Una de las parejas más estilosas de su generación, el matrimonio aristocrático surca las calles de Mónaco a bordo de una tierna escudería de la Fiat.
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Además de compartir su pasión por el esquí y la náutica, Pierre Casiraghi (33) y Beatrice Borromeo (35) son verdaderos fanáticos de los autos de colección. Antes de la pandemia, bastaba con verlos llegar al Yacht Club de Mónaco a bordo de su Fiat 600 o comprobar la felicidad con que él corrió el Rally Histórico de Montecarlo con su cuñado, Carlo Borromeo, en un Autobianchi A112, modelo 1979, para dar cuenta de su fanatismo.
La pasión que el joven matrimonio tiene por los fierros es tal, que antes de casarse y convertirse en padres de Stéfano (4) y Francesco (3), el hijo de Carolina de Mónaco y la aristócrata italiana llegaron a obsequiarse mutuamente autos clásicos. En unas vacaciones en los Alpes suizos cuando aún eran novios, Beatrice sorprendió a Pierre con un Bentley de época. Unos meses después, él le devolvió el “gesto” con una pick-up Fiat 600, de los años 60, como regalo de boda.
Con la llegada de la nueva normalidad a de Europa, el matrimonio ahora puede volver a surcar las calles de Mónaco a bordo de alguna de las simpáticas máquinas en las que tantas veces pasearon su amor (y elegancia).
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