Los hermanos Macana
Con dos Martín Fierro bajo el brazo y 11 años de experiencia en TV, los Weinbaum despertaron la trasnoche de los sábados en la pantalla del 13
La sigla aeronáutica marplatense gana fama. MDQ es sinónimo de aventura, viajes insólitos, humor; tres piezas de un puzzle que se acomoda en la pantalla de Canal 13. Allí desembarcaron Eugenio y Sebastián Weinbaum de la mano de Bus TV -la productora de Nicolás Repetto- con una fórmula que despertó a la televisión de los sábados a la medianoche.
Pero estos intrépidos ya vienen haciendo de las suyas desde hace 11 años: de tener un ciclo para surfistas en el cable de Mar del Plata pasaron a la televisión abierta con su tradicional formato de media hora y mucho más que olas. "Nos interesaban otras cosas. Vimos que en Indonesia prendían fuego a un tipo en la calle, hacían una cremación y todo el mundo festejaba. Lo filmamos y lo pusimos en un bloque", recuerda Eugenio, con 39 años, el mayor.
MDQ Surf TV ya no era pura espuma. Premiado con dos Martín Fierro del interior, alcanzó en 1995 las señales de cable de Buenos Aires. Así, con un equipamiento ultracasero, los hermanos Macana siguieron atreviéndose a jugar a los paracaidistas, a explorar culturas de los sitios más recónditos del mundo, a tirarse de cabeza al vacío sujetos por una cuerda elástica y a probar suerte en los canales de aire porteños, donde debutaron en 2000 por Azul Televisión. "Tuvimos otras oportunidades, pero nos pedían que resignáramos mucho. Llegaron a decirnos que hiciéramos MDQ con otro nombre, vestidos de traje", sigue Eugenio, la voz que predominó en la charla con Vía Libre hasta que Sebastián terminó su tostado de jamón y queso.
-¿En qué los benefició la sociedad con Repetto?
Eugenio: -Ya nos asustaba cualquier propuesta de cambio. Nico respetó que saliéramos desde nuestros Estudios Universales (las ruinas de una casa sobre un acantilado en peligro de derrumbe) y, salvo la bajada del título, que ahora MDQ es Para todo el mundo, nos aconsejó aparecer más en cámara.
-Y que MDQ sea Miedo De Qué
Eugenio: -No sabemos de dónde salió eso. ¿Miedo de qué? ¡Miedo de todo! Somos normales.
Agil, con lenguaje de videoclip y scketches graciosos, los Weinbaum siguen cuesta arriba sin modificar la esencia de su producto. Aun en ese juego constante, son capaces de hacer a un lado las monerías para entregar relatos en off informativos sobre cada lugar que visitan.
Eugenio: -Nuestro programa es comprometido. Jugamos, nos divertimos, pero tenemos límites entre el humor y los contenidos.
-¿Bus TV les hace más accesible el mundo?
Eugenio: -Los canjes de viaje los conseguimos siempre, pero el abanico de posibilidades se abrió porque estamos pegados a un monstruo, no por lo feo, sino por lo grande. Con esto no quiero decir que Nico esté viejo sino que sabe mucho. (bromea). El dice que tenemos un encendido imposible.
-¿No sabían que despertaron la trasnoche del sábado?
Sebastián: -¡Ni idea! Estamos aprendiendo de alguien que conoce al público más que nosotros.
Eugenio: -Nico nos sedujo con una metáfora: "Ustedes tienen un auto que me encanta; la carrocería, las ruedas, las butacas... ¿Qué les parece si le ponemos un motor de Fórmula 1?". No sé si le va a gustar la comparación, pero para nosotros él es como un gran hermano. (Otra vez risas. El Gran Hermano compite desde Telefé con Sábado Bus).
-La gente cree que en aventura ya hicieron lo posible y más.
Eugenio: -Sí, es cierto. No podemos creer tanto reconocimiento. Cuando llegamos a Aeroparque y nos gritan pensamos si no habremos roto algo.
Sebastián: -El otro día, en la calle, un señor me dio una cachetada. "Culini, no te vas a enojar, si estás acostumbrado". ¡Sí, pero las que me pega mi hermano son en cámara rápida!
-¿De dónde viene lo de Culini?
Sebastián: -De chiquito era gordito y culón. Después me metí en la tele y a los tres meses tenía un Martín Fierro. ¡Tuve un culo bárbaro!
-Lo de miedo de qué fue un rumor, pero ¿a qué le temieron?
Eugenio: -Recuerdo una noche que naufragué cuatro horas en un bote de goma y llovía granizo como pelotas de tenis.. Sin embargo, mi mayor temor fue entrar a Sábado Bus, cuando escuché saracatunga, catunga, catunga y a Nico diciendo "ahora baja del ómnibus Eugenio Weinbaum".
Sebastián: -Todos los deportes de riesgo me dan miedo. Es lógico.
Eugenio: -Al final estos dos pibes son unos cagones bárbaros.
-¿No le temen al derrumbe de sus estudios universales?
Eugenio: -Sí, ahora no nos asomamos tanto al borde. No vamos a dejar los estudios, tal vez ellos nos dejen antes a nosotros.
MDQ lleva al televidente a recorrer el mundo en media hora de aventuras y lo divierte con gags absurdos donde los protagonistas no son únicamente estos dos osados. Algunos famosos se suman a sus locuras. Y también está Herminia.
-¿Cómo llegó mamá a la tele?
Sebastián: -Estábamos filmando que Eugenio cruzaba un semáforo en rojo y vino un cana...
Eugenio: -La situación se puso tensa, nos quería detener y teníamos que entregar el programa sí o sí. Entonces, dijimos, Plan B: que nos despida mamá.
Sebastián: -El programa empezó con Eugenio; después aparecí yo, que se supone le quiero robar el puesto. Si venía un tercero tenía que ser para sacarnos el lugar a los dos. Mamá era la persona indicada.
-¿Qué opinó Repetto de mamá?
Eugenio: -Dijo: "Si ustedes no están no importa, pero a la vieja la quiero en todos los programas".
-¿A los 69 años, Herminia se va a animar a la aventura?
Sebastián: Después de siete hijos como nosotros, a qué no se va a animar.