Le cayó encima un joven que se arrojó de un edificio, sobrevivió y su vida dio un giro
El trágico accidente dejó a Beata Jalocha en silla de ruedas; sin embargo, supo reinventarse y cumplir uno de sus máximos sueños: volar
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El 18 de mayo de 2013 la vida de Beata Jalocha cambió para siempre. Esta joven, de entonces 28 años, estaba acostumbrada a trabajar como fisioterapeuta a domicilio con pacientes en rehabilitación de la ciudad de Varsovia, en Polonia. Pero alguien se arrojó de un edificio y le cayó encima.
Aquel día, por voluntad propia, decidió abrirle un espacio más a su abultada agenda para ver otro paciente. Sin embargo, nunca pudo atenderlo. Mientras Beata iba hasta la casa de esta persona, un joven, de alrededor de veinte años, se lanzó del séptimo piso de una construcción aledaña.
Por cosas inexplicables, y ante todo desafortunadas, el cuerpo de aquel joven cayó encima de Beata y la hizo desplomarse en el suelo. El hombre falleció y ella quedó inconsciente. Cuando despertó, 24 horas después, su vida ya no era la misma.
Una rotura en la columna vertebral ratificó lo impensado: la doctora pasó a ser paciente. Para siempre.
El fatídico día
La serie de anomalías que precedieron al accidente auguraban que algo extraño iba a pasar. Treinta minutos antes del imprevisto, Beata había llegado al edificio donde vivía su paciente. Pero de forma inexplicable, tal cual relató en una entrevista con el periodista polaco Lukasz Jakóbiak, olvidó el nombre de la persona que vería y el departamento que habitaba.
Iba a comunicarse con la paciente, pero su celular estaba descargado. Así que no le quedó de otra que regresar de corrida a su casa y volver a salir para obtener los datos que se ensombrecieron en su memoria.
De regreso en la zona, doce pasos del estacionamiento al andén cercano fueron suficientes para que sucediera lo imprevisible: el joven cayó a tal velocidad que, a pesar de haberla impactado, falleció.
Horas después, el diagnóstico para Beata fue certero: rotura total de la médula espinal, costillas fracturadas y una pierna afectada por una hemorragia interna. Ese hombre “destruyó todo lo que había conseguido en la vida”, recuerda con cierta melancolía.
Comenzar de cero
“¿Qué es lo más difícil cuando la vida te cambia en un instante?”, le preguntó el periodista Jakóbiak a la mujer en su canal de YouTube. ”Reconocer que tenés que empezar de nuevo”. Y, en efecto, Beata Jalocha dio inicio a una vida muy distinta. En primer lugar, mientras seguía hospitalizada, su madre sufrió un derrame cerebral que luego terminó con su vida.
Con el tiempo, Beata regresó a Cracovia, su ciudad natal que tiene menos de la mitad de la población que Varsovia. Allí, a pesar de temer ante la probable amputación de su pierna malherida, se sometió a una serie de terapias y tratamientos que hoy le permiten desenvolverse de forma independiente con su silla de ruedas.
En ese entonces tenía un pensamiento fundamental: “El accidente podría derribarme o darme más fuerza para continuar”. Bajo esa idea, presenció una charla motivacional que hizo Nick Vujicic, un orador y evangelista que sufre una enfermedad congénita que impidió que tuviera brazos y piernas. Desde ese momento todo apuntó a un completo renacer.
Un vuelo con alas propias
En el primer aniversario del trágico suceso, a pesar de permanecer con dolores terribles, Jalocha decidió conmemorarlo lanzándose en paracaídas. Meses después, su historia llamó la atención de varios medios locales y su imagen comenzó a ser reconocida.
A finales de 2014 participó en un concurso de belleza para mujeres con alguna discapacidad y fue finalista por su país. En 2018, se le dio la oportunidad de tener su primera actuación en una producción televisiva. Ella estuvo en la popular serie First Love, que se emite en Polonia desde 2004. Aunque no tiene pensado retomar su labor como fisioterapeuta, estuvo haciendo varios cursos de aviación para estar más cerca de su anhelo de “volar”.
En la actualidad, alejada del mundo de la medicina y del entretenimiento, ella dirige vuelos en pequeños aeroplanos con el acompañamiento de supervisores. Además, la historia de lo que le ocurrió inspiró Cielo, un musical infantil que fue un éxito en el regreso de los polacos a los teatros tras las restricciones de la pandemia.
A la pregunta de cuál fue la lección más grande del accidente, respondió sin dudarlo: “Que hay que luchar por los sueños”. Estar viva es la mejor razón para hacerlo.
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