71 y 72 fueron la etapa más triste de la vida de Margarita, y la prensa no tardó en hacerse eco de los rumores de crisis de la pareja y de cómo las infidelidades del Lord dejaban huella en el carácter de su mujer, que bebía mucho y flirteaba con varios hombres al mismo tiempo.
Despechada, ella se dedicó a buscar sus propios amantes, como el aristócrata y pianista escocés Robin Douglas-Home –sobrino de Alec Douglas-Home, ex primer ministro inglés– quien se suicidó 18 meses después de terminada la relación, o Anthony Barton, amigo de Snowdon de la universidad. Además, entre sus supuestas parejas románticas se cuentan nada menos que Mick Jagger, Peter Sellers y Warren Beatty.
LA ÚLTIMA PASIÓN
En esa época Margarita estaba muy triste y se sentía abandonada, porque su marido casi no pasaba por Palacio. Fue justo entonces –1973– cuando conoció a Roddy Llevellyn, un jardinero paisajista 17 años menor y el último hombre que la hizo sentirse amada, deseada y respetada. Se vieron por primera vez en Escocia. El flechazo fue inmediato y el romance arrancó a la princesa de una profunda depresión. Ella lo llamaba “mi querido ángel” y, como una adolescente, adelgazó, recuperó la alegría de vivir y el entusiasmo por las cosas cotidianas. Durante los ocho años que estuvieron juntos, Margarita lo visitaba ocasionalmente, y Roddy hizo incontables viajes a su casa en la isla de Mustique, donde compartían semanas con amigos, entre fiestas interminables, juegos, disfraces, baños de mar y tragos. En 1976, Margarita y Roddy fueron fotografiados juntos en su paraíso privado del Caribe. La aventura ocupó la tapa de todos los diarios y llegó el escándalo. Esto le dio a Snowdon la excusa perfecta para dejar el Palacio de Kensington, al tiempo que la princesa resultó muy criticada por tener un “boy toy”. Así, después de años de infidelidades, Margarita y Lord Snowdon se separaron. El 19 de marzo de ese año, se anunció: “Su Alteza Real la Princesa Margarita, la Condesa de Snowdon, y el Conde de Snowdon han acordado mutuamente vivir separados”. Dos años más tarde, el Palacio de Kensington comunicó que la pareja real se divorciaba. Era el primer divorcio en la realeza desde Enrique VIII, en 1540. La Reina quería que Margarita terminara su relación con Roddy, pero ella sentía que estaba enamorada y peleó por su amor contra viento y marea, aun cuando Llevellyn decidió que quería ser cantante de rock. Snowdon se casó con Lucy Lindsay-Hogg. Margarita y Llewellyn terminaron en 1981 y, poco después, él se casó con Tatiana Soskin. Hasta su muerte, el 9 de febrero de 2002, Margarita de Inglaterra estuvo casi siempre acompañada por amigos y amigas, y por sus hijos, pero no volvió a tener un amor. Y hubo momentos en los que se sintió muy sola.
Edición fotográfica: Alejandro Querol
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