Los gatos esfinge: qué hay detrás de la enigmática raza sin pelaje
Más allá de su peculiar apariencia, este animal tiene cualidades que lo hacen un compañero ideal para las personas
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El gato esfinge, o también llamado gato egipcio, es una de las razas de gatos más singulares y distintivas. Conocidos por su carencia de pelo, orejas grandes y personalidades curiosas, los gatos esfinge les pueden parecerles extraños a muchas personas, pero también son muy encantadores para numerosos entusiastas de gatos.
Su denominativo de “egipcio”, si bien es común, no corresponde a su procedencia, ya que no son originarios de ese país y, más bien, probablemente se deba a que su apariencia, de rostro triangular y largas orejas puntiagudas, recuerda a las representaciones de felinos domésticos del antiguo Egipto.
Su historia
Según la Asociación de Criadores de Gatos estadounidense y contrario a la creencia popular, el gato esfinge no es el resultado de una mutación genética sino de un programa de cría selectiva que comenzó en la década de 1960 en Canadá. Los primeros especímenes de este tipo nacieron en Toronto, y muchos de ellos fueron cruzados con gatos Devon Rex para crear un acervo genético más grande y una raza más robusta.
La raza fue reconocida oficialmente en 1985 por la Asociación Canadiense de Gatos y más tarde por otras asociaciones dedicadas a estos animales.
Sus características
El rasgo físico más distintivo del gato esfinge es, por supuesto, su falta de pelo. Sin embargo, no carecen de él completamente: el centro veterinario Cuidado Avanzado de Animales, en Estados Unidos, resalta que estos conservan una fina y suave capa de pelaje que puede sentirse al tacto como una textura de gamuza. También hay algunos gatos esfinge que pueden tener fino pelaje en la nariz, las orejas y la cola.
Más allá de este rasgo, los gatos esfinge tienen una apariencia física única. Sus orejas grandes y puntiagudas y su nariz prominente y a menudo curva lo hacen demasiado distinguibles. Tiene una constitución musculosa y pueden ser pesados relativamente para su tamaño. También destacan sus atrayentes ojos, que pueden ser azules, verdes, dorados o una combinación de estos colores.
Su comportamiento
Los gatos esfinge son conocidos por sus personalidades traviesas e inquisitivas. Tienden a ser muy sociales y a sentirse cómodos con la presencia humana. Pueden desarrollar afección por la gente, lo que los lleva a estar dispuestos a aprender trucos y a jugar.
También tienen altos niveles de energía, lo que demuestran con necesidad de ejercicio: como les gusta correr y recrearse, se les debe proporcionar distintos juguetes y espacios para trepar y saltar. Además, son animales igualmente sociales con otras mascotas, particularmente con otros gatos.
Su cuidado
El Hospital Veterinario Manos Protectoras de Estados Unidos puntualiza que, si bien no tienen pelaje, los esfinges requieren de cuidado dermatológico regular, porque su piel produce aceites que pueden acumularse y causar irritación en la piel, de modo que hay que bañarlos regularmente y limpiar su piel con paños húmedos. También resultan propensos a acumular cerumen y se les deben limpiar los oídos con regularidad.
Debido a que carecen de pelaje, los gatos esfinge son sensibles a cambios de temperatura, especialmente al frío. Deben, por lo tanto, habitar en un ambiente cálido y regulado. Hay ciertos problemas de salud muy relacionados con la raza, incluidas enfermedades cardíacas y afecciones de la piel, por lo que se debe estar atento a cualquier cambio en su comportamiento o apariencia. Además, como todos los gatos, esta raza requiere una dieta saludable y controles veterinarios regulares.
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