Las redes sociales llegan al teatro
Si la coyuntura no nos trenza en un intercambio más equilibrado, esas líneas WhatsApp, incluso Tinder, pueden parecerse cada vez menos a una conversación. Pero eso no significa que en un sinfín de emojis no haya información acumulada como para forjar un encuentro, elaborar una declaración de principios o decir tantas otras cosas más.
La oferta teatral de la ciudad es vasta y la inclusión de los dispositivos electrónicos no es reciente, pero sí es notable cómo el uso de la tecnología se fue volviendo otra piel, que ahora luce tan madura como para tener la suficiente conciencia de que los placeres fugaces no son una amenaza. El off porteño acumula en este momento una cantidad de obras en las que abordan las relaciones humanas (o el sexo, a cara o cruz) a través el lenguaje de los nuevos medios de comunicación, rompiendo así lo estrictamente convencional del teatro.
Una de las propuestas es Cita textual, de la dramaturga Marinha Villalobos, que ella dirige y produce junto al actor Guillermo Pfening. Con el tiempo podrá ser reconocida como la piedra basal de un inesperado boom que propone descubrir en vivo este nuevo espectro, sexo labrado con abreviaturas, trucos tipográficos, fotos y emoticones cargados de sentido. Para verificar las raíces de un fenómeno en ciernes, Villalobos se puso el traje de investigadora social. Cuando se separó hace cuatro años se fue a vivir sola. Una amiga la consoló diciéndole que existía algo similar a Grindr, que ella ya había probado, otra nueva aplicación para citas que funcionaba a través de un geolocalizador: Tinder.
Con el rigor de una arqueóloga, Villalobos coleccionó screenshots de perfiles que le llamaron la atención. ¿Qué había de distinto en ese fragor incesante que es el deseo humano? ¿Qué campo del discurso ampliaba el intercambio sexual? "Me resultaba curiosa la elección de las fotografías. Analizaba esa composición como si fuera una crítica de arte frente a una pintura. El recorte que hacía cada usuario. Me estalló la cabeza por las cosas que ponían y el tipo de lenguaje que utilizaban. ¿Qué pasó acá? ¿Qué se puede hacer con esto?", se preguntó en silencio.
En su excursión por Happn, Grindr y Tinder, Villalobos cosechó más de quinientos perfiles que resultaron la base para que varios dramaturgos (Consuelo Iturraspe, Laura Sbdar, Marcos Odasso y Danila Saiegh, entre ellos), teatralizaran presentaciones. Como la del canchero que se expone como su propio jefe y convoca a "las adictas a lo dulce" a que visiten su propia tienda de golosinas; la depresiva que quiere contagiar positividad enumerando su biblia personal; el pobre que se jacta de que su foto más linda es en San Clemente, y otros más graciosos que no vamos a spoilear. Se trata de un simpático catálogo de qué se verá a continuación: la reconstrucción de los ámbitos en los que producen las citas, con música (y ruidos de teléfono en línea) en vivo a cargo de la banda TinderCats y coreografías en las que se lucen Lucas Ferraro y Nicolás Arévalo, el músico que abandona por un rato a la banda y se mezcla con los actores. Cita textual es un mapa de las nuevas costumbres del voyerismo y del uso de los teléfonos móviles. Es más: su uso en la sala por parte del público está permitido sin ninguna restricción durante la obra.
En el unipersonal Soy tu seguidora, Francesca Giordano despliega en escena la relación íntima de una persona (ella, la versión stalker de Hannibal Lecter) con un joven al que intenta declararle su amor. La obra nació a partir de un diario ficcional de la autora (Daniela Regert) y fue montada mientras leía los ensayos de Alberto Ure recopilados en Sacate la careta (2012). "El stalker es una figura monstruosa. Con esta obra quise transmitir la carencia de límites entre el interior y el exterior de una persona que se despierta con un exceso de exposición que la vuelve una bestia. Si bien en Facebook la realidad está ordenada y seleccionada, y en la obra el muro es un protagonista más, en realidad la obra no tiene fronteras. El personaje imagina cómo llenar Facebook de cosas, pero no hace más que contarse lo que diría antes de publicar. De decir, lo que nadie sería capaz de decir", analiza la autora.
