Los Douglas: linaje varonil
Kirk, Michael y Cameron –padre, hijo y nieto en la vida real– protagonizan la película Herencia de familia, donde tres generaciones de actores se reúnen para contar la historia de los Gromberg, parientes de ficción, pero muy parecidos a los de la vida real
El hombre más joven de la familia Douglas tiene un hoyuelo en la barbilla. Como su padre. Como su abuelo Kirk, que está orgulloso de que este sello familiar esté marcado también en la cara del sonrosadito Dylan.
El primogénito de Michael Douglas y la actriz galesa Catherine Zeta Jones, de 2 años, todavía no debutó en la actuación pero, tal como se presenta la vida en esta familia de actores, no sería nada raro que apareciera pronto en los créditos de una película.
Todo parece posible en este linaje de varones en el que hay realidad y ficción de sobra.
Kirk, que tiene 84 años y recibió un Oscar honorario por su trayectoria, y Michael, ganador de dos Oscar de la Academia, ya marcaron al cine con su hue- ¤ lla, aunque nunca habían trabajado juntos. Mucho menos con Cameron, el hijo de Michael, que se dio cuenta de que su camino estaba en la actuación hace apenas unos años.
Pero todo llega –dicen– y este apellido que provee al cine de hombres desde hace varias décadas se unió en Herencia de familia, dirigida por el australiano Fred Schepisi, que se estrenará aquí en los próximos días.
Como resultado, Kirk, Michael y Cameron Douglas –padre, hijo y nieto en la vida real– lo serán también en la pantalla grande, con el apellido Gromberg.
Son tres generaciones de Douglas, con un agregado –también Douglas– en esta historia de ficción tan real. Diana Douglas, madre de Michael y ex mujer de Kirk, vuelve a ser su mujer en la pantalla. Están divorciados hace 50 años, pero siempre fueron buenos amigos. Ella dijo:
–Kirk y yo actuamos juntos en A un paso de la muerte en 1955, pero esta vez fue más fácil trabajar con él. Estaba más abierto y asimiló mejor la dirección.
Con figuras tan fuertes sobre sus hombros, no es extraño que Cameron (de 24 años) se acercara tarde a los sets.
Dijo Kirk:
–Yo empecé desde la pobreza absoluta, no me quedaba otro camino que ir hacia arriba. Para Cameron es más difícil porque siempre tuvo dinero. Lo mismo le pasó a Michael, que también evitó actuar durante largo tiempo y fue a la Universidad de California.
Estudió teatro un año hasta que cayó en las redes de su padre y del cine, como Cameron.
La película cuenta sobre los Gromberg, una familia exitosa, pero sin comunicación, en la que padres e hijos viven vidas separadas, cada uno a su manera hasta que llega de una vez por todas el momento de reunirse: a celebrar, a reír, a pelear, a llorar y a preocuparse los unos por los otros.
Herencia de familia reflexiona sobre la relación padre-hijo. Contó Michael sobre el vínculo con su padre, a propósito de la película:
–Cuando mi padre comenzó su carrera, yo era un niño, y él hacía cuatro películas al año. Estaba sobrepasado por su carrera y su ambición. La línea del film en donde dice que soy mejor padre que él es una línea de nuestra vida real. Sin embargo, no lo culpo por falta de atención. Yo tengo más tiempo para dedicarle a mi paternidad. El hizo 86 films, yo apenas 30.
El personaje de Michael es Alex Gromberg, un hombre que debe pilotear sus roles de padre, hijo y esposo. Vive la crisis de los cincuenta; es hijo de un hombre exigente, padre de dos hijos muy distintos y con un matrimonio que flaquea.
Kirk dijo que en la vida real se lleva mucho mejor con Michael que en la ficción, pero a pesar de todas las aclaraciones va a ser difícil que el –¿confundido?– espectador no busque pistas en la película sobre la relación de esta notable familia de actores. Porque la realidad y la ficción están en el límite, juegan a las escondidas.
Durante más de veinte años Kirk y Michael buscaron un proyecto en el que pudieran trabajar juntos. Pero no se daba. Mientras tanto, ellos seguían con ganas.
Pasó el tiempo y pasó el atentado en Nueva York del 11 de septiembre de 2001, icono de un antes y un después para los norteamericanos. Recordó Michael:
–Los hechos que ocurrieron hicieron que en la familia nos sintiéramos más cerca. Nos dimos cuenta de lo importante que era cada día.
Inmediatamente decidió que si él y Kirk tenían que hacer un film juntos, el momento había llegado. Ya estaban trabajando en el guión cuando Kirk, luego de un accidente en helicóptero, sufrió un ataque que lo dejó con dificultades en el habla, pero intacto su sentido del humor. Contó:
–Yo estaba deprimido y Michael me dijo: "Papá, no te preocupes. Trabajarás con un terapeuta familiar en foniatría y entonces haremos la película". Y yo le dije: "Michael, ¿por qué no trabajas tú con un foniatra y cuando hables como yo hacemos la película?"
Un personaje así no parece tener diferencias con el Mitchell Gromberg que es descripto en el guión de la película: patriarca, socio jubilado de uno de los estudios jurídicos líderes de Nueva York que encuentra difícil aceptar su condición de mortal. Finalmente, el autor del guión, Jesse Wigutow, adaptó el papel a la medida de Douglas e hizo un Mitchell sobreviviente de un ataque.
Esta familia de hombres fuertes podría haberse llevado pésimo, al menos en el cine. La misma película trata sobre lo complicadas que pueden ser las familias. Pero resultó que no, que se llevaron bien.
"Esta es una de las familias más reverenciadas de la industria del cine –dijo Schepisi, el director–. Y, además, yo sabía que podía usar cualquier conflicto en mi propio beneficio –agregó con una carcajada.