Argentina no suele figurar en muchas listas de “lo mejor”, pero hay una donde nadie nos gana: consumo de carne de vacuno por persona. Confiesen, ¿cuántos asados llevan preparados en lo que va de este año?
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Los hábitos alimenticios van cambiando y buscan acomodarse a las nuevas tendencias, más saludables y sostenibles. La agricultura y la ganadería siempre están en el centro de la vorágine cuando se habla del medioambiente, el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero; pero las carnes siguen siendo una de las comidas más elegidas por los seres humanos alrededor del mundo, muchas veces, constituyendo una parte fundamental en el desarrollo de las economías.
Según los datos recopilados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su siglas en inglés) en 2020, la carne de ave se destaca por ser la más consumida en 70 países, un 40% del total, seguida por los pescados y mariscos (56 países), en aquellas regiones con costas importantes. La carne de vacuno ocupa el cuarto lugar de preferencia en 23 países, luego de la carne de porcino (29 países), y ahí es donde Argentina se destaca, con 46,9 kilogramos por persona consumidos en un año.
Hong Kong, Islandia y Macao son los mayores consumidores de carnes per cápita (incluyendo todas sus variedades), por encima de 170 kg. Pero, ¿quiénes son los más ávidos por la carne bovina? Acá te lo contamos.
1. Argentina – 46,9 kilogramos per cápita por año
Según los datos de la ONU, el argentino consume 116,9 kilogramos de carne por año. De este total, casi 47 kg corresponden a la carne bovina, una cifra que nos pone ¿orgullosamente? en el primer puesto de este ranking. El resto lo ocupan las carnes de ave (46,2 kg), el cerdo (14,4 kg), pescados y mariscos (6,8 kg), el cordero y otros (2,6 kg).
La rica historia culinaria de nuestro país es resultado de la confluencia de diferentes culturas, donde la típica “cocina criolla” se vio influenciada por los colonizadores españoles que introdujeron el ganado en la región, y la impronta del gaucho. Un factor determinante para el florecimiento de la industria ganadera (y agrícola) de Argentina son las llanuras cubiertas de hierba, su extensión y fertilidad natural, que nos convirtieron en uno de los principales productos alimenticios de granos, carne (vacuna, ovina, avícola), leche y sus derivados.
2. Zimbabue – 42,3 kilogramos per cápita por año
El país del sudeste africano se acomoda en el segundo lugar con poco más de 42 kilogramos de carne bovina por persona. Hay que tener en cuenta que la agricultura es la espina dorsal de la economía de Zimbabue, un pueblo mayoritariamente rural, donde las actividades agrícolas representan la fuente de trabajo e ingresos de entre el 60 y 70 por ciento de sus más de 14.4 millones de habitantes.
En 2019, la ganadería zimbabuense produjo 108 mil toneladas de carne vacuna, una cifra que se destaca en comparación a las 52 mil toneladas de carne de pollo y las 24 mil toneladas de carne de chivo. En Zimbabue también nació Allan Savory, ex campesino, biólogo investigador y especialista en fauna, emigrado a los Estados Unidos en 1979; uno de los principales divulgadores de las prácticas regenerativas del suelo que, a través del uso del ganado, buscan revertir los procesos de desertificación a gran escala y mitigar los efectos del calentamiento global.
3. Estados Unidos – 37,9 kilogramos per cápita por año
La carne bovina no ocupa el primer lugar entre lo más elegido por los habitantes de Estados Unidos. Ese honor les corresponde a las aves de corral, donde el país del norte se acomoda en el puesto #7 en lo que respecta al consumo per cápita, con 58,7 kg. La carne vacuna es la segunda en preferencia para los norteamericanos que, durante 2020, consumieron casi 38 kilogramos por persona.
Según el 18º informe anual Power of Meat publicado por el Meat Institute y FMI-The Food Industry Association, hoy, los estadounidenses compran más carne fresca que antes de la pandemia y buscan valor en términos de precio y comodidad. Se estima que preparan entre cuatro y cinco cenas en casa durante una semana normal, el 87% de las cuales (4 por semana) contienen una porción de carne bovina.
4. Australia – 37 kilogramos per cápita por año
En Australia, la carne vacuna también es la segunda en preferencia después del pollo. En 2020, los australianos consumieron 37 kilogramos de carne bovina per cápita, ninguna sorpresa, cuando hablamos del quinto mayor productor de carne de vacuno del mundo (2.2 millones de toneladas en 2018), reconocido históricamente por ser un importante exportador.
El país oceánico también es un referente de la disminución de emisiones netas de gases de efecto invernadero en su cadena cárnica, las que se redujeron un 65% desde el año 2005. Las emisiones de la industria cárnica australiana representaron el 10,3% del total nacional de emisiones de GEI en 2020. Esta caída se vincula a la sequía previa al 2020, lo que obligó a bajar el stock de cabezas de ganado y, de paso, ayudar al medioambiente.
5. Brasil – 35,4 kilogramos per cápita por año
En Brasil, el consumo de carne bovina se encuentra muy por debajo de las aves de corral, 35,4 kilogramos contra 48,4 kg. Brasil es uno de los países más grandes del globo en cuanto a la producción de proteínas animales: en 2019 fue el mayor exportador mundial de carne de pollo y el segundo productor más grande de carne vacuna; un crecimiento excepcional, si tenemos en cuenta que hace unos 50 años, era un país tradicionalmente importador de alimentos.
