En el peor momento de su vida en el que tenía pocas fuerzas para seguir luchando, Ayelén recibió un gesto de amor que le dio más fuerzas y energía para afrontar la última parte del tratamiento.
- 6 minutos de lectura'
Hace 10 años Ayelén Mardones (31) conoció por Facebook a Emiliano Carrasco (30), un muchacho que era futbolista y que en ese momento formaba parte del plantel de Primera de Quilmes.
En aquel momento ella vivía en Mar del Plata y él en esa zona de la provincia de Buenos Aires por lo que los primeros contactos se dieron a través de esa red social. Sin embargo, cada vez que hablaban ella notaba que había algo especial en ese hombre que la había seducido desde el minuto uno. “Fue amor a primera vista, su dulzura y su humildad al 100 % fue lo que me conquistó”.
Un momento de profunda tristeza
No había pasado ni un mes de aquel primer flechazo en Facebook que Ayelén y Emiliano ya estaban viviendo juntos. Fruto de ese amor nacieron Mili (9) y Gio (7). “Así pasaron ocho hermosos años apoyándolo en su carrera. Pero cuando mi abuela se enfermó, decidí volver a Mar Del Plata ya que mi mamá estaba muy triste. Eso, en menos de dos meses, me partió el alma. Sabía que poco a poco ella se me iba, así que estuvimos apoyando y sosteniendo a mi familia. Yo me encargué de ella hasta el último suspiro y debido a eso empecé a sentir dolores que eran muy feos. Habían pasado varias semanas y yo sin ir al médico”.
Como Ayelén se sentía bastante mal Emiliano decidió posponer su carrera de futbolista para estar más cerca de su pareja y de sus hijos. Por esa razón los dos entendieron que debían quedarse a vivir en la ciudad feliz. “Tomamos la determinación de hacer una nueva vida, pero él estaba a la deriva ya que toda su vida había sido futbolista y no sabía hacer otra cosa. Sin embargo, a él no le importó porque primero siempre estaba la familia”.
“Ver a mi hija sufrir me partía aún más”
En el momento en que Ayelén ya se había recompuesto del duro golpe que había recibido una tarde, mientras se preparaba para ir al colegio, a Mili se le cayó el agua caliente de su tazón por lo que se quemó el abdomen, la vagina y su pierna izquierda. “Fueron casi tres meses horribles. Ver a mi hija sufrir con las curaciones médicas me partía aún más. Se recuperó en casa y de a poco volvió a ser la nena feliz que siempre había sido”, expresa su mamá.
“Tenés cáncer”
Mientras tanto, Ayelén venía retrasando la visita a su médico y lejos de cesar, sus dolores eran cada vez más fuertes. Un día, cuenta, se despertó a mitad de la noche y le dijo a Emiliano que la llevara a la guardia porque sentía que algo no estaba bien. “Me hicieron estudios durante los cinco días que estuve internada y yo no entendía nada. De repente, un médico se acercó a la habitación y me dijo: ` Tenés cáncer y está avanzado, en estadio 3`. “Tenía tomado de mi ombligo hasta el cuello, fue muy triste escuchar esas palabras y lo primero que pensé era que no iba a estar para los cumpleaños de mis hijos”, llora.
Para Ayelén, enterarse de esa noticia fue un antes y un después en su vida. Ese cimbronazo, cuenta, no solo cambió su manera de pensar y de ver la vida, sino que esas sensaciones se extendieron a toda su familia. Estaban todos devastados. Y no era para menos. “Era abrazarnos y llorar varias veces durante muchos minutos al día”, grafica.
Las consecuencias de las quimios
Sin embargo, más allá de la tristeza y de la desolación que sentía Ayelén ante esa inesperada noticia que la había sacudido por completo en menos de un mes, debía comenzar el tratamiento de quimioterapia para intentar salvar su vida. “En ese momento empezó mi calvario, en cada quimio me dejaban internada porque una de las drogas me provocaba fiebre, vómitos y temblores por lo que bajé 12 kilos. Era un esqueleto”.
“Lo deseaba con toda el alma”
Ayelén cuenta que cuando una mañana regresó a su casa tras recibir el tratamiento se sentía tan mal que hasta se había enojado con Dios. Y hasta le dijo a su pareja que se quería ir al cielo porque no podía aguantar más los dolores.
-Gorda: cuando te den el alta nos vamos a casar -le dijo Emiliano, mientras intentaba calmarla.
-Sí -atinó a contestarle Ayelén, entre lágrimas.
“Para mí, fue algo muy emocionante ya que hacía mucho que esperaba eso, lo deseaba con toda el alma. Además de ser el papá de mis hijos, fue el que me contuvo en mis peores momentos durante las internaciones. Siempre había estado firme a mi lado. El hombre que me amó aún más de lo que ya me amaba. Fueron momentos duros porque ni siquiera podía ir sola al baño”, se emociona.
“No me rendí, yo amo a mi familia”
Poco a poco Ayelén fue recuperando parte de los kilos que había perdido durante las sesiones de quimio y la noticia del casamiento le dio muchas más fuerzas para encarar con más ánimo y mejores expectativas la última parte del tratamiento.
Además del incondicional apoyo de Emiliano y de sus hijos y del profesionalismo de los médicos que la atendieron, Ayelén contó con la presencia de Quimio con estilo, grupo solidario y gratuito de contención para pacientes oncológicos, amigos y familiares, que la sostuvieron desde el inicio de su enfermedad. “Más allá de mi familia quería encontrar un lugar en el que me sintiera cómoda donde pudiera preguntar cosas referidas al cáncer. Enseguida me agregaron al grupo de WhatsApp y en ellas encontré el apoyo, la contención y el amor que necesitaba para afrontar lo que se venia. Agradezco de corazón todo el cariño y la ayuda que me brindaron”.
“No me rendí, yo amo mi vida, amo mi familia, le metí toda la onda hasta que llegó el día de mi cumple (27 de diciembre) y el mejor regalo fue que me dieron la remisión completa. Sentí una felicidad tremenda porque en ese momento estaba en plenos preparativos de mi vestido de casamiento”.
Cumplió el gran sueño de su vida
El 7 de enero de 2022 Ayelén y Emiliano se casaron por civil y al día siguiente realizaron una ceremonia religiosa, que encabezó el pastor de la iglesia de la que ambos son feligreses, y la fiesta.
“Muy emocionante porque estando en la ceremonia Emi me dijo unas palabras muy lindas de amor ante Dios para que nos diera su bendición. Lloré muchísimo porque pensaba que unos meses atrás el cáncer me iba consumiendo y ese día mi casamiento había sido muy emotivo”.
Ayelén cuenta que disfrutó mucho esa noche que tanto había soñado junto al amor de su vida y a sus tres hijos (también es madre de Zoe, fruto de una relación anterior). “Agradezco tanto esos momentos de felicidad por haber cumplido el sueño de casarme de blanco con el hombre indicado. Estoy feliz, sin dolores ni malos pensamientos”.
Más notas de Todo es historia
Más leídas de Lifestyle
Escalofriante. El sitio argentino que encabeza el ranking de los lugares más embrujados del mundo
No fallan. Los siete trucos de un neurólogo para fortalecer y cuidar la memoria
La última entrevista. Cuando Roberto Giordano habló sobre sus problemas de salud: “Ya tengo tres bypass”
“Era un viejito ciego y sordo”. Recibió un pedido de ayuda para un animal atrapado en una alcantarilla y estaba por darse por vencida hasta que escuchó un ladrido