Es uno de los mayores espectáculos deportivos del mundo, y cada año atrae a miles de aficionados a la velocidad y a una larga lista de estrellas. Los ingredientes perfectos, aderezados con el glamour de la familia Grimaldi, hacen que el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco sea único. Los anfitriones fueron, un año más, los príncipes Alberto y Charlene , aunque los más chiquitos del principado, empezando por sus hijos Jacques y Gabriella, resultaron los auténticos protagonistas. Los herederos de Alberto y Charlene de Mónaco hicieron una aparición que dejó a todos impactados con su look desenfadado y su espontaneidad. Con 4 años, caminaron con seguridad por el circuito de la mano de su padre y de su prima, Kaia Rose Wittstock, hija del hermano de Charlene. Gabriella parecía encantada con su nueva acompañante, a la que le iba mostrando orgullosa lo que le llamaba la atención en su recorrido. También se pudo ver a Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo con sus dos hijos mayores, Sasha (6) e India (4). El matrimonio se separó por unas horas del benjamín de la casa, Max Rainier, que nació el 18 de abril de 2018, para disfrutar de este gran evento. A diferencia de su hermano, Pierre decidió asistir solo con su mujer, Beatrice Borromeo : los dos hijos de la pareja, Stefano (2) y Francesco (1), fueron vistos por primera y única vez el pasado 19 de noviembre, con motivo del Día Nacional de Mónaco.
Con su presencia, la princesa Charlene, Beatrice Borromeo y Tatiana Santo Domingo aportaron su estilo y glamour a un evento que mira el mundo entero
Otra que no faltó a la cita fue la princesa Alejandra de Hannover. La hija de Carolina de Mónaco estuvo inseparable de su novio, Ben Sylvester Strautmann, con el que mostró una gran complicidad.
Además de la familia real monegasca también el rey Carlos Gustavo de Suecia y su hijo, Carlos Felipe, disfrutaron de la competencia automovilística emblema del principado. Padre e hijo demostraron su pasión por la Fórmula 1, e incluso el príncipe se animó a probar alguno de los coches durante las pruebas que realizan para comprobar que las máquinas estuvieran a punto. Todos fueron testigos de la victoria de Lewis Hamilton que, por tercera vez, subió al podio en Montecarlo, tras ganar en 2008 y 2016. Y recordó emocionado a Nikki Lauda, una leyenda F1, que murió el pasado 20 de mayo.
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