Como no suelo arrepentirme de las cosas que he hecho, no tengo la costumbre de hacer balances. Tampoco proyecto a muy largo plazo. Me gusta vivir el presente, y es algo que me costó años de terapia. Me psicoanalizo desde los 12, y recién ahora puedo decir que aprendí a disfrutar el día a día, por eso los 40 me encuentran plena y en un gran momento interior", revela Nicole Neumann desde Miami, adonde viajó junto con sus tres hijas –Indiana (12), Allegra (9) y Sienna (6)–, fruto de su relación con Fabián Cubero. "Amo el mar: me renueva, me da calma y, a la vez, fuerza y energía. ¡Y lo necesitaba! Fue un año duro para todos, y particularmente para nosotras, que estuvimos encerradas veinte días en casa enfermas de Covid. Queríamos cambiar un poco el aire", cuenta la top, que cumplió años el 31 de octubre, y recalca –sobre todo para quienes la criticaron por haber viajado– que no hizo "nada fuera de lo permitido", y que tomó sus recaudos "al igual que en Buenos Aires. Siempre fui un poco hipocondríaca y soy obsesiva con los cuidados", desliza la conductora de Nicole al mediodía (Kzo) y panelista de Nosotros a la mañana (El Trece).
–¿Qué fue lo más duro que te tocó vivir con la pandemia?
–Antes de que comenzara la cuarentena obligatoria fui blanco de burlas por ser la primera en salir a la calle con tapaboca y máscara. Me tildaron de exagerada, pero este virus no discrimina edad, nacionalidad, ni situación económica… y me tocó.
–¿Tuviste miedo cuando te enteraste?
–¡Me agarró pánico! Jamás me hubiera imaginado que me iba a contagiar, porque tomaba todas las precauciones. Cuando la empleada de casa me dijo que se había quedado sin olfato, se me heló la sangre. Con los días me fui tranquilizando porque, gracias a Dios, tanto yo como las chicas tuvimos síntomas leves.
–¿Qué enseñanzas sentís que te dejó el confinamiento?
–Que si no empezamos a convivir en armonía con el planeta y con los otros animales que lo habitan, lo vamos a terminar destruyendo. La naturaleza se está defendiendo y no es casualidad que la mayoría de las pandemias sean de origen zoonótico, pasando de los animales a los seres humanos. Mi prédica del veganismo no es un capricho: tiene un fin tan profundo como salvar el planeta. Hace veinte años comía carne y me encantaba, pero un día vi a una oveja en el campo buscando desesperadamente a su cordero, que habían carneado para un asado, y decidí dejarla de por vida. Igual, más allá de mis sentimientos por los animales, la ganadería con el gas metano son uno de los principales factores que están generando el cambio climático. Espero que la gente tome conciencia y mejoremos el mundo que les dejamos a las próximas generaciones.
"CON MIS HIJAS TRABAJO EL DIÁLOGO Y EL CARIÑO QUE ME FALTARON EN MI INFANCIA"
–¿Sos una madre amiga?
–Soy amiga, pero también pongo límites. Las crié en la libertad de la naturaleza para hacerse de anticuerpos, pero al mismo tiempo soy sobreprotectora. Cuando estamos en lugares públicos estoy atenta a que no se separen de mí. En eso soy una leona. También trabajo varias cosas que me faltaron en mi infancia: como el diálogo y el cariño. Mi familia alemana era muy fría, pero yo a ellas las vivo abrazando y besuqueando, y aprovecho los viajes en auto o cuando nos sentamos en la mesa para charlar y que sepan que pueden confiar en mí.
–¿Fue difícil consensuar con Fabián ([Cubero] para este viaje?
–Sí, un poco. Pero lo importante es que pudimos disfrutarlo. Creo que se lo merecían y no es justo que los chicos sufran por cuestiones no resueltas entre adultos. Pero no todos tienen las mismas prioridades o la misma capacidad de trascender los obstáculos en la vida y pasar al siguiente capítulo.
–¿Qué maduraste en estos tres años que llevan separados?
