Cuando a mediados de los 60 Jorge Claudio Morhain se lo empezó a cruzar a Héctor Germán Oesterheld en la editorial de José Alegre Asmar, se preguntó qué hacía ahí, entre ellos, un genio al que todos los guionistas jóvenes admiraban. Eran tiempos en los que la industria de la historieta argentina empezaba a flaquear y el propio Oesterheld había tenido que cerrar su sello Frontera –un poco por la crisis, y otro mucho por su propio desmanejo del negocio- y ahora compartía espacio como uno más. En ese entonces Morhain tenía unos veintipocos y no tenía idea de que unos años después continuaría con algunos trabajos del "Viejo", como en Latinoamérica y el imperialismo, 450 años de guerra, la historieta que se publicó en El Descamisado entre 1973 y 1974. O que Héctor le pediría su colección personal de Hora Cero para reeditar El Eternauta en Récord. Y mucho menos que a principios de la década del 90, con Héctor y sus cuatro hijas desaparecidos, un ensayo suyo se convertiría en origen y fuente de una idea muchas veces repetidas: que la obra cumbre de Oesterheld se anticipó a su propia historia y a la del país.
Ahora publicado en la colección Los libros del rebrote –ideada por el recientemente fallecido Ricardo Felipe Ávila y coordinada por su hijo y otros compañeros- el ensayo La argentina premonitoria en El Eternauta tiene un origen en los márgenes, como mucha de la historieta local, y un extraño derrotero que recién hoy se materializa en papel. Lo cuenta el propio Morhain: "En 1992, cursé el Master en Cultura Argentina en el Instituto Nacional de la Administración Pública. Una de las materias era Literatura Argentina. A la que, desde luego, le faltaba toda referencia a la Historieta. Así que le planteé a María Rosa Lojo, la profesora de Literatura, la posibilidad de basar mi Monografía Final sobre una historieta. De basar mi ensayo en un estudio de la mejor historieta argentina de todos los tiempos: El Eternauta. Terminé mi análisis de la obra, que me llevó tres meses, el 25 de diciembre de 1992. Navidad. Aún en Navidad, decidí llamar a María Rosa. No eran las diez páginas pedidas por el INAP. Era por lo menos el triple. La profesora Lojo aclaró que no era ella quien fijara el número de páginas. El plazo de entrega era el último día del año. El 29 de diciembre entregué La Argentina Premonitoria en el INAP. Obtuve un diez".
En aquella época de diskettes, el ensayo empezó a circular entre colegas y fanáticos de la historieta hasta que se publicó en la revista Axxon, en 1997. Para esta versión final y revisada, Morhain conserva la estructura original: un interesante y exhaustivo repaso de la historia de la historieta argentina con citas y ejemplos, con el foco puesto en la vida y obra de Oesterheld. En este sentido, presenta al detalle los diferentes Eternautas que se publicaron –desde el que nació en entregas en Hora Cero, pasando por el fallido de Revista Gente hasta la versión novelada- para concentrarse, finalmente, en su hipótesis: "Como obra de función profundamente emotiva, El Eternauta encierra (o libera), muestra (o propone) una premonición", escribe. Es decir: esa historia que empieza con un grupo de amigos en una casa de Beccar al que una invasión extraterrestre los obliga a convertirse en líderes de una resistencia, anticipa lo que el país viviría luego durante la dictadura militar.
Para este planteo, Morhain se basa en conceptos y citas del crítico Jorge B. Rivera, de Umberto Eco, de Juan Sasturain y hasta de Georg Lucaks, entre otros. En el análisis, su idea no se basa en algo sobrenatural -no es que Oesterheld tuviera poderes adivinatorios- sino en la potencia de determinadas obras –y autores- para leer la realidad y conectarse con el llamado inconsciente colectivo. En palabras del filósofo húngaro, de su libro Narrar o describir, citado en el texto y que parece hablar directamente de El Eternauta: "Las aventuras más extraordinarias aparecen vacías y privadas de contenido si no revelan rasgos humanos esenciales, si no expresan las cambiantes relaciones entre los hombres y los hechos del mundo exterior (...) Los clásicos modernos se leen, en parte, por sentido del deber, y en parte por un interés hacia el contenido en cuanto refleja los problemas de nuestro tiempo".
Si bien la factura del libro de Morhain –que incluye fotos, documentos, datos biográficos de los autores citados y un apéndice autobiográfico en color- por momentos es un poco caótica y dificulta la lectura, sin duda es un texto era necesario. No solo para los amantes de la obra de Oesterheld, sino para todo aquel que quiera entender por qué El Eternauta es un clásico de la literatura universal y quizá uno de los mejores libros de la literatura argentina.
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