Un jardín en barranca recorre las tres plantas de esta de una dueña que siempre apostó a la vida ecológica; La descubrimos por dentro y por fuera
Mientras repasábamos cuánto cambiaron las formas de vivir y construir en estos 20 años, un concepto caía de maduro: a nadie se le escapa la idea de tener una hogar con rasgos sustentables. Desde la simpleza de una huerta doméstica a la instalación de paneles solares, todos vamos por la senda ecológica. Como ejemplo, rescatamos la casa MeMo, una obra del Estudio BAM! de 200 metros cuadrados que casi no deja huella.
La casa está hecha a imagen y semejanza de Mercedes, la dueña de casa que siempre tuvo mente y espíritu ecológicos. Tiene un lombricario desde hace 25 años, y la mano de Midas versión verde: en sus huertas, los limones parecen pomelos; y las calabazas, de mentira. Los arquitectos Matías Mosquera y Gonzalo Bardach, la conocen de memoria: el primero es uno de sus cinco hijos; el segundo, una especie de sobrino de la vida. Por eso pudieron plasmar su esencia.
La reacción que yo veo con mi casa, es que mis amigos tal vez hacen algún cumplido, pero son los jóvenes los que se interesan y eso me entusiasma
Sustentable y natural
Abajo, el living-comedor con cocina y un cuarto-oficina; arriba, la habitación principal y dos cuartos en suite donde recibir a sus hijos (especialmente a los que viven en el exterior); al fondo, pileta y huerta. Uniéndolo todo, un jardín-tobogán que recorre y conecta, ininterrumpido y escenográfico, las dos plantas para terminar en una terraza con vista abierta. El resultado es una vivienda única, con inteligencia autosustentable y con la naturaleza creciendo en cada ángulo.
Con una increíble vista verde hacia el jardín interno, el living se presta a la contemplación. En él, Mercedes colocó un sillón que trajo de su casa anterior, al cual retapizó y combinó con una sencilla mesa baja de madera y dos pufs tejidos de algodón sobre patas de madera de petiribí (Las Marinas).
Recorrido en imágenes
"El mayor desafío de las casas entre medianeras es la luz: con un patio interno, se iluminó el living, y el recorrido curvado del jardín además conecta las tres plantas y agranda los espacios", explica el arq. Gonzalo Bardach.
Llegando al comedor integrado, Mercedes se detiene frente a la mesa para recordar que mucho de su vida familiar con cinco hijos pasó alrededor de ella. Por eso, no pudo dejarla atrás. Por el contrario, se readaptó para la nueva casa. Sin barniz ni pulido, al natural y sin borrar el recuerdo de sus marcas. Luego, se combinó con sillas de petiribí ‘Matilde’ (Las Marinas).
Poner muros vidriados, vistas verdes cruzadas y pensar la relación con el entorno también es una forma de economizar: se puede construir menos metros, pero que se sientan inmensos.
En este espacio en el que la comba es vertiginosa y hace el recorrido más dinámico, Mercedes cocina mucho y para muchos. Por eso, se priorizó la amplitud de la mesada de trabajo, ubicada en el centro de la escena. El mueble de guardado, por el contrario, es largo y poco profundo -como una góndola de supermercado-, un diseño a medida que libera espacio para circular y que permite que nada quede guardado "al fondo". ¿De qué está hecho? Fue realizado con placas de melamina texturada (Egger).
El paraíso en casa
Una de las pocas consignas que impuso Mercedes para su jardín fue no tener que cortar el pasto. El Estudio Bulla, a cargo del diseño de paisaje, sugirió ubicar una parcela de plantas nativas en el centro, junto a la pileta. Gabriel Burgueño asesoró de cerca la elección de especies, y Mercedes se ocupó de recolectarlas en el campo, o bien multiplicarlas de gajo.
La huerta empieza desde el lateral de la pileta, donde se plantan especies trepadoras, como tomates y arvejas. Al fondo, el resto de la plantación, donde la mezcla de compost y humus de lombriz propios, sumada a la mano verde de la dueña, dan hortalizas XL.
"Todo el paisajismo de la casa se hizo con plantas de la zona: usar especies exóticas no es sustentable desde el punto de vista del riego, la energía, la salud de las plantas, ni la de Mercedes, que es la que pone el esfuerzo."
Con sencilla elegancia, bastó una cama con acolchado y almohadones en tonos claros, mesas de luz ‘Matilde’ de petiribí y arpillera laqueada (Las Marinas), lámpara blanca y un etéreo cortinado para darle forma al cuarto. Cálido y de bajo mantenimiento, el piso es de porcelanato símil madera. La pared que da al frente se revistió con madera de kiri, y se remató con un paño fijo angosto que deja hacia afuera.
Tips de una casa ecológica
Cada vez más alineados con el objetivo de reducir el impacto ambiental, cambiamos nuestras costumbres para habitar hogares sustentables y eficientes.
- Disposición. Cuando es posible, los ambientes se proyectan teniendo en cuenta el recorrido del sol. Así la luz natural entra a toda hora y recién se enciende la luz cuando cae el sol.
- Huerta en casa. Vegetales y hierbas frescas de estación recién cortadas, directo del jardín a la mesa y libre de agrotóxicos. Hay que estar dispuestos al trabajo diario pero para quienes tienen mano verde, será un placer. Es clave la rotación de cultivos y la siembra planificadas.
- Alto rendimiento. El hormigón tiene múltiples ventajas: es accesible, de fácil mantenimiento, durable y no es necesario pintarlo. En la casa MeMo, proyectada por el estudio BAM los muros tienen poliestireno expandido de 6cm para un máximo confort térmico.
- Aberturas. Ahora que nos interesa que las fronteras entre exterior / interior sean invisibles, los muros de vidrio son perfectos. Además, no hay riesgo de que los ambientes sean fríos: los vidrios dobles y herméticos son aislantes y permiten ahorrar energía.
- Que llueva. El agua de lluvia se recolecta en tanques es la mejor para regar las plantas.
- Autóctonas. En su ecosistema natural las plantas nativas muestran su esplendor. Crecen solas, casi sin necesidad de mantenimiento y sin uso de pesticidas. Además, atraen insectos benéficos, mariposas y pájaros que polinizan el jardín. Ciclo perfecto.
- Buena energía. Tres paneles solares son la principal fuente de energía y calefacción de la casa, que no tiene conexión de gas. El faltante (si hubiera), se toma de la red eléctrica.
- Piso verde. Además de ofrecer la inigualable sensación de caminar sobre el césped, con los techos verdes reponemos algo de la superficie verde que le quitamos a la naturaleza. Además, mantienen los ambientes frescos y evitan las filtraciones.
- La mejor vista. Un jardín-tobogán con plantas nativas recorre y conecta, ininterrumpido y escenográfico, las dos plantas para terminar en una terraza con vista abierta. Derribado el mito de que las casas ecológicas no pueden ser bellas.
- Ventilación cruzada. La disposición de las aberturas favorece la circulación del aire y mantiene la casa que ya es fresca gracias a los techos verdes y los espacios con plantas.
- Muebles. De materiales nobles como el kiri, denominado como "el aluminio" de las maderas: liviano, durable y no precisa barnizado. También reutilizaron maderas aberturas, mobiliario y revestimientos.
- Inodoros. Tienen doble descarga para hacer un uso responsable del agua.
- Residuos clasificados. Por un lado, la basura orgánica que alimentan la compostera y a parte los reciclables (vidrio, metal, cartón, vidrio y plástico siempre secos).
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