–Yo lo maduré todo el año previo a la separación. Lo más doloroso fue comunicárselo a mis hijas, pero con terapia fui llegando a la conclusión de que verme infeliz no era una buena enseñanza. Eso me ayudó a dar el paso, y la idea era que todos pudiéramos ser felices detrás de ese paso, pero cada uno tiene distintos tiempos de procesar los duelos. A mí los golpes de la vida me hicieron una mujer resiliente y me enseñaron a salir de los pozos y renovar mis sueños. Afronté el abandono de mi papá –que conocí recién a los 18 años–, transité una difícil relación con mi madre y empecé a trabajar a los 12 años. Creo que entre tantas horas de terapia y los cientos de libros de autoayuda que leí ¡podría recibirme de psicóloga!
–¿Qué estás leyendo?
–Acabo de terminar de leer Vivir se escribe en presente, de Alejandro Roemmers. Y ahora estoy con uno en inglés que se llama Think like a monk (Piensa como un monje), de Jay Shetty, que aplica la filosofía budista a la vida cotidiana.
–A la edad de Indiana (12) te convertiste en la Lolita argentina, ¿la dejarías seguir tus pasos?
–¡Ay, no, no, no! Ni loca. Quiero que viva cada etapa a su debido tiempo. Como mamá las veo muy chiquitas. Hoy en día con la exposición que hay a través de las redes sociales los chicos están más desprotegidos y puede ser muy peligroso. Igual ellas no están en la sintonía de otros de su edad, que por ahí buscan lookearse para hacer un video en Tik Tok y parecen de 15. A mis hijas las crié de un modo muy naif y su mejor plan de fin de semana es ir a la chacra a juntar huevos y levantarse temprano para darles de comer a los animales.
–¿Te arrepentís de haber arrancado a trabajar tan chica?
–No, porque era lo que quería hacer en ese momento. Además, me ayudó un montón, porque yo era muy introvertida e insegura, y el trabajo me dio seguridad. Creo que todo en el universo se va acomodando, porque necesité independizarme a los 18 años por temas familiares, y lo pude hacer gracias a mi trabajo. Igualmente era otro momento: todo estaba más controlado y cuidado.
–Sin embargo, contaste que sufriste situaciones de acoso.
–Sí, viví varias situaciones de acoso y me las acuerdo perfectamente, pero nunca llegaron a nada carnal. Mamá me acompañaba a todos lados y salió en más de una oportunidad a poner frenos. En ese momento al no haber celular ni redes, los acosadores no tenían otra forma de acceder que a través de un mensaje en el contestador del teléfono de línea, o aparecerse en casa, pero estaban expuestos a mi mamá, que siempre me cuidó.
–Durante un tiempo estuvieron peleadas [Denise Dumas aseguró que fue por una estafa de dinero, aunque Claudia –la madre de Nicole–, inmediatamente salió a desmentirlo], y también te distanciaste de tu hermana Geraldine. ¿Están saldadas las cuentas con tu familia?
–Sí, hace años. Las razones son muy íntimas y no me interesa ventilarlas, pero te puedo decir que con el nacimiento de mis hijas se fueron solucionando los conflictos familiares. Hoy somos pegoteadas y pasamos Navidades y Pascuas juntos. No tiene sentido quedarse estancado en el rencor, la bronca o la frustración. Creo que son cuestiones emocionales que enferman el cuerpo y la mente. Ni siquiera le pasé factura a mi papá, cuando lo conocí a los 18 años. Lo recibí con los brazos abiertos, pensando en construir para adelante.
–¿El abandono de tu padre te marcó en la crianza de tus hijas?
–No en eso, pero sí en las elecciones de mis parejas. Hice un cambio muy grande después de conocerlo: antes buscaba personas más inestables y conflictivas, y cuando nos conocimos, sané heridas y logré elegir otro tipo de hombres para mi vida.
Predicar el veganismo no es un capricho: quiero salvar el planeta. Hace veinte años comía carne y me encantaba
"ME HUBIERA GUSTADO TENER UNA FAMILIA UNIDA PARA TODA LA VIDA"
–¿Cómo dirías que te fue en el amor?
–Me fue muy bien. Tuve una pareja once años, y fueron tiempos muy felices en los que no hubo peleas. Lamentablemente el amor de pareja se terminó. Si hubiera podido elegir apretando un botón, me hubiera gustado tener una familia unida para toda la vida, pero uno no elige esas cosas. Soy una mujer pasional e impulsiva. Jamás podría traicionar mis sentimientos y mantener una relación por el miedo al qué dirán o a los mandatos. No soy conformista. En el amor soy apasionada, me gusta sentir la adrenalina a tope.
