Los beneficios de viajar low cost
Toulouse.-Una azafata avisa por altoparlante que el vuelo EasyJet 4028 que sale hacia París está por embarcar. El ingreso de quienes compraron la opción "Speedy boarding" se hará por la izquierda. El resto, que no pagó 10 euros adicionales para evitar filas más largas, irá por la derecha. Compré alguna vez esa opción hasta que me di cuenta de que era ridículo: en vuelos cortos y con aviones chicos, el embarque se hace rápido porque el sistema está aceitado. Las compañías low cost agilizan el ingreso y egreso de pasajeros. Les conviene por cuestiones de rentabilidad. Además, hacerse el vivo e intentar meterse en la fila que no corresponde pasó de moda.
Después de algunos años viajando por Europa en compañías como ésta, todos entendimos que la organización funciona mejor si nos comportamos como ganado de ovejas y respetamos con naturalidad lo que nos dicen. La única pérdida de tiempo es con quienes se resisten a la obligación de "un solo equipaje de mano" o no quieren entender que las dimensiones máximas son estrictas: 56 x 45 x 25. En particular las mujeres. Solemos pensar que las carteras no cuentan como bulto. El aprendizaje se hace a la fuerza. Que te pidan que te alejes a un costado y comprimas las cosas para que un bolso entre dentro del otro no es grave. Lo insoportable es asumir el amateurismo que evidencian esos cachetes acalorados ante la mirada del resto de la fila.
En Europa las low cost no paran de crecer y siguen picoteando partes del mercado. Representaban 20% del tráfico aéreo en 2005, 35% en 2010 y este año llegaron al 41 por ciento. Se convirtieron incluso en las compañías más grandes del mundo. La lista es liderada por Ryanair, que transporta 101 millones de pasajeros por año, seguida por EasyJet (63 millones). Recién después vienen Emirates (51 millones), Lufthansa (47 millones), British Airways (37 millones) y Air France (32 millones).
Están a un paso de conquistar también los vuelos transatlánticos, último bastión de las compañías tradicionales que hacen en este segmento sus márgenes de ganancia más importantes.
Leo que estas compañías tienen planeado llegar a la Argentina y me parece una gran noticia. Los precios hoy en día para viajar por el país son vergonzosamente prohibitivos. Eso sí: la implantación de las low cost conllevó cambios de costumbres para los pasajeros. Aprendimos a ser más autónomos: dentro de la aeronave, cada cual acomoda de manera robótica su valija y su cuerpo en los espacios correspondientes. Asumimos que una bebida a bordo o despachar equipaje son servicios adicionales por los que hay que pagar.
Diez euros adicionales (ida y vuelta) para poder elegir un asiento adelante y del lado pasillo vale la pena. Si no, el sistema te ubica aleatoriamente en un lugar. Quedar comprimida en un "29 A", al fondo y pegada contra la pared, es una pesadilla. Y, sobre todo, entendimos que, a mayor organización, mejores precios. La anticipación se premia.