Los emprendedores llegaron al teatro
Con el uso indiscriminado de la palabra que los blogs y las redes sociales habilitan pareciera que muchas personas usan la blogosfera con una despiadada vocación de crítica y denuncia. Y casi siempre ese mar de mensajes deja entrever un rasgo llamativo: la falta absoluta de credenciales que el ciudadano común le otorga a casi cualquier autoridad u orden establecidos. Sin juzgar el origen de esas críticas -muchas veces justificado, y otras, totalmente endeble-, sería oportuno preguntarnos: ¿y si mejor hacemos algo?
Este marco me sirve para introducir una de esas historias mínimas que contagian. Y, puntualmente, tres personajes que el martes pasado hicieron algo:
Fui al estreno de una comedia musical llamada Swingers, en el Paseo La Plaza. En un solo acto y sin una historia central, sino pequeñas escenas que se suceden, transita por canciones populares en español versionadas al swing -con una fabulosa banda en vivo-, interpretadas por seis cantantes: María Álvarez de Toledo, Lucía Chouhy, Natalie Pérez, Matías Mayer, Patricio Witis y Martín Ruiz. Algunos tienen reconocidas trayectorias tanto en televisión como en la calle Corrientes, otros, menor grado de popularidad. Pero todos demostraron exquisito talento, y en especial la versión de "Yo vengo a ofrecer mi corazón", de Witis, dejó sin aliento al público.
La magia del teatro envuelve al espectador en tiempo y espacio, y lo aleja del resto del equipo técnico-creativo que pasa los meses previos entre picos de presión y cafés. Y, en este caso, nos alejó de tres hacedores que debutaron con Swingers en el circuito profesional.
"El proyecto nació de una crítica a la actitud que, en general, tenemos todos, de esperar a que las cosas ocurran. Veía a un montón de artistas talentosos que estaban esperando a ser llamados para trabajar. Pero esas ganas de hacer algo diferente quedaban en charlas perdidas por ahí", explica Javier De Stéfano, productor general. Resulta que él no es productor de profesión. Luego de trabajar en la consultora BCG, hoy se encarga de la empresa familiar. También jugó al polo y hasta coqueteó con la actuación. "Soy más entusiasta que otra cosa", se define. En la misma línea, Axel Jeannot, director general y psicólogo, aporta: "En la Argentina, todavía hay mucho talento por descubrir. Y es nuestra obligación favorecer esa búsqueda, que no siempre es tan evidente".
Tomás Mayer Wolf, director musical, completa la trilogía creativa. Su temple al salir de la función lo mostró igual de seguro.
Es estimulante que tres jóvenes resignifiquen el entrepreneurship teatral. "Hicimos todas las cosas que teníamos que hacer. Lo que dicen los libros. Y también hicimos muchas otras que no son comunes -explica Axel-. Pero confiamos en que rendirían sus frutos. Por ejemplo, la estructura de trabajo no fue para nada vertical, más bien nos basamos en procesos colaborativos, al punto de que los actores no trabajaron con un guión preestablecido, sino que diferentes ideas, transitadas por ellos mismos, devinieron en un guión."
Un dicho popular dice que si uno está contento con el producto que lanzó, es porque lo lanzó demasiado tarde. No es el caso. "Tomamos al estreno como un puntapié inicial que nos permitiría hacer modificaciones y mejorar el producto para luego hacer un ciclo", agrega Jeannot.
Los tres demostraron que el camino al éxito empieza por algo muy básico, pero, a veces, olvidado: emprender.