La ganadería en la Amazonía brasileña comenzó en el siglo XVI, al inicio de la colonización portuguesa, cuando los navegantes trajeron los primeros animales para satisfacer la demanda de leche y la tracción de los agricultores. Desde entonces, nunca paró de crecer, pero a partir del siglo XX comenzó su camino para transformarse en el gigante de América del Sur. Entre 1990 y 2018, el hato bovino brasileño se expandió en un 56% y alcanzó su pico máximo de producción en 2014 con 9.7 millones de toneladas métricas.
6. Uzbekistán – 31,6 kilogramos per cápita por año
Como en Argentina, los productos bovinos son los más elegidos por los habitantes de Uzbekistán –31,6 kilogramos per cápita–, país que en 2019 produjo 938 mil toneladas de carne vacuna, convirtiéndose en el 15º productor a nivel mundial con 12 millones de cabezas de ganado y mucho potencial. Tras dos años y medio de negociaciones, en 2022, nuestro país logró sumar a Uzbekistán como nuevo mercado para la exportación, en este caso, de semen y embriones bovinos de producción nacional, una alternativa novedosa dentro del sector cárnico.
La genética bovina argentina representa un logro realmente importante para la industria, y el primer paso para la apertura de mercados no tradicionales como este, donde nuestras vacas –y a futuro nuestra carne– terminarán alimentando a los ciudadanos uzbekas.
7. Canadá – 27,5 kilogramos per cápita por año
Canadá es otro de esos países donde reina el pollo, aunque la carne de vacuno sigue siendo un destacado de la economía con más de 1.4 millones de toneladas producidas durante 2019. En 2020, los canadienses consumieron unos 27,5 kilogramos per cápita, al mismo tiempo que los expertos buscan la manera de que el ganado ayude a mitigar los problemas que acarrea el cambio climático, la desertificación y la pérdida de la biodiversidad, si se implementan prácticas sostenibles.
En mayo de este año, el sector ganadero canadiense entró en crisis tras la aparición y confirmación del primer caso del “mal de la vaca loca” desde 1993. Ante el temor de un brote, el mundo le cerró sus puertas a las importaciones cárnicas del país norteamericano, después de detectarse una vaca enferma en Alberta, la principal provincia productora de carne de res.
8. Chad – 27,5 kilogramos per cápita por año
Es posible que Chad sea el último país que se nos venga a la cabeza cuando pensemos en África Central, pero logra meterse en esta lista como el octavo mercado más consumidor de carne bovina per cápita. En 2020, los chadianos ingirieron 27,5 kilogramos de carne vacuna, por encima del cordero (18,7 kg) y la pesca (6,6 kg). Algo que tiene mucho sentido, ya que más del 40% de la población vive de la ganadería de subsistencia.
Chad cuenta con aproximadamente 90 millones de cabezas de ganado y la actividad constituye la segunda fuente de ingresos del país –contribuye con el 53% del PIB nacional– luego del petróleo, y representa el 30% de las exportaciones. Por sobre todo, la ganadería juega un rol preponderante para la reducción de la pobreza y el mejoramiento de la seguridad alimentaria para los habitantes de esta república presidencialista bajo dictadura militar.
9. Israel – 27,2 kilogramos per cápita por año
Después de un apabullante consumo de carne de aves de corral (68,9 kg), la carne bovina se ubica en segundo lugar de preferencia para los habitantes de Israel, con 27,2 kilogramos durante 2020. Todo un hito –y un verdadero reto– para un país con limitados recursos naturales y una geografía poco apta para el desarrollo del ganado. La innovación constante, hoy hace posible que el sector agrícola israelí, y sobre todo su industria láctea, sea considerada una de las más avanzadas del mundo: posee más de 100 mil vacas lecheras que, según un sistema de cuotas, producen casi 1.600 millones de litros de leche al año.
La primera granja lechera experimental israelí se remonta a la década de 1910, cuando había menos de mil cabezas de ganado en Israel, todas ellas de una pequeña raza local de bajo rendimiento. En 1911, la granja experimental Ben-Shemen adquirió un rebaño lechero y empezó a producir rendimientos de entre 1.000 y 5.000 kilogramos de leche al año; un punto de inflexión para un sector revolucionario que no para de crecer.
10. Kazajistán – 26,6 kilogramos per cápita por año
Kazajistán cierra el top con 26,6 kilogramos de carne bovina per cápita, la más consumida en el país transcontinental, que divide su territorio entre Asia Central y Europa Oriental. La ganadería de Kazajistán se concentra principalmente en las regiones semidesérticas del sur, y está orientada a la crianza de ganado ovino, en especial la raza karakul, que proporciona lanas y pieles. Más del 40% de la población kazaja sigue viviendo en el campo y del campo, tanto así que la agricultura y la ganadería proporcionan el 30% del empleo nacional.
El potencial cárnico de Kazajstán es muy destacable: el país cuenta con 180 millones de hectáreas de pastos naturales, de las cuales apenas se aprovechan el 40%. Años atrás, el gobierno lanzó un plan con la intención de convertirse en una potencia exportadora de carne de vacuno, donde el reto es conseguir más cabezas de alto pedigrí, muy bajo (solo el 2%) comparado con competidores de alto perfil como Brasil, Australia o Argentina, donde este porcentaje alcanza el 80%.
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