No importa la edad del aprendiz ni la materia elegida, los expertos afirman que incorporar conocimientos impacta física y emocionalmente
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Fiona está aprendiendo japonés. Para ello, usa una aplicación unos 20 minutos cada día. ”Es difícil… pero satisfactorio”, le dice a la BBC. “Estuve practicando japonés en los últimos cinco días y al principio aprendés por repetición. Es interesante y divertido, y me ayuda a romper con la rutina”.
Aprender algo nuevo puede ser muy beneficioso, tanto para tu estado emocional como para tu estado físico y mental. ”Cuando estás estresado, es posible que adentrarte en una nueva actividad sea lo último que te interese hacer. Pero varios estudios sugieren que puede ayudar a reducir tus niveles de estrés”, explica el doctor Michael Mosley en su programa de BBC Radio 4 Just One Thing.
“De hecho, en un estudio en el que se pidió a varios participantes que aprendieran algo nuevo y a otros que hicieran algo relajante, fueron los del primer grupo quienes experimentaron una mayor reducción en sus niveles de estrés”, explica el médico y periodista.
El estado de “flujo cerebral”
Según Mosley, hacer una tarea que te obliga a concentrarte en el momento presente puede tener beneficios similares a practicar mindfulness (atención plena).
“Nuestro sistema nervioso solo es capaz de procesar una cantidad limitada de información a la vez. Cuando estás completamente absorbido en algo, ponés en pausa el mundo exterior. A eso se le llama flow (flujo, en español)”.
El estado de flujo cerebral -la sensación de fluir- fue identificado por primera vez por el psicólogo húngaro-estadounidense Mihaly Csikszentmihalyi en 1988. Es una fase entre la acción y la conciencia en la que aumenta nuestro rendimiento y aparece la creatividad.
“Los efectos del flujo cerebral son similares a la meditación: calma la reacción de lucha o huida (una respuesta fisiológica ante la percepción de daño o amenaza) que mantiene nuestro cuerpo en un constante estado de estrés”, dice Mosley.
“Y, por si esto fuera poco, cuando practicás un pasatiempo del que disfrutás, tu cerebro desprende un químico llamado dopamina, nuestro antidepresivo natural”, añade el médico.
“Pero no se trata solo de cuidar tu salud mental. Aprender algo nuevo puede cambiar cómo pensás y cómo te sentís. Y es un ejercicio excelente para tu cerebro porque forja nuevos patrones neuronales que ayudan a desarrollar nuevas conexiones, aumentando tu capacidad cerebral”.
Las ventajas de aprender un idioma
Aprender cualquier nueva actividad, ya sea pintar, cocinar o hacer surf, puede mejorar el funcionamiento de tu cerebro. Y de todas las actividades nuevas que podés desarrollar, destaca una: aprender un nuevo idioma. ”Aprender un idioma activa una extensa red neuronal”, explica Mosley.
“Navegar entre diferentes sonidos, palabras, conceptos y normas sociales y gramaticales aumenta el flujo sanguíneo y las conexiones por todo el cerebro. Hay estudios que demuestran que, de hecho, cambia tu cerebro, incrementando el número de células nerviosas y las conexiones entre ellas”.
El doctor dice puede incluso aumentar tu inteligencia, pero solo si al menos practicás el aprendizaje de ese nuevo idioma durante al menos cinco horas a la semana.
Físico, mental y social
Alan Gow es profesor de psicología en la Universidad Heriot-Watt, en Edimburgo (Escocia). Estudia el impacto que puede tener en nuestro cerebro aprender nuevas destrezas. ”Lo que estuvimos haciendo en los últimos años es pedirle a varias personas que desarrollen una nueva actividad -como aprender un idioma, anotarse en un curso de informática o hacer algo más creativo o artístico- tras haber pasado una serie de test psicológicos y cognitivos”, dice el profesor.
“La nueva actividad debe ser algo que nunca hayan hecho antes, y la desarrollarán durante tres meses antes de repetir los tests”. Y la conclusión de su análisis, dice Gow, es que “nuestro cerebro se vuelve más activo cuando probamos un nuevo desafío”.
“Lo que exploramos aquí es la idea de cómo la combinación de lo social, lo físico y lo mental puede ser beneficiosa para nuestra capacidad de pensamiento”.
“Nunca es demasiado tarde”
Gow dice que aprender nuevas destrezas puede ayudar a regenerar las células cerebrales a cualquier edad. ”Nunca es demasiado tarde”, explica el psicólogo. “Y cuanto más tiempo lo hagas, mayores serán los beneficios”.
“De hecho, hay estudios que dicen que las capacidades cerebrales más afectadas por la edad -como la velocidad de pensamiento- son probablemente las que más se benefician” de aprender una nueva destreza.
En cuanto a la memoria, Gow señala que hay muchos aspectos diferentes. ”A medida que envejecemos, encontramos más difícil retener nuevos recuerdos (la memoria a corto plazo) y también transferirlos a la memoria largo plazo. La mayoría de las personas también experimentan un declive en las habilidades de pensamiento con la edad”, añade el especialista.
Todas esas capacidades mentales pueden mejorar cuando aprendemos una nueva destreza durante un tiempo sostenido. ”Ahora vivimos más años, y tenemos una oportunidad fantástica de aprovechar ese tiempo con actividades positivas, motivadoras, estimulantes e interesantes; de aprender cosas que nunca hemos hecho antes”.
“No solo por el mero placer de hacerlas, sino también por la posibilidad de que nos aporten beneficios durante esos años, y vivir vidas más longevas y saludables”, concluyó.
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