Liberi, Femway, Tu Conito: crecen las alternativas para que las mujeres orinen de pie
En Rosario presentaron un dispositivo tan conveniente como polémico: permite a las mujeres orinar de pie. En el mercado mundial existen conos, cucuruchos y embudos para que ellas hagan pis sin sentarse desde, al menos, la década de 1980. En nuestro país ya había dispositivos reutilizables de silicona (importados) y descartables de cartón (de marca nacional). Lo novedoso es que una empresa rosarina presentó un modelo hecho en plástico, con forma de canaleta, que puede usarse infinidad de veces.
Rubén Capuano, de 58 años, es el dueño de Cafar, donde genera productos de plástico. Entre ellos, dos pensados para la mujer: una copa menstrual y un orinal femenino, comercializados bajo la marca Liberi (se escribe sin tilde, aunque en la fábrica dicen Líberi).
¿Cómo se usa?
El orinal plástico se coloca entre las piernas, que deben cerrarse para mantener el aparato en posición horizontal, apuntando hacia adelante, sin inclinaciones. Logrado esto, solo se trata de relajarse y orinar. Para evitar derrames, lo importante es mantener las piernas juntas y la postura erguida. Para retirarlo, hay que inclinar la punta más angosta hacia abajo. Luego se sacude, se enjuaga, se seca con papel y listo.
Según el fabricante, la principal motivación a la hora de encarar este proyecto fue "resolver un problema" a las mujeres que sufren incomodidad al orinar en baños públicos sucios (en la escuela, en la facultad, en un bar, en un boliche) o en un entorno natural (viaje, campamento, actividades deportivas, etc).
Otras usuarias potenciales son mujeres que tienen dificultades para ponerse y mantenerse en cuclillas a fin de orinar sin tocar la taza del inodoro. También hay clientes varones que lo compran para sus hijas.
Capuano se entusiasma con la posibilidad de que Liberi sea adoptado por fuerzas armadas y de seguridad, ya que el personal femenino podría desvestirse menos que al orinar en forma tradicional. Actualmente, una mujer policía prácticamente tiene que desarmarse para hacer pis.
Cómo nació
La impulsora del orinal fue la hija de Rubén, Lucía Capuano, de 25 años, y enseguida se sumó su hermano Gabriel, de 28. Ambos son ingenieros industriales e hicieron el diseño inicial, al que se sumaron seis mujeres de la familia (de distintas edades y contexturas físicas) que hicieron el testeo y le dieron el visto bueno.
Tras 16 meses de trabajo y una inversión de un millón y medio de pesos, los Capuano lanzaron al mercado el orinal Liberi en noviembre de 2017. Hasta ahora llevan vendidas 6800 unidades. El precio al público es de 300 pesos. La comercialización se hace a través de ocho farmacias de Rosario, MercadoLibre y otras plataformas digitales. La gran apuesta es entrar en cadenas de farmacias y supermercados de alcance nacional.
En el aspecto técnico, Rubén Capuano precisa que el dispositivo está fabricado en un polímero semi rígido (lo que en la industria se llama plástico amorfo) con un coeficiente de resbalamiento alto. Esto hace que la orina se deslice hacia la salida sin detenerse.
La opción descartable
Hasta hace unos meses se vendía en nuestro país Femway, un cono descartable desarrollado por emprendedoras uruguayas e impulsado por Fernando Donnangelo, un publicista de 33 años que se comió todos los reproches de su novia por embarcarse en semejante aventura hasta que, en un vuelo, ella misma pidió a gritos el conito para ir al baño del avión.
La disparada del dólar a partir de abril hizo que Donnangelo pausara las ventas. Es que el cono de 17 centímetros de largo, de cartulina con doble capa impermeable, se fabrica en Chile. Pero sigue en sus planes. "Estamos negociando un nuevo contrato con las chicas de Uruguay. Queremos comprar la marca. Encaramos un rediseño y nos planteamos fabricar Femway nosotros mismos acá", dice y promete novedades para noviembre.
Lanzado al mercado entre 2013 y 2014, este cono llegó a vender 120.000 unidades por año. El último precio que tuvo, a comienzos de 2018, fue de 74 pesos el paquete de siete. Hoy el valor al público rondaría los cien pesos.
"El producto tiene demanda –sostiene Donnangelo–, pero todavía no conseguimos hacerlo redituable. Llegamos a exportarlo a Chile, Paraguay y Colombia. Nuestro público mayoritario son mujeres de más de 45 años. Descubrimos otros nichos, como el de las chicas trans que no quieren orinar sentadas".
La inversión, hasta la fecha, fue de tres millones de pesos. Buena parte se fue en estudios de mercado y publicidad. Llegaron a la conclusión de que nueve de cada diez mujeres jamás se sientan en un baño público, e hicieron campañas para denunciar lugares sucios en las redes sociales. Eso sirvió para crear comunidad y, a la vez, para ubicar puntos de venta en cercanías de las letrinas apestosas.
El chino y el artesanal
Por internet se vende, a 199 pesos, un orinal de plástico con forma de embudo. Lo trae de China un importador de Ramos Mejía. La descripción online dice que es de silicona, puede doblarse y luego recupera su forma original. No obstante, la reseña de una compradora asegura: "Pensé que sería de un material más flexible". Mide 14,5 centímetros de largo por casi diez de ancho máximo.
En las antípodas de los productos industriales se ubica Tu Conito, el micro emprendimiento de Valeria, una licenciada en seguridad e higiene laboral de Caballito. Hizo su propio diseño de cartulina desechable para su hija de seis años por la aversión que le generan a la madre los sanitarios públicos.
"Tengo un TOC con los baños", dice Valeria entre risas. No quiere dar su apellido ni su edad, pero agrega: "Yo no sabía que esto ya existía. Lo diseñé y lo fabriqué para mi nena. Un día otra mamá me pidió uno y me sugirió que los vendiera. Ahí googleé un poco y vi que no había inventado nada. Empecé apuntando a las niñas, por eso los primeros diseños tenían unicornios. Pero me lo pedían señoras grandes, entonces hice otra línea más adulta. Los hago artesanalmente, uno por uno. Elijo los papeles con mi hija. Los plastifico por dentro con una especie de contact, los corto, los pliego y los pego".
En el caso de Tu Conito, el precio es de 200 pesos el paquete de diez conos.