Los espectaculares palacios europeos donde se filmó Spencer, la nueva película sobre Lady Di
La producción utilizó dos castillos históricos para recrear la finca de Sandrigham, el escenario del film protagonizado por Kristen Stewart como la princesa Diana
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La nueva película Spencer retrata a Lady Di detrás de los muros del palacio de Sandrigham cuando comienza a llegar la familia real para una reunión navideña celebrada a principios de los 90. La actriz Kristen Stewart interpreta a una princesa Diana de belleza radiante, pero, a la vez, vulnerable, bulímica y paranoica. En el film, ella adora estar con sus hijos, William y Harry, pero se irrita por las tradiciones anticuadas del fin de semana. Para peor, sabe que está atrapada en un matrimonio sin amor con el príncipe Carlos y que no es a la única que él le ha regalado un collar de perlas naturales.
El diseñador de producción de la película, Guy Hendrix Dyas, hizo una extensa investigación sobre la decoración y las costumbres de la finca de la reina Isabel en Norfolk para recrear el escenario fracturado del film, pero sin la premisa de copiar todo tal cual. “Pablo Lorraín -el director- y yo hablamos de crear una prisión elegante”, le dijo Dyas a Architectural Digest. “Nos permitimos alejarnos de simplemente replicar Sandringham para expresar los sentimientos de aislamiento de Diana: el hecho de que no había escapatoria, no se vislumbraba un final”. Por lo que los espectadores están inmersos en un ambiente aristocrático “que es hermoso y atractivo en la superficie, pero con un matiz de miseria y angustia para Diana”, le explicó a la revista especializada en arquitectura.
Dos palacios alemanes, cuya construcción y estilos no coinciden entre sí ni tampoco con Sandringham, reemplazan el retiro en el campo. El castillo barroco de Nordkirchen, ahora una universidad, se utilizó para filmar los exteriores, mientras que el Schlosshotel Kronberg de estilo Tudor, un castillo que actualmente es un hotel, proporcionó algunos interiores.
El palacio de Nordkirchen es conocido como “el Versalles de Westfalia”, ya que es el más grande de los castillos rodeados de agua de la región. Fue construido entre 1703 y 1733 con estilo barroco bajo la dirección de dos arquitectos alemanes. Originalmente, fue una de las residencias de Friedrich Christian von Plettenberg, príncipe-obispo de Münster. Nordkirchen es un municipio situado en el distrito de Coesfeld, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Alemania. Desde 1959 y hasta hoy, es sede de la Universidad de Ciencias Aplicadas de las Finanzas, una universidad estatal especializada en la formación de futuros inspectores fiscales.
Para algunas escenas interiores, se utilizó el Schlosshotel Kronberg en Kronberg im Taunus, Hesse, Alemania, que fue edificado entre 1889 y 1893 por la viuda emperatriz alemana Victoria: de hecho, en sus inicios, fue llamado Schloss Friedrichshof en honor a su difunto marido, el Káiser Friedrich III. La emperatriz se dedicó de lleno a la construcción del palacio hasta su muerte en 1901, cuando todo fue heredado por su hija menor, la princesa Margarita de Prusia. En la actualidad el castillo es un hotel de cinco estrellas. Parte de los muebles originales así como piezas de arte de la colección de Victoria todavía están presentes en el lugar, junto con su extensa biblioteca personal.
Otros detalles curiosos de la producción de Spencer
Consciente de que los fanáticos de la realeza analizarían cada detalle al milímetro, el británico Dyas creó “un rompecabezas increíblemente complicado de interiores diseñado para confundir a la audiencia”. La cocina de un estadio de fútbol sirvió como el lugar donde se entregan delicias al castillo con precisión militar; parte de una cervecería se usó como los cuartos subterráneos del personal; y una mezcla de ubicaciones y decorados se convirtió en el comedor dorado, los dormitorios llenos de antigüedades y un pasillo con espejos.
Se supone que el dormitorio de Diana es en el que dormía la reina Victoria. El decorador de escenarios Yeşim Zolan lo amuebló con una mezcla ecléctica de piezas imperiales, francesas, victorianas y Luis XVI para transmitir la idea de elementos recopilados durante siglos, como sería el caso en Sandringham. La mayoría se obtuvieron del distribuidor berlinés Miri Antiques & Interior.
Para lograr la estética limpia y ligeramente fría de la película, Zolan adaptó un enfoque de decoración de “menos es más”, aunque el equipo no escatimó en símbolos que evocan a Lady Di, como un pájaro enjaulado. Los tapices de Watts of Westminster del siglo XVI que cubren su cama y que cuelgan en la pared de su habitación representan lo que Dyas describió como faisanes voladores “desesperados”, tal vez para ser cazados, como en la película.
Las numerosas secuencias gastronómicas del film precisaron un departamento separado con tres food stylists y un equipo de artistas. El color de la sopa de Diana durante una cena coincide con su vestido de seda verde; Stewart puede morder las detestadas perlas de la princesa porque estaban hechas de chocolate cubierto con un glaseado de caramelo perlado. “Cada torta, cada alita de pollo, cada fruta fue inspeccionada personalmente por mí y cubierta en el set con glaseados comestibles, goma laca y glaseado especialmente diseñados”, explicó Zolan.
En cuanto a una balanza que Diana se resiste a usar, es una báscula de jockey victoriana que la producción alquiló a un coleccionista privado alemán. Zolan encargó más de 60 pinturas enmarcadas, cada una con su propia historia. Una gran obra, que cuelga en un opulento marco dorado en el vestíbulo de entrada de Sandringham en la ficción, fue realizada al estilo del pintor barroco flamenco del siglo XVII Jan Fyt y presenta a una mujer con animales muertos después de una cacería. Es algo siniestro, pero ese es el punto.
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