Los juguetes de mamá y papá: cuando los recuerdos se convierten en más tiempo compartido
Sol sabe que cuando juega con los ladrillos LEGO de su papá , tiene que estar atenta a que ninguno se caiga al piso. El castillo de Frozen y la princesa Elsa conviven en la mesa del comedor con el clásico ayuntamiento de tres pisos hecho de casi 3000 piezas que Ignacio Zamora, el papá, arma y desarma a pedido de Sol. Cuando reciben visitas en casa, algunos se sorprenden de que Ignacio baje reliquias en LEGO de las vitrinas para jugar con su hija. "Yo les digo que para mí no hay mayor alegría que poder compartir mi hobby con ella", dice Ignacio, que conserva sus sets de la infancia, los restaura y los comparte en las redes sociales.
Ignacio, de 37 años, recuerda que cuando era chico "pasaba muchas horas y era muy creativo con lo que armaba, mezclaba con otros bloques o con Playmobil y armaba un mundo en el que podía pasar tardes enteras".
La escena de desempolvar el balde de LEGO de la niñez se repite acompañada por la satisfacción de los padres de poder hacer entrega de esa parte de su infancia a sus hijos . La nostalgia se mezcla con la alegría. A Camila Ferraro, mamá de Lautaro, de 8 años, los LEGO le permitieron encontrar un momento de juego compartido: "A Lauti le encanta que yo le cuente cosas de cuando era chica, así que cuando le traje mis ladrillos de la casa de mis viejos se emocionó un montón. De repente se invirtieron los roles y yo le decía ‘mirá, mirá lo que armé’, como cuando él me muestra sus dibujos o sus destrezas con la bici".
Pocos juegos mantienen esta vigencia. Las piezas de los años 70 calzan con las actuales y eso invita a que madres y padres se entusiasmen en el armado de castillos, naves, grúas.
En el caso de Juan Manuel Puente, sus LEGO quedaron guardados en la habitación de cuando era chico. "El gran programa de mis hijos, Fran y Benja, cuando van a la casa de la abuela es jugar con mis LEGO. Es increíble que el sistema siga siendo el mismo, aunque encuentro algunas diferencias. Veo que cuando juegan con los míos no siguen tanto las instrucciones y son más creativos. En cambio, con los más nuevos, como la nave de Star Wars, están siguiendo el manual como si fuera un rompecabezas". Es que en los últimos años estos ladrillitos de colores fueron expandiéndose y se asociaron con Disney u otras marcas que dieron forma a nuevos sets, como los castillos de princesa de Sol.
Ignacio cuenta que en Balug casi todos sus miembros tienen un recorrido similar: fueron fanáticos de chicos y con la llegada de hijos o sobrinos se reencuentran con los LEGO. Algunos por el lado de la restauración de las piezas viejas y otros con el armado de sets para adultos, más sofisticados.
"Mis amigos y mis viejos saben que cuando viajan les encargo algo para mí y algo para mi hija. Yo encargo cosas más específicas, ahora estoy con una grúa de 8 motores. Y como a ella le gustan las princesas, seguimos sumando castillos", dice Ignacio, cuya línea preferida es LEGO Technics.
A Cata, de 11 años, al igual que a Sol, le gustan las princesas, y su relación con los LEGO no es de jugar con los personajes, sino de armar y exponer. Su línea preferida es LEGO Friends, que tiene castillos, puestos de dulces, un globo aerostático, y Cata va siguiendo el manual para armarlo a la perfección. En su habitación hay un estante con todas sus obras. Su hermano Iván, de 8 años, heredó los ladrillos de su papá, Ricardo, y los usa para jugar, hace diseños raros sobre las naves de Star Wars sin seguir tanto los manuales. Cuando Ricardo lo manda a ordenar los Lego siempre viene al rato con la misma excusa: "Vos sabés que cuando me mandás a ordenar me cuelgo y me quedo jugando". Los ladrillos siguen en el suelo, claro.
Al hijo mayor de Juan Manuel, Francisco, de 6 años, le gusta todo el universo LEGO: los ladrillos, las películas y los videojuegos. "Algo lindo que pasó con Fran fue que se frustraba cuando trataba de dibujar algo y no le salía. Y a partir de los LEGO, de tomar el sistema de un LEGO como referencia de una figura, se soltó mucho. Tiene un formato de figura humana nuevo. Las cabezas más cuadradas, las piernas también. Eso le sirvió mucho a él para lanzarse a dibujar", cuenta el papá.
LEGO Fun Fest desembarca en La Rural
La infancia de los padres se mezcla con las de los hijos a través de un juego que data de 1940. Disfrutar de armar y desarmar, de mostrarles una parte del pasado y de reconectarse con lo lúdico y creativo que tienen estos ladrillitos de colores. Los LEGO son siempre un buen plan en el que grandes y chicos se sienten cómodos, por eso la llegada del LEGO Fun Fest genera tanta expectativa en estos apasionados.
Del 7 al 23 de diciembre, la nacion presenta LEGO Fun Fest. Es la primera vez en la Argentina de un evento que llama a construir y divertirse en familia con más de cuatro millones de ladrillos. La cita es en el pabellón amarillo de La Rural, con 5000 m2 divididos en 20 estaciones temáticas. Habrá Cine LEGO, rampa de carreras y hasta una pileta para sumergirse en los ladrillos.
Las entradas se consiguen a través de Ticketek. Adultos $650, menores $500 y hasta 3 años sin cargo. Beneficio 2x1 para tarjetas Premium y Black: de lunes a domingo durante toda la duración del evento.
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