Influida por pensar el teatro como un ritual de liberación, Regert trabajó sobre la figura del fisgón, acaso la más popular y, a la vez, la menos asumida en el mundo virtual. "En la sociedad contemporánea, el stalker pertenece al ámbito de lo privado, en tanto rasgo ocultable en oposición a un ideal exhibible. He trasladado esta figura al espacio público-teatro, en el que la personaje sabe estar. Allí ella salta del anonimato, sortea los muros represivos de la red social, declara su amor y realiza un acto de empoderamiento: la conquista de su identidad. Pero al mismo tiempo pone en evidencia el vacío que hay detrás, la falta del otro, la construcción del otro y, como consecuencia, la aparición de un nuevo personaje que nos interpela en nuestra contemporaneidad. Un fantasma que nos acecha a todos", resume.
La escenografía y la iluminación levantan el efecto de ¿realidad? con una pantalla como telón de fondo: es el muro de Facebook. La pantalla va cambiando de tema y color y pasa por videos o capturas de pantalla (como de esos gifs de animales tiernos con una inocencia tal que los repetimos hasta el goce extremo). Muestran también cómo las categorías y formas específicas de los nuevos medios, cómo la interfase y la base de datos, trabajan con las convenciones más familiares para hacer posible un nuevo tipo de estética de las culturas mediáticas, como la manipulación de los objetos en la pantalla, las ventanas que se solapan, la utilización de la cámara móvil, las técnicas de montaje o la grafía icónica.
Santiago Nader tiene 21 años y sus pasos auguran a un dramaturgo excepcional. Recibió la beca Fulbright-Fondo Nacional de las Artes por Letras y fue residente en Panorama Sur (Argentina), el programa intensivo de artes escénicas al que llegó con velocidad de F1 para presentar el boceto de Garnett Kelly, el torso ganador. "La escribí en seis horas, antes de que cerraran la inscripción. Es la historia de un pibito que está esperando a otro pibito (australiano) que no conoce, y las travesías que suceden hasta el encuentro". Su obra, cuyo título alude a la aplicación de fotos de Grindr, la aplicación de citas con sexo a quemarropa, es un trabajo que crea sus propias leyes en torno a la narración oral y propone una trayectoria por algunos de los tantos caminos, paradores y pantanos que existen en la web, nada más como una excusa para enfrentarse a monstruos más pesados que se avistan en el terreno: la ansiedad irrefrenable, la paranoia en relación a la curaduría de la propia imagen y, por encima de todo, un sentimiento profundo y punzante de soledad.
El protagonista de Garnett, Federico Lehmann, señala: "Transcurre enteramente en internet y es un texto atravesado por las redes sociales. Nuestro trabajo se reconstruye mediante la palabra y la narración, no tanto desde el soporte visual. Me pareció muy buena la idea de Santiago de que el personaje esté solo en escena, sin contacto real con otra persona ni con objetos. Usamos todo eso para construir ese otro cuerpo. Un cuerpo que está curado por la interfase".
A partir de un texto declamatorio de la dramaturga Luz Pearson, Bitnus resulta el apócope ideal para fragmentar en el texto predictivo la frase between us. Sin embargo, es el neologismo formado por bit y Venus que la actriz y bailarina Carla Pezé Di Carlo asume como álter-ego. La protagonista recorre los caminos del amor y el sexo en la era digital, y expone su sexualidad más primitiva y sus frustraciones con el Fauno, un hombre que aparece solo con su voz cuando hay señal y está conectado a alguna red social. Este personaje es una especie de lobo suelto esperando que Caperucita se conecte.
Más información
- Garnett Kelly y el torso ganador. Domingos de este mes, en Casa Babá (Cnel. Antonio Susini 2280).
- Soy tu seguidora. Sábados, en El Estepario. Medrano 484.
- Cita textual. Sábados, en Casa Babá.
- Bitnus. Sábados, en C. C. Borges (Viamonte y San Martín)