SU CORAZÓN ¿TIENE DUEÑO?
"En lo que va del año ya me inventaron varios romances", aclara Nicole, que hace dos años decidió "no hablar más" de su vida privada sentimental. Su viaje a Miami fue el puntapié para una serie de rumores amorosos: la vincularon sentimentalmente con Julio Iglesias Jr., con el que se cruzó en Estados Unidos en el restaurante Negroni. Luego se dijo que estaría saliendo con Gastón Marquevich, un empresario agroindustrial argentino que tiene campos en la Florida, al que conoció en una fiesta la noche de Halloween en el Hotel Faena de Miami Beach. De él era el barco en el que salió a navegar –el domingo 1 de noviembre– con el relacionista público Gaby Álvarez (que está viviendo en Miami hace casi un año). Pero lo cierto es que Marquevich no participó de la travesía. También se la relacionó con Luciano Vitori (34), gerente de una marca de limpieza y desinfección en Argentina (ex novio de Barbie Vélez). El tercero de los "candidatos" es con quien realmente está saliendo. "No es nada formal", contaron desde su círculo íntimo, y la misma Nicole optó por no aclarar ni desmentir la relación.
–¿Qué tiene que tener un hombre para conquistarte?
–Tiene que ser un hombre muy fuerte, plantado y seguro, porque yo tengo mucha energía masculina en mí y necesito alguien que pueda sobrepasarla. La inseguridad del hombre me desenamora.
–Ya estuviste casada en dos oportunidades (en 2005 se casó con Nacho Herrera, y se divorció al año siguiente, cuando lo conoció a Fabián Cubero). ¿Volverías a pasar por el Registro Civil?
–Nunca fui Susanita ni soñé con casarme, pero sí con formar una familia y tener hijos. El deseo del matrimonio siempre fue más de mis parejas. Si el día de mañana la persona que me acompaña me lo propone, tal vez le digo que sí… Quizás la tercera sea la vencida.
–¿Desearías volver a ser madre?
–En ese sentido me siento más que completa. Soy muy feliz junto a mis hijas, y en principio no está en los planes.
"NO COMPITO MÁS QUE CONMIGO MISMA"
–Hoy, ¿por dónde pasan tus planes?
–No soy de planificar mucho, pero obviamente quiero seguir creciendo en la tele y en la conducción.
–Hablemos de tu histórica rivalidad con Pampita…
–Pampita no es mi enemiga, y yo no compito con nadie más que conmigo misma. Cuando vino como invitada a Tardes nuestras, mi programa por KZO, la recibí bárbaro, la traté maravillosamente y no la incomodé con ninguna pregunta. Mi postura siempre fue clara.
–Pero no dijiste lo mismo después de ir a su programa.
–No, porque su postura fue otra. Pero es algo de ella, no mío. Bastante tengo que lidiar con mis temas como para hacerme cargo de lo que le pasa al otro a esta altura de mi vida…
-¿Cómo te llevás con el paso del tiempo?
–Muy bien, porque me ocupo y eso hace que no me preocupe. Me siento mejor que nunca.
–¿Cómo te cuidás?
–No soy obsesiva, pero entreno tres veces por semana: hago baile y yoga, me hacen bien a nivel físico y mental. También medito y como sano para nutrir mi cuerpo. Desde que me volví vegana me cambió la piel y el pelo, además de repercutir energéticamente en mi interior, porque dejé de comer sufrimiento y matanza.
–¿Cómo te llevás con las cirugías y los procedimientos no invasivos?
–Me operé las lolas, pero me daría miedo operarme la cara. Sólo me animo a la mesoterapia y al tratamiento con plasma rico en plaquetas.
–¿En qué momento te encuentra este cambio de década?
–Me siento en armonía y en paz, más allá de que tengo un montón de frentes externos que buscan desestabilizarme.
Maquillaje: Faby Rojas (@fabyrojasok) Agradecemos al Hotel Faena, Chekka Buenos Aires, Piso Cuatro Nordelta, Sophie Store, Pascual BsAs, Maureene Dinar y Galilea Oficial
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