El pasado fin de semana todas las miradas se enfocaron en Montecarlo con motivo del casamiento de Charlotte Casiraghi y Dimitri Rassam. No fue la primera vez (ni será la última), ya que el principado tiene un prolífico historial de casamientos de ensueño, trajes de novia deslumbrantes e historias de amor inolvidables. La más glamorosa, y el primer eslabón de la era del glamour, fue la de Rainiero y Grace Kelly, que generó tanto interés que los monegascos disfrutaron de varios días de fiesta. La actriz norteamericana devenida en princesa será una de las novias más bellas de todos los tiempos.
UNA HISTORIA DE PELÍCULA
El 19 de abril de 1956 Grace Kelly y Rainiero de Mónaco se casaron en la catedral monegasca de San Nicolás. Su vestido, que tardó seis semanas en confeccionarse, estaba compuesto por una falda de seda y un cuerpo de encaje salpicado con perlas. Este icónico modelo fue diseñado por la estadounidense Helen Rose que, en aquel momento, trabajaba para la Metro-Goldwyn-Mayer. Un día antes, se habían casado por civil en el Palacio de Mónaco.
DOS HIJOS Y UNA BODA
El 1 de julio de 1995, Estefanía de Mónaco y el que fue su guardaespaldas, Daniel Ducruet, se casaron en una ceremonia civil a la que asistieron sólo cuarenta invitados. En ese momento ya tenían dos hijos, Louis y Pauline. Conocida como la princesa rebelde, hizo honor a su sobrenombre y eligió para la ocasión un vestido de encaje corto. Un año más tarde ya estaban separados.
PRINCESA DE AGUA Y DE CRISTAL
El vestido de Armani que usó Charlene Wittstock en su boda con Alberto tenía una cola de 10 metros y estaba adornado con 20 mil lágrimas de madreperlay 40 mil cristales
Alberto II de Mónaco y la nadadora sudafricana Charlene Wittstock, actuales monarcas de Mónaco, se casaron el 2 de julio de 2011 en el Palacio de Mónaco. El Patio de Honor se convirtió en una auténtica iglesia, con el altar colocado en el centro de las dos escalinatas. Giorgio Armani, amigo personal de la novia, fue el autor del traje, que tenía una cola de 10 metros, estaba adornado con 20 mil lágrimas de madreperla, 30 mil cuentas doradas y 40 mil cristales de Swarovski. Las flores y la música se convirtieron en un guiño al origen de ella.
UN "SÍ, QUIERO" PRECOZ
Carolina se casó por primera vez a los 21 años. Durante su etapa universitaria en París conoció a Philippe Junot y el 29 de junio de 1978 dijeron "sí, quiero" en el Palacio Grimaldi. Llevó un diseño de Marc Bohan para Dior de corte evasé y elaborado en encaje. Un sencillo conjunto de falda y blusa que parecía rendir homenaje al New Look, que acompañó con tocado lateral de flores del que prendía un sencillo velo de tul. Entre los sesenta y cinco invitados, estuvieron Ava Gardner, Frank Sinatra y Cary Grant. Se divorció dos años más tarde.
HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE
El 29 de diciembre de 1983, Carolina se casó con Stefano Casiraghi, al que muchos califican como su gran amor. Para la boda civil volvió a confiar en Dior, aunque esta vez, en lugar de un dos piezas, optó por un vestido. Se trataba del Pale Wrap Dress, un diseño envolvente y muy favorecedor, en tonos nude, que Marc Bohan creó para ella. Su pelo, en tanto, lo decoró con una delicada cinta, del mismo tono que el vestido, que lució a modo de diadema. Tuvieron tres hijos: Andrea, Charlotte y Pierre. Stefano murió trágicamente el 3 de octubre de 1990 durante una carrera en lancha.
SEPARADOS, NUNCA DIVORCIADOS
En 1996, Carolina inició una relación con el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, pretendiente al extinto trono del reino de Hannover y que estaba casado con su entonces íntima amiga Chantal Hochuli, de quien él finalmente se divorció. En 1999 la pareja se casó y tuvo una hija, Alexandra. En 2009 se separaron, aunque jamás se divorciaron.
UNA NOVIA HIPPIE CHIC
El 31 de agosto de 2013 Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo celebraron su boda civil. Fiel a su estilo bohemio, la novia lució un dos piezas de Missoni, que accesorizó con una sencilla corona de flores y sandalias bajas. Meses más tarde, en febrero de 2014, celebraron la boda religiosa bajo la nieve de Gstaad, en Suiza. Esta vez, ella se decantó por un romántico vestido de alta costura en seda y encaje, de Valentino. Y, para protegerse del frío, llevó una capa de cashmere y capucha XL de la casa italiana.
AMOR Y CELEBRACIÓN ALLA ITALIANA
Empezaron a salir en 2008, mientras estudiaban en la Universidad Bocconi de Milán. Siete años más tarde (el 25 de julio de 2015), Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi se unieron en una ceremonia civil celebrada en el salón de los Espejos del Palacio de Mónaco. Tal como muchos suponían, Valentino, una de las firmas favoritas de la periodista, creó para ella un vestido con capa en chiffon, con bordados florales salpicando la falda. El 1 de agosto, celebraron el religioso en las islas Borromeas y la novia impactó con un traje de Armani Privé.
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